Leonor de Borb¨®n Ortiz aprende historia en directo

Estaban los diputados y diputadas de Podemos, con su se?or¨ªa Irene Montero especialmente indignada ante el oprobio, preocupad¨ªsimos porque Leonor y Sof¨ªa de Borb¨®n Ortiz faltaran al cole un jueves lectivo para asistir con sus padres, el Rey y la Reina, a la apertura de la XII Legislatura. No sabemos qu¨¦ clases se perdieron ¡ª?Mates, Conocimiento del Medio, Science?¡ª, pero lo que pocos pedagogos pondr¨ªan en duda, por muy gente que fueran, es que?las ni?as, de 11 y 9 a?os, alumnas de sexto y cuarto curso?de Primaria, estaban viviendo una clase de historia?contemporane¨ªsima en directo.

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Apertura de la XII Legislatura en el Congreso

Un a?o sin Catalu?a en los discursos del Rey

Hab¨ªa que ver el aplomo de la Princesa de Asturias y su hermana desde que bajaron del coche pegadas al vestido sastre de su Majestad su madre hasta que subieron rumbo a palacio despu¨¦s de tragarse la recepci¨®n, los discursos, el desfile y el besamanos de todos los padres y las madres de la patria, excepto los de Bildu, los de ERC y los de Podemos que tan preocupados estaban por su curr¨ªculo. Tan ideales con sus vestiditos rosa fucsia y gris plomo, tan calladitas, tan ni?as buenas. Mir¨¢ndolo todo con ese rictus de curiosidad, primero; paciencia, despu¨¦s; y sant¨ªsimo aburrimiento, a la postre, que solo son capaces de adoptar los prep¨²beres. Y habr¨ªa que saber tambi¨¦n lo que pensaban ambas viendo a tantos se?ores y se?oras sentados gl¨²teo con gl¨²teo, arrejuntados diputados y senadores, interpretando su papel de cara a la galer¨ªa.

Unos, desoll¨¢ndose las manos de tanto aplaudir a su Majestad su papi. Otros, haciendo ostentosa gala de su abstenci¨®n palmera. Unos, m¨¢s bien unas, vestidos como para Nochevieja. Otros, sobre todo el diputado Diego Ca?amero con su camiseta de ¡°Yo no vot¨¦ a ning¨²n Rey¡±, como de andar por la mani. Unos, como Antonio Hernando, portavoz del PSOE, con cara de funeral de Estado, perd¨®n, partido. Otros, como los ministros novatos Dastis, De la Serna y Montserrat, como ni?os con deportivas nuevas. Todos, partidarios y detractores, mir¨¢ndolas a ellas con m¨¢s o menos ternura, o total o nula adhesi¨®n mon¨¢rquica, como las estrellas m¨¢s j¨®venes del hemiciclo.

La m¨¢s entusiasta, de largo, pensar¨ªan Leonor y Sof¨ªa, era una se?ora vestida de blanco Pronovias, Ana Pastor, la presidenta del Congreso, que estaba que se sal¨ªa y llamaba de ¡°vos¡± a su padre, Felipe, porque el usted se le hac¨ªa poco. El m¨¢s pancho, Rajoy, el se?or de barba y gafas que ya conocen de otras veces. Y los m¨¢s divertidos, los fot¨®grafos, un mogoll¨®n de se?ores con c¨¢maras superchulas y chalecos multiaventura apretujados sobre unas escaleras y acribill¨¢ndolas a fotos.

Tan integradas estaban las nenas que se les iban las manos a aplaudir cuando aplaud¨ªa la C¨¢mara. Pero para eso estaba su madre, que les lanzaba un adusto izado de ceja de ¡°eso no se hace¡± en su ya adusto rostro y restablec¨ªa la neutralidad de la Corona. No consta si pidieron a Pastor justificante de falta para el director del cole. Pero las pruebas de sus pellas quedar¨¢n para la Historia. Veremos si, para la pr¨®xima legislatura, cuando la haya, la heredera adolescente se dejar¨¢ hacer esas trenzas de princesa del medievo o har¨¢ valer el hecho de ser Leonor de Borb¨®n y no de Aquitania.