Urkullu, el fidelizador de votantes
El candidato del PNV ha aumentado su suelo de votos para repetir como lehendakari
En un pa¨ªs en el que el crispado debate pol¨ªtico conduc¨ªa inexorablemente a la construcci¨®n de l¨ªderes pasionales y en una sociedad en la que el alcohol ha fluido generaci¨®n tras generaci¨®n a trav¨¦s de la cultura de las cuadrillas, los potes y los txikiteros, I?igo Urkullu (Alonsotegi, Bizkaia, 1961) representa la contracultura. Abstemio absoluto, y tranquilo hasta el aburrimiento cuando se pone delante de un micro, se ha convertido en un aut¨¦ntico fidelizador de sus votantes y constructor de nuevas lealtades a trav¨¦s de un c¨®ctel, en su caso tambi¨¦n mezclado, ¡°no agitado¡±, de seriedad, equilibrio, y austeridad.
Frente al t¨®pico del gaditano salado, representa el del vasco m¨¢s bien soso, pero que cuando se pone a remar y se marca una meta aprieta los dientes y sigue remando, incluso sobre la arena. Religioso hasta la m¨¦dula y padre de tres hijos, es cualquier cosa menos postureo, y los electores de todos los partidos lo han detectado. Se ha convertido, seg¨²n Metroscopia, en el ¨²nico l¨ªder al que incluso los de los partidos m¨¢s cr¨ªticos le miran con ojos tiernos y conf¨ªan en su gesti¨®n.
Y ¨¦l, como el Boss, el Springsteen a quien admira, sabe que la confianza es a los fans, lo que el cemento de calidad a un edificio s¨®lido como ¡°la Euskadi del siglo XXI que queremos levantar¡±. Sin utop¨ªas. Sin castillos en el aire. Cuando los independentistas m¨¢s le apretaban dijo que la ¡°independencia es una imagen del pasado¡± y que la ampliaci¨®n del autogobierno es una de sus prioridades, pero detr¨¢s las pol¨ªticas sociales, la mejora de la econom¨ªa, y las pol¨ªticas de paz y convivencia.
Seg¨²n sus amigos, Urkullu es lo que se ve, sin dobleces, despu¨¦s de a?os de esculpir su personalidad pol¨ªtica en un PNV que ha explorado sus dos orillas, desde la m¨¢s soberanista y arriesgada del plan Ibarretxe a la m¨¢s pragm¨¢tica del propio Urkullu, haciendo cosas previsibles en circunstancias dif¨ªciles. Se afili¨® a los 17 a?os al PNV, estudio Magisterio, se cas¨® con su novia de toda la vida y siempre ha sido nacionalista, sin estridencias.
Incluso cuando, como presidente del PNV de Bizkaia transit¨® por la convulsa sucesi¨®n de Xabier Arzalluz, o tuvo que apretar los dientes para no morderse la lengua cuando, como presidente de la comisi¨®n parlamentaria de Derechos Humanos, vio c¨®mo la izquierda abertzale sentaba a su lado a Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera. Las v¨ªctimas de ETA, del GAL y del resto de violencias tambi¨¦n le creyeron cuando les pidi¨® perd¨®n el a?o pasado por la pasividad hist¨®rica del Gobierno vasco. Sabe, como nieto de panadero, que el secreto est¨¢ en el amasado, aunque al final el pan tenga m¨¢s o menos sal. De cara a esta legislatura tiene una deuda con los m¨¢s necesitados. El PSE recort¨® un 7% las ayudas sociales en 2011 al no haber ingresos. Urkullu no se lo ha devuelto esta legislatura.
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