M¨¢s invisibles que las mujeres maltratadas
Los menores v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero ganan protagonismo en el ¨¢mbito judicial
¡°Vives cada d¨ªa en tensi¨®n. Nervioso de no saber por d¨®nde va a salir. Si va a insultar o va a pegar un pu?etazo por cualquier cosa que no te imaginas. El estado de vida es as¨ª de forma permanente. Alejarse de mi padre era la tranquilidad. No sab¨ªas qu¨¦ iba a pasar al d¨ªa siguiente¡±, recuerda con habla entrecortada Jos¨¦ Francisco Dorado, de 21 a?os. De adolescente dio un ultim¨¢tum a su madre para que se atreviera a salir de la casa junto a su hermano peque?o.
La frase ¡°te voy a dar donde m¨¢s te duele¡± no es solo una amenaza hacia una mujer maltratada, es la impotencia extrema cuando a ese da?o se le pone el rostro de los hijos, invisibilizados en el proceso judicial hasta septiembre de 2015, cuando entr¨® en vigor la Ley de Protecci¨®n de la Infancia y la Adolescencia. Antes, la normativa no avalaba a los menores como v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero, un clamor que los juristas asumen paulatinamente. Las medidas de suspensi¨®n de la guarda y custodia han aumentado un 236% en el ¨²ltimo a?o y la suspensi¨®n del r¨¦gimen de visitas un 65%, seg¨²n datos del Consejo General del Poder Judicial.
¡°Ellos son m¨¢s v¨ªctimas que nosotras. Son v¨ªctimas totales¡±, considera la madre de Dorado, Vanessa Calmen. Su hijo pas¨® de adolescente por dos casas de acogida en distintas ciudades andaluzas, por dos institutos con compa?eros solidarios que comprend¨ªan su situaci¨®n, por decenas de sesiones de terapias y por varias declaraciones de los hechos en un caso denunciado que termin¨® con cuatro a?os de condena para el padre. Todo mereci¨® la pena. ¡°Irnos de la casa fue lo mejor. Estamos vivos¡±, dice convencido el joven, que no pierde de vista que la educaci¨®n es la ra¨ªz del problema. Tanto en casa como en los centros escolares, en las redes sociales o en los medios de comunicaci¨®n. ¡°Tiene tela lo que se tiene que ver en el siglo XXI¡±, reflexiona recuperado de aquella ¨¦poca, seg¨²n asegura.
Amanda ?valos, de 20 a?os, es hija de una madre maltratada, coincide en que la ra¨ªz del problema est¨¢ en la educaci¨®n y a?ade el feminismo como elemento reivindicativo. Cuenta que con solo seis a?os sufri¨® una gastritis por los nervios que le supon¨ªa no saber en qu¨¦ estado de ¨¢nimo iba a estar cada d¨ªa su padre; y que ha pasado por etapas de insomnio, v¨®mitos y ansiedad. ¡°Eres peque?o pero te enteras. No entiendes bien lo que pasa pero sabes que algo est¨¢ mal¡±, apunta ?valos desde Bruselas, donde estudia Antropolog¨ªa y trabaja como ni?era y camarera.
¡°Los hijos son m¨¢s v¨ªctimas que nosotras. Son v¨ªctimas totales¡±, considera una madre maltratada
¡°La nueva ley da a los menores un importante grado de protagonismo en los procedimientos cuyas resoluciones pueden afectarles, establece el derecho a ser escuchados y se refuerza el criterio del inter¨¦s superior del menor en la toma de decisiones¡±, declara Pilar Mart¨ªn N¨¢jera, fiscal de sala contra la violencia sobre la mujer. "Al considerar v¨ªctimas a los hijos menores y la obligaci¨®n de prestarles asistencia cuando ellos tambi¨¦n lo sean, se visualiza el grave problema de los hijos de las mujeres maltratadas cuya vida se desarrolla en un entorno familiar violento que ya por ello les convierte en v¨ªctimas y requieren un tratamiento especial¡±, a?ade Mart¨ªn N¨¢jera. En este ¨²ltimo a?o se ha reforzado tambi¨¦n la cuesti¨®n en la Ley del Estatuto de la V¨ªctima con medidas especiales.
Pero atr¨¢s quedan n¨²meros negros. En los primeros 10 a?os de aplicaci¨®n de la ley contra la violencia de g¨¦nero, 44 menores fueron asesinados, 26 de ellos durante las estancias establecidas en el r¨¦gimen de visitas. Tambi¨¦n se acumulan los hu¨¦rfanos con cada asesinato y miles de menores que en una vida cotidiana de violencia machista sufren graves secuelas psicol¨®gicas que marcan su desarrollo. ¡°Ahora se est¨¢ consiguiendo sacar a los m¨¢s invisibles en esta cuesti¨®n. Hab¨ªa procesos en los que ellos no estaban ni nombrados¡±, apunta Flor de Torres, fiscal delegada de Andaluc¨ªa de violencia contra la mujer. Sus investigaciones concluyen que la exposici¨®n de las menores a esta violencia predispone a las ni?as a ser v¨ªctimas y a los ni?os a repetir los patrones.
¡°La nueva ley da a los menores un importante grado de protagonismo en los procedimientos", asegura la fiscal de sala contra la Violencia sobre la Mujer
Queda por hacer. Mart¨ªn N¨¢jera considera esencial m¨¢s coordinaci¨®n institucional y de red asistencial. ¡°Es imprescindible seguir insistiendo en la educaci¨®n en igualdad, el respeto y la tolerancia. Adem¨¢s de ampliar y dotar adecuadamente a los servicios tanto de medios materiales como de personal especializado. En los puntos de encuentro familiar se puede hacer un seguimiento mejor de la evoluci¨®n de los menores y ver c¨®mo inciden las visitas con el progenitor maltratador, donde se puede detectar con premura cualquier situaci¨®n de riesgo¡±, a?ade.
