Rafael Hernando, portavoz forense

Hace a?os, en uno de sus momentos m¨¢s profundos, Rafael Hernando dijo que hab¨ªa v¨ªctimas del franquismo que solo se acordaban de sus padres cuando hab¨ªa subvenciones para encontrarlos. Fue la primera vez que la indignidad de una frase superaba la indignidad del personaje que la pronunciaba, pero pronto se puso a la altura: cuando se le reclamaron disculpas, dijo que ¨¦l no hab¨ªa dicho eso. Fue un 26 de noviembre de 2013; se cumplen tres a?os de aquello y Hernando nunca tuvo tanto poder en el PP y el PP nunca estuvo mejor representado. El hombre al que Rajoy ha ungido como portavoz parlamentario intent¨® pegar a un vicepresidente del Gobierno (Rubalcaba, 2005), insult¨® a jueces (Pedraz, 2012; Garz¨®n, 2014) y fue condenado por vulnerar el honor de un partido (UPyD, 2014). Que el encargado de la imagen del PP en el Congreso sea el diputado que peor imagen tiene no es casual en un partido que suele ordenar los desprop¨®sitos por departamentos.

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Por eso tras la muerte de Rita Barber¨¢ y sus autopsias ideol¨®gicas, cada una m¨¢s divertida que la anterior, las miradas empezaron a dirigirse a Rafael Hernando con la misma lentitud con que se observa llegar a un forense con bocina, peluca y bomb¨ªn. El PP, dijo en tono amargo, la ech¨® del partido para protegerla de las hienas. No fue, por tanto, un acto de agravio hacia Barber¨¢, sino uno de sus m¨¢s sentidos actos de amor. Fue una declaraci¨®n tan impactante que inconscientemente la frase se terminaba sola: ¡°Muri¨® sin agradec¨¦rnoslo¡±. No solo hay un punto de ternura en creer que el abatimiento de Barber¨¢ estaba m¨¢s provocado por la ira de las hienas que por la traici¨®n de sus compa?eros, a los que su muerte les subi¨® de nuevo al caballo para volver a creer en sus virtudes. Tambi¨¦n lo hay en pensar en esa mujer sola que muri¨® sin saber que no la saludaban por amor, para cuidarla del mismo modo que un padre amputa el brazo de un hijo para que no fume; Hernando no insulta a los periodistas: insulta a Barber¨¢.

Pocos funerales van a tener m¨¢s rendimiento pol¨ªtico que el de la exalcaldesa de Valencia, cuyo infarto es la piedra de Rosetta sobre la que divagan los ex¨¦getas de la salud. Es probable que en los pr¨®ximos d¨ªas avance la investigaci¨®n y se conozca el minuto exacto de tertulia, y la identidad del desaprensivo, en el que el coraz¨®n de Rita Barber¨¢ dijo basta. Ser¨¢ el mismo minuto en el que Rafael Hernando empez¨® a hacer realidad lo que acusaba en otros: acordarse de los muertos cuando son rentables.