?Por qu¨¦ empezar a trabajar a las 4 de la ma?ana?
Varios estudios apoyan el m¨¦todo popularizado por grandes ejecutivos que empiezan a trabajar de madrugada
Su despertador suena a las cuatro de la madrugada por elecci¨®n, no por obligaci¨®n. A esa hora no hay ruido ni real, ni social: el tel¨¦fono est¨¢ mudo, las redes sociales desiertas y la mayor¨ªa a¨²n duerme. La hora perfecta para empezar a trabajar, para ellos, es antes del amanecer. Una rutina laboral que cada vez gana m¨¢s adeptos, que han redise?ado su horario para aumentar su productividad y ganarle horas al d¨ªa.
Hace dos a?os, Filipe Castro, director de marketing de Prodsmart acus¨® un mal com¨²n: no ten¨ªa tiempo para nada. El trabajo devoraba parte de su d¨ªa, y apenas quedaba espacio para el ocio, la familia, o el deporte. As¨ª que, siguiendo los pasos de grandes ejecutivos como Tim Cook o el director de Starbucks Howard Schultz, se propuso el reto de levantarse a las 4:30 de la ma?ana durante 21 d¨ªas. No para trabajar m¨¢s horas, sino para trabajarlas mejor. Y funcion¨®: "Descubr¨ª que desde entonces hasta las siete de la ma?ana no hay distracciones, como si nada ocurriese en el mundo. Eso me ayuda a concentrarme m¨¢s y a ser m¨¢s productivo, en esas horas resuelvo gran parte del trabajo del d¨ªa", explica. Despu¨¦s de algo m¨¢s de dos horas trabajando, hace ejercicio y se incorpora a la oficina en torno a las 10, con el grueso de sus tareas realizado.
Este tipo de rutinas alejadas de los est¨¢ndares llevan a?os creciendo en EEUU, n¨²cleo de los m¨¦todos de gesti¨®n del tiempo y la productividad. Cuentan con su propia literatura, infinidad de manuales, escuelas y gur¨²s que con sus particularidades; coinciden en lo esencial. "Todos los estudios indican lo mismo: que la dos horas m¨¢s productivas son las primeras del d¨ªa, nada m¨¢s llegar al trabajo, que suele ser de 9 a 11" resume Dan Ariely, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa y Econom¨ªa conductual en la Universidad de Duke (Carolina del Norte). Su propuesta pasa por adelantar ese inicio de la jornada a la madrugada, cuando las distracciones disminuyen y la sensaci¨®n de aislamiento refuerza la concentraci¨®n. Y la eficiencia.
Alondras y b¨²hos
Seg¨²n sus estudios, estamos profundamente equivocados respecto a nuestros h¨¢bitos: "La mayor¨ªa pensamos en nosotros mismos como m¨¢s transnochadores de lo que realmente somos, creemos que somos m¨¢s productivos de noche", explica. Esto lleva a prolongar las jornadas hasta altas horas, lo cual no se traduce en m¨¢s efectividad sino en m¨¢s cansancio. El catedr¨¢tico apela a la tradicional distintici¨®n entre "alondras" y "b¨²hos" (la gente m¨¢s activa durante las ma?anas frente a la noct¨¢mbula). "En realidad, creer que rindes m¨¢s por las noches es solo una ilusi¨®n", dice. Mantiene que la madrugada tiene "un mont¨®n de atractivos" relacionados con la falta de distracciones, pero la mejor forma de sacarles partido no es trasnochar sino arrancando el d¨ªa de madrugada.
Prolongar las jornadas hasta altas horas no se traduce en m¨¢s efectividad, sino en m¨¢s cansancio
Durante la mayor parte de su vida, Berto Pena se crey¨® un b¨²ho incurable, incapaz de ser productivo a horas m¨¢s tempranas. El director de ThinkWasabi trabajaba hasta tarde pero sent¨ªa que no rend¨ªa. Hasta que empez¨® a aplicar las rutinas del gur¨² David Allen, basada en el m¨¦todo de Getting Things Done, y que tambi¨¦n comparte la premisa madrugadora. "La segu¨ª durante a?os y me dio resultado. Ahora ya no me levanto a las 4, sigo mis propios h¨¢bitos y m¨¦todo, porque hay un momento para cada cosa y las necesidades cambian", explica. A las 6 de la ma?ana ya est¨¢ delante del ordenador, entregado a las tareas m¨¢s creativas y las que le requieren m¨¢s concentraci¨®n. Sin llamadas telef¨®nicas, interrupciones o redes clamando atenci¨®n. "Cuando la mayor¨ªa de la gente se incorpora al trabajo yo casi he cubierto la mitad de mi jornada. El d¨ªa se aprovecha m¨¢s, porque no faltan horas, lo que falta es organizaci¨®n", agrega.
