Rajoy ya no teme a la G¨¹rtel
El problema pol¨ªtico contempor¨¢neo no se ubica en G¨¦nova, sino en Ferraz
No hace falta un banquillo para sentar este lunes a los 37 acusados de la trama G¨¹rtel, sino un grader¨ªo, expresi¨®n hiperb¨®lica de un proceso a su vez hiperb¨®lico que amontona 700.000 folios y que retrata, a destiempo, la org¨ªa de la corrupci¨®n en connivencia atmosf¨¦rica y concreta con el PP.?La propia extemporaneidad del caso, elevado a los tribunales nueve a?os despu¨¦s de la primera iniciativa policial, es la que puede limitar su repercusi¨®n pol¨ªtica. Tanto por la anestesia de la opini¨®n p¨²blica al ajetreo judicial como por la amnesia que parece diagnosticarse en el trance de las urnas.
Las encuestas atribuyen a Mariano Rajoy m¨¢s entusiasmo que nunca. Y el problema pol¨ªtico contempor¨¢neo no se ubica en G¨¦nova, sino en Ferraz, por mucho que el actual presidente del Gobierno en funciones provenga de la generaci¨®n, del partido, del Gobierno y de la boda ¡ªla de la hija de Aznar¡ª en que medraron los arquitectos y los fontaneros de la trama. Incluido el propio tesorero de Rajoy, Luis B¨¢rcenas, atrapado todav¨ªa en la disciplina de un hist¨®rico SMS.
Intentar¨¢ su abogado aprovechar el pintoresco y elocuente desfile de los testigos ilustres para devolver a la actualidad la verdad de la caja b. Que es la caja negra del PP y el obst¨¢culo al que tendr¨¢n que responder sucesivamente los exministros ?lvarez Cascos, ?ngel Acebes, Rodrigo Rato, Javier Arenas y Jaime Mayor Oreja.?Estuvieron todos ellos en los reclinatorios de la boda escurialense de la hija de Aznar, como lo hicieron los grandes art¨ªfices de la G¨¹rtel, ajenos entonces ¡ªnoviembre de 2002-¡ªa la familiaridad que iban a alcanzar las im¨¢genes y sus apodos. Don Vito, que era el de Francisco Correa. O El Bigotes, sobrenombre de ?lvaro P¨¦rez a cuenta de su estilismo prusiano. O El Albondiguilla, alias en clave m¨¢s torrentista que asumi¨® Arturo Gonz¨¢lez Panero en la alcald¨ªa de Boadilla del Monte (Madrid).
Puede localizarse e identificarse el pueblo del norte de Madrid como el aleph de la trama, la quintaesencia de una cultura capilar de la corrupci¨®n que operaba ama?ando concursos p¨²blicos en favor de las empresas de Correa. E incurri¨¦ndose enciclop¨¦dicamente en todos los delitos m¨¢s dolorosos de la gesti¨®n p¨²blica: asociaci¨®n il¨ªcita, prevaricaci¨®n, fraude, cohecho, falsedad en documento mercantil, tr¨¢fico de influencias, blanqueo de capitales, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. Son los motivos por los que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n solicita 40 a?os de c¨¢rcel al ex se?or alcalde ¡ªy 71 a Correa¡ª, aunque el mismo modus operandi se multiplic¨® en otros municipios del territorio popular.
Se presupone escarmiento judicial a los grandes protagonistas del caso, pero predomina la sensaci¨®n de que el precio pol¨ªtico ya ha sido amortizado. Y a tarifa de mercadillo, pues el evidente retroceso del PP en el ¨¢mbito territorial y en los comicios del 20D ¡ªtres millones de votos menos, un tercio de diputados fuera de la C¨¢mara¡ª no ha impedido a Rajoy liderar la remontada de junio ni colocarse para las hipot¨¦ticas terceras en puesto de privilegio.
Su gran alianza providencial se la ha proporcionado el cr¨¢ter del PSOE, tan aparatoso y traum¨¢tico que la sobreposici¨®n en los tribunales de los casos Caja Madrid ¡ªBlesa y Rato en el banquillo¡ª y G¨¹rtel ha adquirido un papel subliminal en las inquietudes de la calle, m¨¢s a¨²n cuando los esc¨¢ndalos, muy diferentes entre s¨ª, se plantean o se recrean en sus aspectos berlanguianos y tragic¨®micos.?La G¨¹rtel tanto interven¨ªa para televisar las misas de Benedicto XVI como para explorar para¨ªsos fiscales y abastecer de prostitutas a l¨ªderes pol¨ªticos, empresarios y periodistas, as¨ª es que Francisco Correa descolla como autor intelectual y material del gran fresco de la corrupci¨®n espa?ola en la edad del pelotazo, de la burbuja inmobiliaria y de la megaloman¨ªa aznarista.
El tribunal constituido este lunes en San Fernando de Henares va a pronunciarse por delitos que se cometieron entre 1999 y 2005. Es la ¡°primera temporada¡± de la serie y la frustraci¨®n que conlleva juzgar una ¨¦poca desde otra ¨¦poca, ambas comunicadas por la inmortalidad de Rajoy.
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