Asesinato junto al ¡®resort¡¯ de cuatro estrellas
Pedro Montelongo mat¨® a cuchilladas al novio de su amante un d¨ªa despu¨¦s de que ella lo dejara
Quiso escapar de la muerte. Pero su asesino lo impidi¨®. Cuando Daniel Moreno intentaba alcanzar la puerta del hotel Magic Life en busca de ayuda, tras recibir las primeras pu?aladas en el interior de su coche, Pedro Montelongo se acerc¨® por la espalda, lo agarr¨® por la pechera y lo "estamp¨®" contra otro veh¨ªculo aparcado junto a este enorme resort de Fuerteventura, de 98.000 metros cuadrados, casi 700 habitaciones, siete piscinas y cuatro restaurantes. Fue, entonces, cuando el joven exhal¨® un ¨²ltimo "?socorro!". Un grito ahogado que, a lo lejos, escucharon cuatro mujeres aterrorizadas, que observaron c¨®mo el agresor bland¨ªa un enorme cuchillo militar y c¨®mo la v¨ªctima ca¨ªa al suelo. Y c¨®mo all¨ª, desamparado, luchaba por seguir respirando. Sin ¨¦xito. En unos segundos, muri¨® asfixiado por su propia sangre, seg¨²n los forenses; mientras Montelongo abandonaba el lugar. "Caminando tranquilamente", insistieron los jueces. Y sin echar la vista atr¨¢s.
"No tuvo ninguna posibilidad. No pudo defenderse", recalcan los m¨¦dicos que examinaron el cad¨¢ver. Porque Montelongo se apost¨® a la salida de este resort de cuatro estrellas, donde Moreno trabajaba como camarero, para abordar por sorpresa al novio de su amante. Con el arma escondida en el bolsillo trasero del pantal¨®n, el asesino aguard¨® pacientemente la salida del joven de 26 a?os. Eligi¨® una zona poco transitada. Con las farolas apagadas y a donde apenas llegaba la tenue luz artificial que iluminaba la autov¨ªa cercana. "Quer¨ªa que su presencia no fuera advertida por Daniel, ni por ninguno de sus compa?eros. Para poder as¨ª atacarlo impunemente", resaltan los magistrados de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Y, pasadas las nueve de la noche, hall¨® su oportunidad.
Era el 3 de marzo de 2015. Montelongo todav¨ªa ten¨ªa fresca la conversaci¨®n que hab¨ªa tenido la tarde anterior con Jennifer, novia de Moreno y su amante durante m¨¢s de medio a?o. La chica le dijo que se acababa... Que pon¨ªa el punto final a la relaci¨®n secreta que manten¨ªan desde junio de 2014. Pero el asesino, de 22 a?os, no lo acept¨®. Entr¨® en c¨®lera. Y decidi¨® acudir hasta el resort para acabar con Daniel. "Hab¨ªa sido la primera mujer con la que hab¨ªa estado. Me sent¨ª enga?ado por ella. Menospreci¨® mis sentimientos al decirme que, si segu¨ªa sintiendo algo por ella, era mi problema", trat¨® de justificarse despu¨¦s, durante el proceso judicial abierto contra ¨¦l.
Pero Montelongo no mostr¨® ninguna piedad por su v¨ªctima. Cuando el camarero caminaba hacia su coche, el asesino se le acerc¨® e intercambiaron algunas palabras. Moreno le dijo que nada ten¨ªa que hablar con ¨¦l. Se meti¨® en el veh¨ªculo. Y, en ese instante, el agresor aprovech¨® para sacar el arma y abalanzarse. Le asest¨® varias pu?aladas en el cuello, el pecho, el hombro y las piernas. Con tal violencia, que los investigadores encontraron marcas del cuchillo en el parasol y en la guantera.
"La v¨ªctima intent¨® huir y se movi¨® hacia el asiento del copiloto", recuerdan los agentes de la Guardia Civil, que describen una brutal escena. Cuando el chico, sangrando y gravemente herido, sali¨® del veh¨ªculo para tratar de escapar; su asesino lo intercept¨® y lo arroj¨® contra otro coche. Ya en el suelo, el joven se desangr¨®. Montelongo le hab¨ªa cortado la yugular. "Sufri¨®", concluyeron los forenses durante un juicio que ha acabado con el dictamen, hace apenas dos semanas, de una pena de prisi¨®n de 17 a?os y seis meses para el agresor.
Daniel Moreno viv¨ªa con su novia en P¨¢jara, un municipio de casi 20.000 habitantes en el centro de la isla. Hac¨ªa a?os que el chaval hab¨ªa desembarcado con su familia en Fuerteventura. Aqu¨ª se hab¨ªa criado y hab¨ªa ido al instituto. "Dani, siempre estar¨¢s con nosotros. Nunca te ir¨¢s de nuestro lado, ni nosotros del tuyo. Te queremos por siempre", escribi¨® su novia en Facebook el a?o pasado, seg¨²n recogieron medios locales. Solo unos d¨ªas despu¨¦s de su muerte.
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