Sobrado y casi sin rivales
El Alberto N¨²?ez Feij¨®o que venci¨® ayer en Galicia casi nada tiene que ver con el aspirante envarado y un poco aut¨®mata, con curr¨ªculo gris de alto funcionario, t¨ªmido y precavido que se present¨® para recuperar el feudo de Manuel Fraga en 2009. Feij¨®o y Rajoy, ambos en horas bajas y con muchos cuestionamientos internos, sab¨ªan lo que se jugaban entonces. Se sentaron y pactaron un reparto de papeles que con el tiempo les ha agradado y que han depurado al m¨¢ximo. Feij¨®o, procedente de una aldea rural, emigr¨® a la ciudad para estudiar y progresar y ahora pasea su estela de presidente por foros de empresarios, claustros universitarios, despachos del poder y por las grandes urbes de la costa atl¨¢ntica. Rajoy, hijo de magistrado que se cri¨® sobre todo en Santiago, Le¨®n y Pontevedra, encuentra en los paisanos y ancianos de los pueblos y aldeas de Lugo y Ourense el cari?o y aprecio que echa en falta en ese Madrid tan arisco. No es que se rechacen o escondan, es que se reparten ese juego, calculado y astuto.
¡°Mira, compara y, si resiste un an¨¢lisis, vota en consecuencia¡±. La frase la suelta un miembro del equipo de Feij¨®o para subrayar que su jefe, de 55 a?os, lleva en cargos institucionales desde 1991, ostent¨® puestos medios en varias consejer¨ªas, fue presidente del Insalud, director de Correos, consejero de Obras P¨²blicas, vicepresidente gallego y presidente desde 2009. Algunos de sus rivales llevan tiempo en pol¨ªtica, pero todos fueron elegidos para su actual responsabilidad entre hace dos meses (Lu¨ªs Villares y Cristina Losada) y cuatro (Xoaqu¨ªn Fern¨¢ndez Leiceaga) o cinco meses (Ana Pont¨®n). El grado de conocimiento de Feij¨®o es del 98% y el de sus contrincantes apenas alcanza el 50%.
¡°Soy como soy y ya no voy a cambiar¡± o ¡°A estas alturas nadie me va a imponer lo que tengo que decir excepto los gallegos¡±. Son dos frases que ha repetido a diario el candidato del PP. Luego se ha presentado como el adalid y ejemplo de la moderaci¨®n y la estabilidad frente al caos multipartito. Y en su pretensi¨®n de alcanzar el voto de todos los centristas de Ciudadanos y del PSOE que creen en Espa?a, el orden y las reglas de juego, ha llegado a ofrecerse como su ¨²nico presidente posible: ¡°Os respeto y os represento¡±. El PP no ha parado de cuestionar el tono duro para venir de un magistrado como Lu¨ªs Villares (Mareas) o las arremetidas del le¨®n del BNG en la sombra, Xos¨¦ Manuel Beiras (80 a?os).
Feij¨®o ha ido en estos a?os confeccionando el PP gallego a su antojo. En primavera acometi¨® su ¨²ltima renovaci¨®n, pero no se atrevi¨® con el feudo del gran cacique ourensano, Xos¨¦ Manuel Baltar, hijo de su antecesor. Ahora ha construido un discurso sobre que las pasiones familiares por la democracia no se pueden ni deben truncar. Y espera una excusa judicial para librarse de su ¨²nico escollo en una organizaci¨®n redise?ada a su medida. En el PSdeG, las Mareas y el BNG las disputas internas han sido noticia todo el verano aunque luego sus candidatos han salido refrendados por primarias abiertas con soltura.
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