Lo que m¨¢s alent¨® a Jos¨¦ Dorado fue que los psic¨®logos le mencionaran que la situaci¨®n era temporal. ¡°Me dec¨ªan que mirara hacia el futuro. Cuando sufres, lo mejor es ponerte en manos de los especialistas¡±, anima el joven. A ?valos le fue muy ¨²til que le hicieran ver que no era la ¨²nica. ¡°Te hacen ser consciente de que no es culpa tuya, ni de tu madre, y que tampoco es que tu padre no te quiera. Entiendes que no solo te pasa a ti y que tambi¨¦n puede ser resultado de lo que la sociedad le ha hecho a ¨¦l¡±, dice ?valos, agradecida de poder dar voz a los menores v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero, algo que no ha percibido en las pol¨ªticas p¨²blicas ni en los medios.
Los menores sufren trastornos de estr¨¦s postraum¨¢tico, ansiedad, somatizaciones con v¨®mitos o dolores, inseguridad, falta de autoestima,? agresividad...
Pero como menciona la chica, la persona que se supone que te tiene que proteger te da miedo. Aqu¨ª aparece un patr¨®n psicol¨®gico identificado como de contradicciones de cari?o hacia la figura paterna. ¡°Aunque tu padre sea un maltratador lo quieres, a la vez te sientes mal porque lo quieres, y sientes como que traicionas a tu madre¡¡± apunta la joven. ¡°No me quiero parecer a ¨¦l. S¨¦ que no ha sido un buen padre, ni un buen marido, pero todav¨ªa lo veo a veces. Ahora est¨¢ haciendo cursos para rehabilitarse¡±, dice Dorado, que no se olvida del pasado.
¡°Cuando ocurr¨ªa todo pensaba: la que est¨¢ ah¨ª sufriendo es mi madre, es la que me ha dado la vida, y algo tengo que hacer. Lo m¨¢s duro es vivir c¨®mo tu padre le pega¡±, dice con frases breves. Aqu¨ª surge otro fen¨®meno descrito como de cambio de roles, cuando el hijo asume la responsabilidad de cuidador.
¡°Aunque tu padre sea un maltratador lo quieres, a la vez te sientes mal porque lo quieres, y sientes como que traicionas a tu madre¡¡± apunta una hija de mujer maltratada
Dorado se vio de adolescente liderando la salvaci¨®n de su madre y protegiendo a su hermano. ¡°No quer¨ªa que les pasara nada, soy el mayor y era lo que tocaba. Lo tom¨¦ con normalidad¡±, comenta el joven. Su madre, que comparte sus experiencias en una asociaci¨®n de mujeres, est¨¢ convencida de que su hijo le salv¨® la vida. ¡°Se la debo a ¨¦l. Me dijo que o me separaba o se iba de casa. Y nos fuimos todos¡±, recuerda ella agradecida. Siete a?os despu¨¦s, este joven que se describe como mal estudiante, procura encauzar su vida como repartidor de publicidad, camarero, ¡°o lo que salga¡±.
¡°Ansiedad, rabia, v¨®mitos, insomnio, inseguridad, huidas¡±
Entre los s¨ªntomas m¨¢s comunes, los menores expuestos a la violencia machista sufren trastornos de estr¨¦s postraum¨¢tico, cuadros de ansiedad, cambios de humor, huidas de casa, d¨¦ficits de atenci¨®n, inseguridad, falta de autoestima, alteraciones del sue?o, cap¨ªtulos de agresividad, repetici¨®n de patrones, problemas de socializaci¨®n, aislamiento, sentimientos de culpabilidad, rabia, tristeza, reexperimentaciones, v¨®mitos", enumera la psic¨®loga Beatriz N¨²?ez, responsable del programa andaluz de atenci¨®n psicol¨®gica a menores v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. Un servicio gestionado por comunidades aut¨®nomas y Ayuntamientos.
¡°La exposici¨®n a la violencia es maltrato infantil. Es un da?o emocional, f¨ªsico y psicol¨®gico. Cada menor representa un cuadro distinto. Hay tantas realidades como menores y cada uno necesita un tratamiento. Los hay m¨¢s resilientes y otros m¨¢s deteriorados. Pero ellos son siempre los m¨¢s invisibles. En las casas de acogida eran uno m¨¢s y no hay importantes programas de detecci¨®n en la comunidad educativa¡±, dice N¨²?ez, que a?ade casos tratados como el de una chica que tuvo que bajar corriendo al bar de su calle para avisar de que el novio de la madre la estaba asfixiando en la casa; un adolescente que presenci¨® las amenazas con un cuchillo a su madre y sali¨® a alertar al vecino, casos como ver a sus progenitoras enca?onadas o presenciar directamente los asesinatos.
La psicologa? considera necesario que las normativas sean m¨¢s estrictas contra los maltratadores por considerar que la violencia contin¨²a a trav¨¦s del r¨¦gimen de visitas. Considera tambi¨¦n que la atenci¨®n psicol¨®gica debe ser obligatoria en todos los casos para que no dependa de lo que estime y ordene cada juez seg¨²n su sensibilidad. ¡°Hay padres que se niegan a traerlos al psic¨®logo y las madres tienen miedo de llevar a sus hijos por las posibles represalias. En cambio, si el juez lo ordena, el padre no puede quejarse¡±, propone.
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