S¨¢nchez logra sumar apoyos contra la abstenci¨®n a Rajoy
Un 50% de votantes del PSOE no quiere facilitar un Gobierno del PP
La estrategia de Pedro S¨¢nchez ha comenzado a dar sus r¨¦ditos. La determinaci¨®n con que el l¨ªder socialista ha defendido su no a un Gobierno de Rajoy gracias a la abstenci¨®n de los socialistas convence ya a una mayor¨ªa de sus votantes.
Un sondeo realizado por Metroscopia a finales del pasado mes de julio arrojaba que un 58% de los que apoyaron a S¨¢nchez el 26-J ve¨ªan como la soluci¨®n menos mala que el PSOE permitiera a Rajoy ser investido, frente a un 35% que lo rechazaba. Los ¨¢nimos han cambiado en estos meses. Ahora son m¨¢s (50%) los que respaldan que el partido se mantenga firme en su decisi¨®n, frente a un 43% que sigue pensando que es mejor que los socialistas contribuyan con su abstenci¨®n para que se pueda constituir un Gobierno, aunque siga Rajoy al frente.
La presi¨®n sobre S¨¢nchez para que se abstuviera, su intervenci¨®n desde la tribuna del Congreso para defender el rechazo, la d¨¦bil defensa del candidato del PP de su pacto con Ciudadanos y, con toda probabilidad, el estallido en medio de todo el proceso del ¡°caso Soria¡±, han jugado a favor del l¨ªder socialista.
Suspenso para todos menos para Rivera
El l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, es el ¨²nico que ve recompensado sus esfuerzos por sacar adelante un Gobierno esta legislatura. Su saldo evaluativo (la diferencia entre aquellos que aprueban su actuaci¨®n y los que la desaprueban) es de 15 puntos positivos.
El resto de dirigentes pol¨ªticos son castigados por los electores. Todos ellos reciben un saldo negativo, con cifras muy similares. El que peor parado sale es Pedro S¨¢nchez (-42), seguido de Mariano Rajoy (-41) y de Pablo Iglesias (-36). El l¨ªder socialista es el menos valorado entre sus propios votantes, aunque con un saldo claramente positivo (+30).
Junto a todo eso, el silencio de los dirigentes territoriales del PSOE cr¨ªticos con su secretario general, que a pesar de su inquietud ante la posibilidad de unas terceras elecciones no han alzado la voz en contra de S¨¢nchez. M¨¢s bien al contrario. Salvo alguna excepci¨®n, como el extreme?o Guillermo Fern¨¢ndez-Vara, los pronunciamientos p¨²blicos de todos ellos han sido para defender el rechazo a un Gobierno del PP, conscientes de la animadversi¨®n de los militantes hacia cualquier atisbo de colaboraci¨®n con los populares. La posibilidad, sugerida por el propio S¨¢nchez, de reeditar un acuerdo a tres bandas PSOE-Unidos Podemos-Ciudadanos para intentar construir una alternativa, ha dado esperanzas a sus votantes. Poco importa que desde la propia direcci¨®n socialista se insista en que sigue siendo un escenario muy remoto, que el propio S¨¢nchez haya dejado claro que no se postula, o que desde las filas de Rivera e Iglesias se insista en su manifiesta incompatibilidad. Un 70% de los que apoyaron al PSOE con su voto respaldar¨ªan, como mejor soluci¨®n al bloqueo, un pacto de Gobierno entre los socialistas y Unidos Podemos con el apoyo o la abstenci¨®n de Ciudadanos. Muchos menos (53%), sin embargo, ver¨ªan como la mejor opci¨®n un acuerdo entre los dos principales partidos de izquierda que se viera reforzado por el apoyo o la abstenci¨®n de los partidos nacionalistas. El comit¨¦ federal del PSOE estableci¨® esa l¨ªnea roja, que sigue vigente, el pasado diciembre, y los votantes de este partido parecen coincidir en que se mantenga esa condici¨®n.
Se mantiene en el recuerdo de la ciudadan¨ªa el intento fallido de S¨¢nchez, durante la pasada legislatura, de sacar adelante un pacto de Gobierno con Ciudadanos que tuviera al menos la abstenci¨®n del partido de Iglesias. La nueva combinaci¨®n de este acuerdo a tres, sugerida ahora de forma velada por el equipo de S¨¢nchez, no se ve mayoritariamente rechazada, aunque divide en dos mitades a los espa?oles. Exactamente, un 48% frente a otro 48%. Un electorado dividido respecto a una opci¨®n ¡ªla uni¨®n que hasta ahora parec¨ªa imposible entre el PSOE y Unidos Podemos¡ª que todav¨ªa no se ha formulado expresamente aunque surge en un contexto distinto: en medio del deseo general de que se eviten a toda costa unas terceras elecciones.
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