Reformistas contra provincianos
Las seis condiciones de Ciudadanos son un peque?o paso para regenerar las instituciones,
Ciudadanos se ha movido. Las seis condiciones al PP para negociar el s¨ª a la investidura de Rajoy son un peque?o paso para regenerar las instituciones, pues son medidas superficiales. Pero son un gran paso para la democracia espa?ola, que ha sufrido demasiado tiempo el orgullo de unos partidos incapaces de bajar a la arena y ensuciarse las manos discutiendo pol¨ªticas.
Las propuestas anticorrupci¨®n de Rivera son bien intencionadas. Y van en l¨ªnea con medidas adoptadas en otros pa¨ªses. Aunque en alg¨²n caso, como limitar los mandatos presidenciales a dos legislaturas, algunos expertos propondr¨ªan lo contrario: los pol¨ªticos son m¨¢s responsables cuando tienen opciones de reelecci¨®n. Si sabes que es tu ¨²ltima legislatura, cuidas menos tu reputaci¨®n.
La principal virtud de las medidas de Ciudadanos es que ayudar¨¢n a reducir la distancia que la poblaci¨®n percibe que existe entre una ¨¦lite pol¨ªtica que disfruta de privilegios exclusivos y el resto de los mortales.
La eliminaci¨®n de los aforamientos y los indultos por corrupci¨®n pol¨ªtica, as¨ª como el desbloqueo de investigaciones parlamentarias sobre la corrupci¨®n de algunos partidos (como el caso B¨¢rcenas), ayudar¨¢n a mitigar la frustraci¨®n popular con nuestros dirigentes. Tendr¨¢n efectos positivos sobre la percepci¨®n que los espa?oles tenemos de la democracia y de la lucha contra la corrupci¨®n. Y eso no es poco. Sabemos que las percepciones, al fin y al cabo, son las que mueven a las personas ¡ªo a los inversores extranjeros¡ª. Con lo que, mejorar una percepci¨®n es siempre positivo.
Pero, para regenerar de verdad la democracia espa?ola, hacen falta pasos m¨¢s grandes. Y es aqu¨ª donde puede surgir el conflicto de fondo entre un partido reformista como Ciudadanos y otro partido conservador como el PP. Por ejemplo, durante dos siglos la vida pol¨ªtica espa?ola se ha estructurado en torno a las provincias. Votamos en provincias y el poder, y las subvenciones, se ha distribuido provincialmente.
El PP es deudor de esa tradici¨®n, encarnada por un Rajoy que lanz¨® su carrera pol¨ªtica como presidente de una Diputaci¨®n, la de Pontevedra. Y que la ha mantenido gracias a saber guardar los equilibrios entre notables provinciales. Pero algunas medidas que pueden regenerar las instituciones en Espa?a atacan esa base de poder en un doble frente, mediante el desmantelamiento (o el vaciado de poder discrecional) de las Diputaciones o mediante una reforma electoral que reequilibre territorialmente un poder pol¨ªtico sesgado hacia las provincias rurales.
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