Correa dinamita las ruinas de su imperio
El cerebro del caso G¨¹rtel entra en la lista de los grandes corruptores en una confesi¨®n muy calculada
Francisco Correa S¨¢nchez, de 61 a?os, hijo de un comunista represaliado por el franquismo y seguidor ac¨¦rrimo del Atl¨¦tico de Madrid ¨Clleg¨® a disponer, seg¨²n su versi¨®n, de 25 palcos en el Calder¨®n- se inscribi¨® esta semana en el club, exclusivo pero nada selecto, de los grandes corruptores espa?oles, en el que figuran, entre otros, el asesor urban¨ªstico marbell¨ª Juan Antonio Roca, del caso Malaya, o el constructor alicantino Enrique Ortiz. Su confesi¨®n ante el tribunal del caso G¨¹rtel, al que admiti¨® haber cobrado mordidas de hasta el 3% de grandes constructoras por mediar en contratos del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (1996-2004) y reconoci¨® haberse repartido los beneficios con el gerente del PP, Luis B¨¢rcenas, fue un crudo retrato al fresco de la llamada cultura del pelotazo.
Los siete a?os transcurridos desde que el juez Baltasar Garz¨®n destap¨® el caso; los esc¨¢ndalos que se han ido acumulando en este periodo y que han saturado la atenci¨®n p¨²blica; y, sobre todo, las urgencias pol¨ªticas de PP y PSOE para lograr la investidura de Mariano Rajoy han puesto cierta sordina a las m¨¢s de 10 horas de declaraci¨®n de Correa ante la fiscal Concepci¨®n Sabadell. El jueves y el viernes pasados, el cerebro de G¨¹rtel carg¨® sobre sus espaldas la responsabilidad global de la trama de sobornos; apuntal¨® las acusaciones contra cargos pol¨ªticos -en especial B¨¢rcenas y el exalcalde de Pozuelo Jes¨²s Sep¨²lveda, exmarido de la antigua ministra de Sanidad Ana Mato-; y exculp¨® a sus socios y subordinados, como ?lvaro P¨¦rez, el Bigotes, o el contable Jos¨¦ Luis Izquierdo, aun a fuerza de hacerles pasar ante Espa?a entera como unos pobres diablos.
Correa dio titulares rotundos ¨C¡°G¨¦nova era mi casa¡±, ¡°Yo no soy Don Vito¡±- y mantuvo en vilo a la sala al dejar caer los nombres de algunos responsables pol¨ªticos como Esperanza Aguirre. Sin embargo, el empresario que prosper¨® al amparo del aznarismo se limit¨® a una voladura controlada. Con su declaraci¨®n, medida y estudiada hasta las comas, Correa no hizo m¨¢s que poner cargas de dinamita en lo que ya eran la ruinas de su imperio.
Tras pasar casi cuatro a?os en prisi¨®n provisional y con una petici¨®n de la fiscal¨ªa de 125 a?os de c¨¢rcel, Correa busca que se le aplique una atenuante de colaboraci¨®n con la justicia. Y, aunque durante su declaraci¨®n ante la fiscal Sabadell expres¨® en decenas de ocasiones su voluntad de cooperar, lo cierto es que el l¨ªder de la red corrupta no rindi¨® ante el ministerio p¨²blico ni un mil¨ªmetro m¨¢s de aquello que est¨¢ sobradamente acreditado con documentos en el sumario del caso.
