Humor negro y humor nazi
Para nuestros izquierdistas, la banda practicaba "violencia" o "lucha armada", no terrorismo
El reciente juicio sobre el supuesto delito cometido por un pol¨ªtico al emitir unos tuits, nos lleva a un terreno que desborda con mucho el de una peripecia individual casi irrelevante. Enlaza con un episodio tan significativo como la anulaci¨®n por el Tribunal Constitucional de la precedente condena del negacionismo del holocausto, que lograra mediante un esfuerzo tit¨¢nico la ya fallecida Violeta Friedmann, superviviente de Auschwitz, frente al nazi L¨¦on D¨¦grelle. En ambos casos, se apel¨® en la defensa de la libertad de expresi¨®n, a lo cual es a?adida en el m¨¢s reciente la invocaci¨®n al humor negro. ?nica observaci¨®n a hacer sobre este episodio: condenar el terrorismo, y no el terrorismo de ETA expl¨ªcitamente, abre el margen para la duda razonable, ya que para nuestros izquierdistas, la banda practicaba "violencia" o "lucha armada", no terrorismo.
La libertad de expresi¨®n requiere l¨ªmites, y en su seno el humor negro, cuando atenta contra los derechos o la seguridad jur¨ªdica de otro. No es l¨ªcito hacer propaganda, y tampoco chistes sobre la pederastia. Tampoco del canibalismo o de la tortura, es decir, sobre aquellos comportamientos concretos, identificables, de los cuales resulta la destrucci¨®n del ser humano. El contenido macabro del humor negro no ofrece otro problema que el del un posible mal gusto cuando su referente es gen¨¦rico, pero pasa a ser condenable cuando trivializa, e incluso introduce el sarcasmo, al tratar de colectivos y personas que han sido v¨ªctimas inequ¨ªvocas de agresiones criminales. M¨¢s aun cuando el tratamiento humillante sugiere un determinado sesgo: no es cre¨ªble que el mismo autor difundiera tuits sobre unos ni?os palestinos bombardeados por Israel o sobre los laboralistas asesinados en la transici¨®n. Con verdugos tan identificables, y condenables, como ETA o el Estado hitleriano. Volvamos siempre a Primo Levi.
Ha existido el humor negro nazi, consistente en servirse de la burla y el sarcasmo para remachar el aniquilamiento del adversario
Porque ha existido el humor negro nazi, consistente en servirse de la burla y el sarcasmo para remachar el aniquilamiento del adversario. Goebbels utiliz¨® este procedimiento para destrozar la imagen de sus oponentes dem¨®cratas, siendo su t¨¦cnica transferida a la Espa?a de Franco en los preliminares del No-Do. ?Y qu¨¦ decir de las vomitonas cuarteleras de Queipo de Llano contra los rojos y sus viudas redimidas sexualmente por la Legi¨®n?
Claro que tambi¨¦n es de rigurosa raigambre totalitaria el recurso de responder siempre a cualquier cr¨ªtica con una mezcla de brutalidad y descalificaci¨®n: si se censura una infracci¨®n, es porque el cr¨ªtico perdi¨® las elecciones, y adem¨¢s tal actitud censoria se ejecuta desde el fango. M¨¢s all¨¢ de que los l¨ªderes de Podemos hayan estudiado los antecedentes en Lenin y el Duce, coinciden con ellos en la sustituci¨®n del debate por la agresi¨®n verbal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.