Los ¨²ltimos d¨ªas del silvestrismo
La Comisi¨®n Europea abre expediente a Espa?a por la captura de aves silvestres para el canto
La afici¨®n de Pablo Luis L¨®pez viene de muy lejos y no solo porque su bisabuelo, abuelo y padre tambi¨¦n se dedicaran al silvestrismo o la captura de aves fring¨ªlidas silvestres para educar su canto. En el largo poema ilustrado Cynegetica, escrito por Opiano de Apamea en el siglo III en honor del emperador romano Caracalla, se describen algunas t¨¦cnicas de esta forma de caza. Una red y un jilguero enjaulado aparecen en una pintura campestre de Francisco de Goya. Las artes apenas han cambiado, pero los tiempos s¨ª y la Comisi¨®n Europea estudia sancionar a Espa?a porque algunas comunidades aut¨®nomas siguen permitiendo estas capturas que infringen la ley comunitaria sobre aves. "Es muy dif¨ªcil comprender desde Bruselas lo que esto significa ¡ªdice L¨®pez¡ª. Deber¨ªan atender a las tradiciones de cada pa¨ªs, porque al final vamos a ser todos como Alemania".
El silvestrismo cuenta con unos 40.000 aficionados en toda Espa?a, agrupados en sus respectivas federaciones de caza. Las capturas en verano y oto?o de jilgueros, pardillos, verderones y verdecillos dan paso a su educaci¨®n invernal en los diferentes tipos de trinos, y a multitudinarios concursos de canto y hasta a un campeonato nacional en primavera. Los jueces punt¨²an "la nitidez, intensidad, pausa y claridad" en sus cantadas b¨¢sicas, cantes enlazados y coplas rematadas, registros del argot silvestrista con varias subcategor¨ªas que abarcan el repertorio del p¨¢jaro. La ense?anza se consigue mediante la repetici¨®n de los trinos deseados, en CD o casete, durante la juventud del animal, unos dos o tres meses en los que cambia su plumaje de nido por el adulto. "Cuando no exist¨ªan las grabaciones se utilizaban aves maestras", afirma L¨®pez, que ha escrito una enciclopedia sobre los cantos de los fring¨ªlidos, incluso con su traducci¨®n aproximada a la fon¨¦tica humana.
De madrugada, junto a un campo de girasoles a las afueras de Pioz, Guadalajara, L¨®pez y tres compa?eros silvestristas preparan la trampa que debe estar preparada antes del amanecer. El sistema, accionado por cuerdas, consiste en unas redes laterales que se abaten sobre el centro, repleto de cardos y otras plantas dispuestas a prop¨®sito. "Hay que ponerles comida porque, junto a los reclamos, es su instinto natural el venir a posarse aqu¨ª", explica. Alrededor de la trampa se colocan unas jaulas con jilgueros y pardillos para que atraigan con su canto a sus pares silvestres. Los cimbeles ¡ªel otro tipo de reclamo en el centro¡ª son jilgueros y pardillos sujetados por arneses a unas varillas, tambi¨¦n movidas por cuerdas. "Los reclamos no cantan mucho hoy, est¨¢n fr¨ªos", dice Juan de Dios, presidente del club El Verder¨®n.
Infracci¨®n de la ley europea
La directiva 2009/147/CE relativa a la conservaci¨®n de aves silvestres establece, en su art¨ªculo 5, la prohibici¨®n de "matar o capturar de forma intencionada, sea cual fuera el m¨¦todo empleado, todas las especies de aves que viven normalmente en estado salvaje en el territorio europeo".
La concesi¨®n de permisos por parte de las comunidades aut¨®nomas se ampara en las excepciones del art¨ªculo 9: "para fines de investigaci¨®n o de ense?anza, de repoblaci¨®n, de reintroducci¨®n, as¨ª como para la crianza orientada a dichas acciones" y "en condiciones estrictamente controladas y de un modo selectivo, la captura, la retenci¨®n o cualquier otra explotaci¨®n prudente de determinadas aves en peque?as cantidades".
El problema es que esas excepciones solo pueden aplicarse en ausencia de otra "soluci¨®n satisfactoria", en este caso, la cr¨ªa en cautividad que, en pa¨ªses como Francia y B¨¦lgica, ha salvado al silvestrismo de la desaparici¨®n. Durante a?os, las comunidades han argumentado que las capturas iban dirigidas a iniciar la cr¨ªa en cautividad, pero el gran n¨²mero de licencias otorgadas han acabado con la paciencia de la Comisi¨®n Europea.
"El problema legal que tiene el silvestrismo es que incumple la directiva de aves porque se basa en la captura de fring¨ªlidos silvestres en el medio natural. No est¨¢ permitido al existir una soluci¨®n satisfactoria, una alternativa, que es la cr¨ªa en cautividad", dice Nicol¨¢s L¨®pez, responsable de especies amenazadas de la organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro SEO/Birdlife. Andaluc¨ªa, con 71.896 capturas para 2016, es la comunidad que m¨¢s permisos otorga. Catalu?a, donde la tradici¨®n es tambi¨¦n muy fuerte, no ha dado ninguno este a?o. El pasado 1 de octubre, miles de ocellaires ¡ªel nombre catal¨¢n de los silvestristas¡ª se manifestaron en Barcelona contra la decisi¨®n de la Generalitat.
El sol ha salido hace un buen rato y la trampa es accionada por primera vez. Un jilguero. Pablo Luis L¨®pez lo deposita en una jaula que tapa con un trapo de esparto para que el animal no se estrese. L¨®pez recuerda su casa de la infancia llena de p¨¢jaros. Su abuelo y su padre le ense?aron a cuidarlos, a escuchar su canto, a saber cu¨¢ndo estaban enfermos y hab¨ªa que darles un poco de leche. "Una de las primeras veces que fui a cazar con mi abuelo, me dijo que fuera a mirar algo dentro de la trampa y cuando llegu¨¦, accion¨® el mecanismo. A todos nos lo han hecho alguna vez".
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