Los secundarios, a punto
Este lunes, el cerebro del caso G¨¹rtel, Francisco Correa, terminar¨¢ previsiblemente su declaraci¨®n ante el tribunal contestando las preguntas que le formule la acusaci¨®n popular del PSOE de Valencia. Despu¨¦s llegar¨¢ el turno de los miembros de su grupo de empresas, a los que el l¨ªder del grupo ha tratado de exculpar. Previsiblemente, el tribunal presidido por ?ngel Hurtado modificar¨¢ el orden previsto, que coincid¨ªa con el del escrito de conclusiones de la fiscal¨ªa, para hacer intervenir en primer lugar a ?lvaro P¨¦rez, el Bigotes. Este, encargado de las empresas de la red en la Comunidad Valenciana, fue descrito en varios momentos por Correa como un manirroto al que tuvo que auxiliar para salvarlo de la ruina. Tambi¨¦n declarar¨¢ pr¨®ximamente el contable de la red, Jos¨¦ Luis Izquierdo, de quien Correa destac¨® su absoluta lealtad y su nula iniciativa, y la administrativa Alicia M¨ªnguez, a la que pint¨® como una aut¨¦ntica v¨ªctima colateral de sus pr¨¢cticas.
Una declaraci¨®n en la que pueden saltar chispas ser¨¢ la de la exsocia de Correa Felisa Jord¨¢n. Durante su interrogatorio, el jefe del grupo cont¨® que rompi¨® con ¨¦sta cuando descubri¨® que se gast¨® 400.000 euros en tiendas de lujo con la visa de la empresa que gestionaba. Jordan, y el exedil de Majadahonda Jos¨¦ Luis Pe?as, denunciante de la trama, son las ¨²nicas personas a las que Correa ha atacado ¨Chasta lo personal- en los d¨ªas pasados.
Su declaraci¨®n pone en serios aprietos a compa?eros de banquillo, como el extesorero B¨¢rcenas, el exconsejero regional madrile?o Alberto L¨®pez-Viejo ¨Cal que supuestamente pag¨® un mill¨®n de euros desde Suiza por la concesi¨®n, cuando era concejal en Madrid, de una contrata de basuras- o los exalcaldes Sep¨²lveda (Pozuelo) o Guillermo Ortega (Majadahonda), destinatarios de sus regalos m¨¢s cuantiosos, en forma de sobres con dinero, viajes o veh¨ªculos de alta gama. Sin embargo, fue mucho m¨¢s parco al referirse a los secretarios generales del PP que controlaban el presupuesto del partido durante sus a?os en G¨¦nova 13, como Javier Arenas, ?ngel Acebes o Francisco ?lvarez-Cascos. A este ¨²ltimo, le desvincul¨® de forma categ¨®rica de las iniciales P. A. C. que figuran en una empresa que se reparti¨® beneficios por organizar las campa?as electorales del PP. Los antiguos n¨²meros dos del PP deber¨¢n declarar como testigos en la causa a petici¨®n de las acusaciones populares.
Correa, durante el interrogatorio, que continuar¨¢ este lunes, dio muestras de seguridad al describir los grandes trazos de la trama. Como si fuera lo m¨¢s normal del mundo, reconoci¨® no haber presentado la declaraci¨®n de la renta desde 1993 y dar regalos a los pol¨ªticos que le permitieron obtener ¡°grandes beneficios¡± con el PP. Sin embargo exhibi¨® enormes lagunas a la hora de entrar en detalles de asuntos que en algunos casos se remontan a hace casi 20 a?os. El l¨ªder de la trama dijo no haber estado nunca en el d¨ªa a d¨ªa de sus m¨¢s de 80 sociedades ¨Cde hecho los nombres de muchas de ellas ni siquiera le sonaban-.
El paso por la c¨¢rcel, muy traum¨¢tico para ¨¦l en sus primeros meses, ha matizado algo su car¨¢cter soberbio, pero en absoluto lo ha eliminado. Correa se present¨® ante el tribunal como un ejecutivo de ¨¦xito que no se manchaba las manos con algo tan vulgar como el dinero. Su declaraci¨®n, en algunos pasajes, recordaba la confesi¨®n de Juan Antonio Roca, el cerebro del caso Malaya. Al igual que el exasesor urban¨ªstico que amas¨® un patrimonio de 210 millones de euros trapicheando con el suelo de Marbella, Correa se situ¨® como absoluto controlador y ¨²nica fuente de autoridad de su red, y protegi¨® a sus subordinados, aunque nunca hasta el punto de perjudicarse a s¨ª mismo en esta defensa.
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