?Est¨¢ Espa?a preparada para una Hillary?
S¨ª, pero las presidentas en Europa son a¨²n m¨¢s una casualidad que una norma
Hillary Clinton ya es oficialmente candidata a presidenta de Estados Unidos. Clinton es la favorita de las encuestas y los mercados de predicci¨®n: tiene posibilidades reales de ser la pr¨®xima presidenta. Ser¨ªa la primera mujer.
Espa?a nunca ha tenido un gran partido con una mujer de candidata a elecciones generales. Los datos de mujeres en pol¨ªtica y las opiniones de los ciudadanos indican que la sociedad est¨¢ ya preparada para tener una mujer de presidente. Pero los partidos pol¨ªticos no lo est¨¢n tanto.
Tampoco es tan sorprendente que Espa?a est¨¦ preparada pero no haya tenido a una mujer en la Moncloa. Suecia, gran ejemplo en muchos discursos, nunca ha sido dirigida por una mujer. En realidad, las presidentas son a¨²n excepciones en los pa¨ªses europeos.
Los datos prueban la preparaci¨®n de la sociedad espa?ola. Preguntados sobre si los hombres son mejores l¨ªderes pol¨ªticos que las mujeres, el 81% dice que est¨¢ en desacuerdo con esa afirmaci¨®n. Es una cifra comparable a la de alemanes, norteamericanos. Los resultados son similares cuando se nos pregunta si la educaci¨®n universitaria es m¨¢s importante para un chico que para una chica, o si creemos que los hijos sufren cuando su madre tiene un trabajo remunerado.
Otro indicio de que Espa?a podr¨ªa tener una mujer presidenta lo tenemos en el parlamento. En 2015, el 41% de los diputados eran mujeres, seg¨²n el Foro Econ¨®mico Mundial. Es una cifra considerable: la cuarta m¨¢s alta para un pa¨ªs europeo. Muchos pa¨ªses con un porcentaje similar de mujeres en su parlamento ya han tenido mujeres como jefas de estado o de gobierno. Hemos representado esos pa¨ªses con color morado. Como ver¨¦is, Espa?a tiene m¨¢s mujeres en el parlamento que algunos de esos pa¨ªses.
El porcentaje de mujeres ministras no es tan bueno. No obstante, ese es un dato m¨¢s coyuntural porque depende del partido en el gobierno. En 2015 un 31% de los ministerios estaban ocupados por mujeres, pero en 2011 ese porcentaje era del 53%.
La sensaci¨®n de estar ¡°preparados¡± no es sin embargo suficiente: ¡°La sociedad espa?ola est¨¢ preparada, pero que no haya llegado no es solo una casualidad. Se necesita m¨¢s actividad legislativa¡±, dice Sandra Le¨®n, profesora en la Universidad de York (Reino Unido).
?Qu¨¦ falta para que la llegada de una mujer al primer cargo de un pa¨ªs sea m¨¢s r¨¢pido?
Unos partidos m¨¢s abiertos. Las dos ciudades principales de Espa?a est¨¢n dirigidas por dos mujeres, Manuela Carmena y Ada Colau. ¡°Est¨¢n ah¨ª porque no estaban dentro de un partido¡±, dice S¨ªlvia Claveria, investigadora de la Universidad Carlos III. ¡°Los partidos son quienes m¨¢s obst¨¢culos ponen¡±, a?ade.
La ley de paridad de 2007 obliga a colocar al menos 2 mujeres en tramos de 5 candidatos. Pero no dice nada de las ejecutivas de los partidos, que es quien decide qu¨¦ mujeres ir¨¢n ah¨ª y en qu¨¦ lugar. Algunos partidos han impuesto m¨¢s paridad en sus organismos internos. Pero no todos. De los 8 miembros del Comit¨¦ de direcci¨®n del PP, solo 2 son mujeres. En la ejecutiva de Ciudadanos hay 24 miembros y 7 son mujeres.
El problema no es solo el sexo, sino las consecuencias: ¡°Dentro de los partidos, las redes de hombres dan m¨¢s poder a sus amigos. Se promueven capacidades masculinas: liderazgo fuerte, seguro, asertivo¡±, dice Claveria. Adem¨¢s, las personas de confianza de los hombres suelen ser otros hombres, y en pol¨ªtica la confianza es importante.
La culpa es de las copas. La carrera dentro de un partido no es igual a la carrera en una empresa. ¡°En los inicios hay que combinar la carrera pol¨ªtica con un trabajo y hay que ir a asambleas, reuniones y subir pelda?o a pelda?o¡±, dice Le¨®n. Se hace mucha pol¨ªtica entre copas al final del d¨ªa, cultivando la afinidad y la confianza. ¡°Se ha avanzado en paridad y leyes de igualdad, pero en conciliaci¨®n estamos muy atr¨¢s¡±, dice Ariane Aumaitre, investigadora en pol¨ªticas de g¨¦nero.
Esto no es solo una intuici¨®n. Un estudio de T¨¤nia Verge y S¨ªlvia Claveria demuestra que a mismo nivel de estudios y preparaci¨®n, los hombres promocionan m¨¢s en un partido. La falta de conciliaci¨®n laboral es un problema evidente en carreras pol¨ªticas femeninas. Una ley de paridad no es por tanto suficiente. La obligaci¨®n de llevar un 40% de mujeres en una lista electoral no ha conllevado un aumento de concejalas y alcaldesas en los municipios de m¨¢s de 5.000 habitantes ¡ªque es donde era obligatorio aplicar la ley¡ª respecto a los de menos.
?Por qu¨¦ es importante que una mujer rompa el techo de cristal de la presidencia? Hay al menos tres motivos.
1. Es un ejemplo. Las ni?as que vean una mujer presidenta podr¨¢n querer dedicarse a la pol¨ªtica con m¨¢s naturalidad. Adem¨¢s, el beneficio no es solo para las ni?as: ¡°Las expectativas son tambi¨¦n importantes para que se vea como una carrera para todas las mujeres¡±, dice Claveria.
2. Mujer trae a mujer. Los s¨ªmbolos tienen en este caso consecuencias pr¨¢cticas: una mujer nombra a m¨¢s mujeres. Las redes de hombres que dominan los partidos se convertir¨ªan en redes de mujeres si una gobernara. Una mujer presidenta nombrar¨ªa a m¨¢s mujeres en todos los cargos. Es algo que ya ocurre con ministras y secretarias de Estado.
3. Las leyes tienen m¨¢s en cuenta a las mujeres. Las mujeres hacen pol¨ªticas que favorecen m¨¢s a las mujeres o ponen m¨¢s inter¨¦s en ¨¢mbitos que les afectan m¨¢s: el aborto o la dependencia ser¨ªan dos ejemplos. ¡°Es una consecuencia independiente de la ideolog¨ªa¡±, dice Claveria.
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