Profe, dame clase con el m¨®vil
Espa?a empieza a impulsar proyectos pedag¨®gicos que usan los tel¨¦fonos como una herramienta m¨¢s del aula
Tienen la superficie de la Tierra a 37 kil¨®metros debajo de sus ojos. Santiago Gonz¨¢lez, el profesor de Arte, acaba de llevar a sus 28 alumnos de 1? de ESO (11 y 12 a?os) de paseo por el l¨ªmite de la estratosfera. Los chicos cabecean de un lado al otro con unas gafas de cart¨®n que llevan encajado el tel¨¦fono m¨®vil. Dan gritos cada uno desde su carcasa: ¡°?Qu¨¦ v¨¦rtigo!¡±. ¡°?Mola!¡±. En los 45 minutos que dura la clase visitar¨¢n los fondos marinos, el Coliseo de Roma, las ruinas aztecas de Chichen-Itza (M¨¦xico). Son im¨¢genes de 360 grados y la realidad virtual los sumerge en ellas. Gonz¨¢lez parece tan entusiasmado como ellos: ¡°Esto tiene unas oportunidades tremendas¡±.
Los chicos del Instituto Cervantes, en Madrid, son los primeros en probar la ¨²ltima propuesta educativa de Google: Expeditions. La multinacional visitar¨¢ en las pr¨®ximas semanas una veintena de centros de Espa?a para familiarizar a docentes y alumnos con el proyecto. Les prestan los m¨®viles, las gafas de cart¨®n y la tableta desde la que el profesor dirige la clase se?alando con el dedo las rayas marinas, una piedra, una estrella¡ ¡°Se me ha parado el coraz¨®n¡±, exagera Fabi¨¢n en la segunda fila cuando el programa salta al cosmos. Est¨¢ entusiasmado porque ve esta experiencia casi como hacer pellas: ¡°Esto no es trabajo¡±, confiesa. Hay centros, expertos y profesores que creen, al contrario, que s¨ª que lo es, que se puede ense?ar con los m¨®viles igual que con un libro, una pizarra o una pel¨ªcula.
Casi todos los alumnos de esta aula tienen su propio tel¨¦fono. Es una tendencia al alza conforme se hacen mayores. Uno de cada tres ni?os de 10 a?os lleva uno; en el 78,4% de los de 13 a?os y el 90% cuando superan los 15, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) de 2014. ¡°Forman parte del d¨ªa a d¨ªa de su vida, debemos conseguir que sean sus aliados¡±, defiende Mar Camacho, investigadora de tecnolog¨ªa Educativa en la Universidad Rovira i Virgili y autora principal de un estudio en marcha para medir el impacto de estos dispositivos en el aprendizaje, en el que colaboran Samsung y el Ministerio de Educaci¨®n. Llevan tres a?os de pruebas en 29 colegios p¨²blicos de 13 comunidades aut¨®nomas en ¡°un campo emergente¡± del que existen pocos datos. Faltan evidencias cient¨ªficas, seg¨²n Camacho, de si ayudan o no al rendimiento acad¨¦mico. Pero s¨ª se sabe que desarrollan otras competencias, como la autonom¨ªa o el trabajo en equipo: ¡°Hay alumnos que normalmente no participan en las din¨¢micas de clase y, sin embargo, se suman cuando se trabaja con tabletas digitales¡±, a?ade esta experta.
Hay conceptos que se pueden explicar con un m¨®vil y otros que se cuentan mejor con plastilina. El tel¨¦fono, la tableta o el ordenador son solo herramientas, advierten distintos expertos. Ojo con los centros que ¡°promueven el uso de tabletas para captar estudiantes y solo venden humo¡±, en palabras de Camacho. Ni es solo una moda ni se puede hacer de forma aislada. ¡°No basta con que un profesor decida usar tecnolog¨ªas por su cuenta¡±, explica F¨¦lix Serrano, director del Instituto Nacional de Tecnolog¨ªas Educativas y Formaci¨®n del Profesorado (INTEF), dependiente del Ministerio de Educaci¨®n. ¡°Debe de ser parte del proyecto educativo de centro, que tiene que comunicarse a las familias, adem¨¢s de contar con las redes adecuadas y las condiciones de seguridad necesarias¡±. No existen datos oficiales de cu¨¢ntos centros escolares usan los m¨®viles en clase frente a los que los proh¨ªben. Tampoco se ha contabilizado el n¨²mero de profesores capacitados para usarlos como herramienta did¨¢ctica, aunque distintas fuentes consultadas se?alan que es un grupo minoritario. En el INTEF se forman cada a?o unos 10.000 profesores en Competencias Digitales, que se a?aden a la formaci¨®n que imparten las comunidades aut¨®nomas.
