Borrachos y en urgencias a los 13 a?os
Al menos 5.000 menores fueron atendidos por abuso de alcohol en urgencias en 2015. ¡°Es solo la punta del iceberg de un problema que se agrava¡±, advierten desde Sanidad
¡ª?Me da una botella de ginebra, por favor?
¡ª?La quieres grande o peque?a?
La persona que se dispone a comprar el licor es una adolescente de 14 a?os. Menuda, morena, sin pintar, con brackets en los dientes y el pelo recogido en una coleta, Laura aparenta los a?os que tiene. Ni uno m¨¢s. Quiz¨¢ incluso alguno menos. A pesar de ello, le resulta muy f¨¢cil conseguir un viernes por la noche cuatro litros de cerveza, dos de vino, una botella de Martini y otra de ginebra. Si hubiera querido, podr¨ªa haber logrado un arsenal de bebida que tumbar¨ªa a cualquier bebedor empedernido.
En cinco establecimientos del centro de Madrid ¡ªdos de grandes cadenas de supermercados y tres de alimentaci¨®n regentados por ciudadanos chinos¡ª le vendieron alcohol a una menor de aspecto ani?ado sin pesta?ear. Al pasar por caja nadie le pidi¨® el DNI. En algunos, como el de la ginebra grande o peque?a, ten¨ªan el alcohol detr¨¢s del mostrador, por lo que tuvo que pedirlo directamente a los dependientes, que se lo dieron sin problema. Solo en tres tiendas ¡ªtambi¨¦n regentadas por chinos¡ª se negaron. ¡°Es por la ni?a que muri¨®, ?sabes?¡±, argument¨® la due?a de un local. ¡°No quiero l¨ªos¡±. Se refer¨ªa a la menor, de 12 a?os, fallecida el pasado 1 de noviembre por un coma et¨ªlico en San Mart¨ªn de la Vega (Madrid).
Menores que acaban en el hospital
El fallecimiento de la ni?a ha causado una gran alarma en una sociedad con una gran permisividad hacia el consumo y la venta de alcohol a menores. Los expertos sanitarios aseguran que casos tan graves y con desenlace fatal son aislados, pero los datos muestran una realidad poco tranquilizadora: al menos 5.000 menores fueron atendidos por intoxicaci¨®n et¨ªlica en 2015 por los servicios de urgencias en Espa?a, seg¨²n informaci¨®n recabada por este peri¨®dico de las diferentes consejer¨ªas de Sanidad de las comunidades aut¨®nomas.
El n¨²mero total es sin duda mucho mayor. No todas las regiones recogen estad¨ªsticamente el n¨²mero de menores borrachos que acaban en una ambulancia, hospital o centro de salud. Y, cuando lo hacen, algunas registran la cifra de chavales atendidos en todas las urgencias mientras otras refieren solo las urgencias hospitalarias o solo las extrahospitalarias. Algunas registran a todos los menores y otras solo a los menores de 15, o solo a los mayores de esta edad. Adem¨¢s, cada hospital recoge los datos de una forma distinta.
¡°Ser¨ªa esencial crear un indicador nacional para hacer una radiograf¨ªa correcta¡±, afirma Francisco de As¨ªs Bab¨ªn, delegado para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad. ¡°Esos 5.000 menores son solo la punta del iceberg. En esa cifra son todos los que est¨¢n pero no est¨¢n todos los que son. Los que llegan a urgencias y no aparecen en las estad¨ªsticas son muchos, y muchos m¨¢s los que precisar¨ªan ayuda m¨¦dica pero se quedan solos y desprotegidos esperando a que se les pase la borrachera¡±.
Cuando aterrizan en el instituto
El paso al instituto, a los 12 a?os, es un momento delicado. Laura explica que not¨® un cambio muy grande. En el colegio nadie sal¨ªa de fiesta. En la ESO los chicos empiezan a sentirse mayores, a relacionarse con alg¨²n que otro repetidor, y a querer hacer vida adulta, lo que para muchos implica beber. ¡°Normalmente la gente empieza a ir a las fiestas de los pueblos, y all¨ª hay mucho alcohol y chicos mayores¡±, cuenta. As¨ª empieza a aparecer una nueva forma de ocio y las botellas llegan al parque al que hasta hac¨ªa bien poco solo iban para jugar al f¨²tbol o al baloncesto.
Miguel Rodr¨ªguez se encuentra en el hospital a los que peor acaban un viernes o s¨¢bado por la noche. Muchos, provenientes de estas fiestas de pueblo en las que los m¨¢s peque?os se inician con el alcohol. Rodr¨ªguez es m¨¦dico residente de pediatr¨ªa del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y lleva cuatro a?os atendiendo servicios de urgencias pedi¨¢tricas ¡ªmenores hasta los 16 a?os en la Comunidad de Madrid, hasta los 14 en otras¡ª. Muchas veces son muy peque?os, de 12, 13 y 14 a?os, los que llegan solos al centro, en ambulancia.