La investigaci¨®n m¨¢s reciente a este respecto corresponde al psic¨®logo Josh Davis, director de investigaci¨®n en el NeuroLeadership Institute, publicada la pasada semana en The Wall Street Journal. Sus resultados no solo secundan las tesis de los beneficios de iniciar la jornada temprano, sino que adem¨¢s dice haber descubierto la hora id¨®nea para poner el despertador: las cuatro de la madrugada, la nueva hora bruja.
La importancia del entorno
Victor Mart¨ªn, consultor de la agencia Young Media, se levanta a las cinco, pero no se pone a trabajar inmediatamente. "Primero, medito una hora. Reconecto conmigo mismo y hago visualizaciones. S¨¦ que suena un poco a monje, pero para mi nivel de concentraci¨®n es fundamental. Despu¨¦s ya conecto con el mundo y empiezo a trabajar. Es algo que hace cada vez m¨¢s gente", explica. ?l tambi¨¦n sufri¨® un cambio de h¨¢bitos hace algunos a?os, motivado por una circunstancia familiar que le oblig¨® a replantear su horario. Realiz¨® una de las dietas del sue?o de Uberman, de las menos radicales, consistente en dormir cuatro horas y media por la noche y completar el ciclo con dos siestas de 20 minutos a lo largo del d¨ªa. "Hab¨ªa que ser muy escrupuloso, ten¨ªan que ser exactamente esos minutos o todo se iba al traste", recuerda. Aunque le satisfac¨ªa, los viajes y el jet lag le impidieron continuar: "Y eso que era la menos estricta de estas dietas, que yo creo que poca gente consigue mantener" comenta.
Pero adem¨¢s del per¨ªodo de aclimataci¨®n (que V¨ªctor sit¨²a m¨¢s en los 66 d¨ªas que en los 21 tradicionales) el entorno es fundamental. "He tenido que reeducar a quienes me rodean laboralmente para que me contacten cuando puedo ser contactado, porque las llamadas de tel¨¦fono son ladrones de tiempo brutales", explica. Como la mayor¨ªa de seguidores de este tipo de rutinas, V¨ªctor programa sus correos electr¨®nicos para no enviarlos a horas intempestivas y se acuesta temprano, otro de los pilares del m¨¦todo. Sus seguidores duermen entre 6 y 7 horas de media y aseguran que su vida social no se ha visto perjudicada. "Yo no s¨¦ si es un mito lo de las 8 horas de sue?o, pero yo he rendido y rindo durmiendo menos", subraya Berto Pena.
"T¨² eres tu h¨¢bito, no al rev¨¦s. No existe tal cosa como la predisposici¨®n"
A pesar de ello, son conscientes de que este tipo de m¨¦todos pueden no ser universalmente v¨¢lidos: "En trabajos como el m¨ªo, con m¨¢s flexibilidad, es m¨¢s sencillo. Y eso no todos lo tienen. Pero tambi¨¦n es cierto que todo el mundo puede intentar levantarse antes, que es algo que muchos ni intentan y tiene muchos beneficios", opina Filipe. Aunque cada vez m¨¢s directivos norteamericanos - y tambi¨¦n figuras como Michelle Obama- con frecuencia apelan a este tipo de rutinas como clave del ¨¦xito, a¨²n son pocos los CEO espa?oles se suman a la tendencia. "Las sociedades tienen sus propias particularidades culturales, pero la sociedad no es siempre el mejor ejemplo a seguir", opina el empresario portugu¨¦s. "Yo no trato de convencer a nadie de que se levante a las 4.30 tambi¨¦n, solo digo que cada uno debe buscar sus mejores rutinas y adaptar su vida a ellas, no seguir las rutinas que la sociedad marca", apostilla.
Al final, todo se trata de una cuesti¨®n de h¨¢bitos y de la flexibilidad de estos. "T¨² eres tu h¨¢bito, no al rev¨¦s. No existe tal cosa como la predisposici¨®n", dice Victor, que antes de recolocar sus horarios tambi¨¦n cre¨ªa que era un ave nocturna. "Son los h¨¢bitos los que tienen que estar a tu servicio, no al rev¨¦s. A mi no me importa levantarme a tal hora, sino lo que consigo con ello", explica Berto Pena. En lo que coinciden todos es las repercusiones positivas de haber adelantado unas cuantas horas la alarma del despertador: dicen ser m¨¢s productivos, pero tambi¨¦n estar m¨¢s descansados y con m¨¢s tiempo disponible para todo lo que no es trabajo. Lamentablemente no hay f¨®rmulas m¨¢gicas ni un esquema fijo e infalible. Tampoco horas brujas: "No es que seamos m¨¢s productivos a las 4 de la ma?ana, es que el entorno en s¨ª mismo lo es", concluye Dan Ariely. Se trata de recolocar el puzzle para hacerlo encajar.
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