El riesgo de que crezca la brecha digital
En Espa?a, el 51,2% de los centros escolares disponen de ordenadores de sobremesa, el 45,2% de port¨¢tiles y el 3,6% de tabletas, seg¨²n datos del Ministerio de Educaci¨®n correspondientes al curso 2014-2015. No contabiliza los m¨®viles. Aunque su uso est¨¢ muy extendido, seg¨²n el INE, hay familias que no podr¨ªan pagarlos y menos a¨²n si se trata de un aparato de ¨²ltima generaci¨®n, que puede costar entre 200 y 800 euros. Javier Bah¨®n propone que las Administraciones den remanentes a los centros que quieran hacer proyectos para los alumnos que no tengan. Mar Camacho a?ade que se puede permitir a cada alumno llevar la tecnolog¨ªa de la que dispone ¡°para compartirla¡± y defiende que no tienen que ser modelos reci¨¦n salidos al mercado: ¡°La UNESCO est¨¢ ense?ando a leer en pa¨ªses subdesarrollados usando solamente SMS¡±.
No solo hay diferencias en los aparatos, tambi¨¦n en las conexiones. ¡°Me he encontrado de todo, centros sin cableado y colegios que no ten¨ªan ancho de banda suficiente. Eso es lo m¨¢s frustrante para un profesor, tener el equipo y que se cuelgue¡±, a?ade Bah¨®n, que recorre el pa¨ªs formando docentes. Seg¨²n datos oficiales del Ministerio de Educaci¨®n, el 68,4% de los centros tienen conexiones de cinco megas de ancho de banda y solo uno de cada cuatro, de m¨¢s de 20. Es como si toda el agua que necesita un colegio entrara por una ¨²nica manguera estrecha. La mayor¨ªa de las compa?¨ªas de telefon¨ªa ofrecen ya m¨¢s de 100 megas en sus ofertas para hogares.
¡°Las tecnolog¨ªas tienen grandes ventajas pero requieren una buena formaci¨®n del profesorado¡±, a?ade Javier Bah¨®n, maestro y pedagogo y formador de docentes, que en sus charlas defiende ¡°innovar sin perder el norte¡± y advierte de que parte de esa preparaci¨®n queda al albur de cada maestro. ¡°Cuando se generalizaron las pizarras digitales, el Gobierno ofreci¨® solo una ma?ana de formaci¨®n para usarlas. Un d¨ªa y nunca m¨¢s se supo. As¨ª que hubo profesores que le sacaron punta, otros que solo la encienden a veces como juego y los que escriben encima como si fuera la pizarra tradicional¡±.
¡°?Mira el sol, mira el sol! Casi lo toco¡±, grita una chica con las gafas puestas en el aula del IES Cervantes. Es la clase de prueba de Ismail Ali Gago, profesor de Biolog¨ªa y responsable tecnol¨®gico del instituto, que ve ¡°interesante¡± la propuesta, pero pide probarla m¨¢s para calibrar las ventajas posibles. Gago ya usa los m¨®viles en otras de sus clases: ¡°Son un aut¨¦ntico laboratorio, pero es importante dejarles algo claro a los chicos: los m¨®viles est¨¢n prohibidos; Los ordenadores que llevan dentro, no¡±. Muchos centros de secundaria proh¨ªben su uso en el aula. Temen el ciberbullying, que seg¨²n un estudio reci¨¦n publicado se da ya en uno de cada cuatro casos de acoso escolar. Vale para adentrarse en la casa de Cervantes con realidad virtual pero tambi¨¦n para hacer fotograf¨ªas de compa?eros y colgarlas en las redes o para enviar insultos. ¡°Puede ser tan peligroso como un l¨¢piz que sirve a la vez para pintar o para sacar un ojo¡±, a?ade Santiago Gonz¨¢lez, el profesor de Arte. De fondo siguen los grititos de sorpresa de los chicos, que ahora est¨¢n en la selva. ¡°Un mono, un mono, estoy viendo un mono¡±, chilla una. No se ha dado cuenta de que ha sonado el timbre y ya puede salir al recreo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.