¡°Suelen ser los amigos los que llaman¡±, explica. ¡°Se asustan porque ven al chaval mal, que empieza a vomitar mucho o se duerme y no logran despertarlo, y deciden avisar. Pero no es raro que despu¨¦s se vayan y lo dejen solo en la calle para que los sanitarios no les hagan preguntas. Tampoco es excepcional que los compa?eros de fiesta se desentiendan y no avisen a nadie. En ocasiones llegan chavales hipot¨¦rmicos que se han quedado solos dormidos en un banco de la calle en pleno invierno. El alcohol no solo es peligroso por el efecto directo sobre el organismo, sino por lo que puede suceder a un adolescente borracho que no tiene quien le ayude¡±.
¡°Las encuestas nos dicen que el consumo en general entre menores va disminuyendo, pero el consumo de riesgo, con atracones y borracheras, aumenta"
No es lo habitual, pero en cuatro a?os ha visto varios casos de comas et¨ªlicos en menores de 16 a?os, y alguna muerte. ¡°Es un drama. J¨®venes sanos con toda la vida por delante que pueden perder la vida por haber bebido m¨¢s de la cuenta. No tiene ning¨²n sentido. Y todo enmarcado dentro de una gran permisividad social¡±.
M¨¢s borracheras que hace 20 a?os
Cerca del 80% de los chavales de entre 14 y 18 a?os ha bebido alcohol, seg¨²n la Encuesta sobre uso de drogas en ense?anzas secundarias en Espa?a 2014-2015, elaborada por el Ministerio de Sanidad. La edad media de inicio est¨¢ en los 13,9 a?os. Un 33,4% de los chicos y un 31% de las chicas hab¨ªan tenido durante los 30 d¨ªas anteriores a la encuesta alg¨²n atrac¨®n de alcohol (cinco copas o m¨¢s) y el 22,2% se hab¨ªa emborrachado. Seis puntos m¨¢s que en 1994. Y la mayor¨ªa no necesit¨® ning¨²n intermediario para comprar las bebidas: lo hizo directamente en alguna tienda en la que nadie le pidi¨® la documentaci¨®n.
El delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Bab¨ªn, considera que el problema es grave y va en aumento. ¡°Necesitamos abrir un debate social sobre una situaci¨®n enormemente da?ina para el desarrollo y la salud de nuestros menores¡±, se?ala. ¡°Las encuestas nos dicen que el consumo en general entre menores va disminuyendo, pero el consumo de riesgo, con atracones y borracheras, aumenta. Y los menores empiezan a beber cada vez antes. La sociedad tiene que concienciarse y las leyes tienen que cumplirse. No podemos seguir siendo tan permisivos¡±.
La forma de empezar a beber ha cambiado notablemente en Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Antes el primer consumo de alcohol se hac¨ªa en casa, con eso que ahora suena tan salvaje de dar a los ni?os pan con vino y az¨²car de postre¡±, se?ala el soci¨®logo Artemio Baigorri, profesor de la Universidad de Extremadura. ¡°Era un elemento de nuestra cultura y el alcohol se iba introduciendo poco a poco. Ahora lo aprenden con sus iguales y dentro de un modelo globalizado: los pa¨ªses del norte han incorporado nuestro botell¨®n y nosotros, sus atracones. Est¨¢ mal visto que los padres eduquen en el alcohol a los hijos pero las familias les dan dinero y un m¨®vil con 13 a?os y no controlan lo que sucede despu¨¦s. Es una gran hipocres¨ªa¡±.
Lo que dicen los padres
La tolerancia hacia el alcohol alcanza a todos: familias, instituciones, empresas... ¡°Los padres tienen reacciones muy distintas cuando les llamamos para avisarles de que su hijo est¨¢ en urgencias y borracho¡±, relata el pediatra Rodr¨ªguez. ¡°Algunos se enfadan mucho con los chavales y les echan una bronca de esc¨¢ndalo, otros son m¨¢s comedidos, otros dicen que a qui¨¦n no le ha pasado algo as¨ª de joven y minimizan lo ocurrido, algunos hasta se r¨ªen...¡±.
"Est¨¢ mal visto que los padres eduquen en el alcohol a los hijos pero las familias les dan dinero y un m¨®vil con 13 a?os y no controlan lo que sucede despu¨¦s. Es una gran hipocres¨ªa¡±
¡°En general, socialmente se le da poca importancia¡±, opina. ¡°Si ves a un chaval de 13 a?os bebiendo cubatas en el parque, no dices nada. No llama la atenci¨®n. Y los chicos no se asustan ni cuando acaban en urgencias porque por lo general no se acuerdan de nada. Solo se preocupan cuando han estado muy mal y se lo cuenta alg¨²n amigo. Pero un chico de 13 a?os no piensa en su salud a largo plazo. No puede depender de ellos el beber o no¡±.
Bab¨ªn coincide. ¡°No podemos pedir a un menor que sea ¨¦l quien se proteja del alcohol, porque no le toca; no ha madurado lo suficiente. Hay que impedir que tenga acceso a este tipo de bebidas. La cuesti¨®n, adem¨¢s, est¨¢ regulada en todas las comunidades: legalmente, los menores no pueden adquirir alcohol ni consumirlo. Por tanto, debemos perseverar en hacer cumplir esas leyes¡±.
Falta implicaci¨®n social
Pero esto no suceder¨¢ hasta que el conjunto de la sociedad no exija que se cumplan, coinciden los expertos consultados. ¡°Y hace falta que los distintos sectores asuman su responsabilidad¡±, indica Bab¨ªn. ¡°Las instituciones deben controlar que los menores no est¨¦n bebiendo en la calle y ofrecer m¨¢s alternativas de ocio. Hay que ense?ar a los padres a detectar el problema y a lidiar con ¨¦l... y, sobre todo, lograr un cord¨®n sanitario en torno a la venta de alcohol a los menores. Si no pueden comprar, el problema ser¨¢ menor¡±.
¡°Las grandes superficies de alimentaci¨®n deben exigir a sus dependientes que pidan la documentaci¨®n a todos los que quieran comprar alcohol y las sanciones a las tiendas que incumplan la ley deben imponerse con contundencia¡±, opina el soci¨®logo Baigorri. ?l es partidario de que se regule el botell¨®n en todas las ciudades. ¡°Si se sabe d¨®nde est¨¢n, la polic¨ªa puede controlar que no haya menores bebiendo¡±, se?ala. ¡°Los ni?os son cada vez m¨¢s escasos en esta sociedad. Deber¨ªamos tener un cuidado exquisito con ellos¡±.
Los m¨¢s peque?os beben vodka y tequila
El Observatorio Toxicol¨®gico fundado por la Sociedad Espa?ola de Urgencias de Pediatr¨ªa en 2008 constata que a los hospitales llegan ya casos de ni?os de 11 a?os, todav¨ªa saliendo de la infancia camino de la preadolescencia, con comas et¨ªlicos.
Este grupo de facultativos con epicentro en el hospital de Cruces (Barakaldo) pero con otros pediatras asociados, comprometidos en la recogida de datos peri¨®dicos en m¨¢s de 60 servicios de urgencias de toda Espa?a, public¨® en 2011 un estudio comparativo de unas cifras recabadas en 2001-2002 y las cosechadas entre 2008 y 2010. El resultado obtenido fue el de que, una d¨¦cada despu¨¦s, las consultas en urgencias pedi¨¢tricas por intoxicaci¨®n et¨ªlica eran m¨¢s del doble.
Los m¨¦dicos pasaron de asistir un caso relacionado con el alcohol por cada 5.936 urgencias por intoxicaciones infantiles de todo tipo a recibir un caso por cada 2.316 episodios. Mientras en 2001 la edad mayoritaria eran los 14 a?os, 10 a?os despu¨¦s los chicos de 13 atendidos en urgencias hospitalarias por intoxicaci¨®n et¨ªlica igualaban pr¨¢cticamente a los de 14 y los de 12 ya eran mucho m¨¢s que una an¨¦cdota.
A edades tan tempranas, las intoxicaciones suelen tener lugar por la tarde: los chicos han bebido mucho y muy r¨¢pido con el objetivo de que la borrachera ya no sea evidente a la hora en que sus progenitores les fijan para regresar a casa. Seg¨²n el Observatorio, un tercio de los pacientes fueron dados de alta tras una ¡°valoraci¨®n y tratamiento inicial¡± y ninguno de los ni?os registrados en sus estudios falleci¨®.
Beatriz Azkunaga, representante del Observatorio, explica que las chicas ya representan un 44% del total de los afectados y que las bebidas preferidas para estos atracones de alcohol que acaban en el hospital son el vodka y el tequila. Seg¨²n Santiago Mintegui, tambi¨¦n coordinador del Observatorio, Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco son las comunidades donde se est¨¢n detectando unas cifras m¨¢s preocupantes de intoxicaciones et¨ªlicas.
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