Qu¨¦ hacer (y deshacer) en el modelo
Los expertos llevan a?os proponiendo reformas para superar las disfuncionalidades como la participaci¨®n auton¨®mica en la legislaci¨®n estatal
Los expertos llevan a?os proponiendo reformas para superar las disfuncionalidades del modelo auton¨®mico. Una de ellas es la escasa participaci¨®n auton¨®mica en la legislaci¨®n estatal. El ¨®rgano que deber¨ªa representar los intereses regionales ¡ªel Senado¡ª ni los representa ni tiene un papel esencial en la aprobaci¨®n de leyes que afectan a las comunidades aut¨®nomas. As¨ª, los partidos pol¨ªticos han sido hasta ahora los principales encargados de canalizar internamente, a trav¨¦s de sus estructuras, las demandas de las regiones. La reforma del Senado es m¨¢s urgente que nunca porque la mayor fragmentaci¨®n en el sistema de partidos actual va a dificultar esa coordinaci¨®n indirecta de los intereses territoriales.
Otra disfuncionalidad es el elevado conflicto competencial entre la Administraci¨®n central y las auton¨®micas, que ha otorgado al Tribunal Constitucional una responsabilidad desproporcionada en la resoluci¨®n de problemas que a menudo requieren de una soluci¨®n pol¨ªtica, no jur¨ªdica. El reparto competencial debe revisarse no s¨®lo para reducir el conflicto. Tambi¨¦n para que los ciudadanos puedan identificar con mayor claridad las responsabilidades asumidas por cada nivel de gobierno. El deficiente conocimiento actual, especialmente sobre las competencias auton¨®micas, lastra el control de los pol¨ªticos.
Otros cambios en el modelo conllevan deshacer el camino emprendido durante los ¨²ltimos a?os en algunos ¨¢mbitos, como el financiero. Simplificando mucho, una manera de incentivar que los gobiernos regionales se comporten de manera responsable es otorgarles suficiente responsabilidad fiscal para que ellos mismos moderen sus incrementos de gasto y el d¨¦ficit, siempre que el Gobierno central adquiera un compromiso de no rescate si tienen problemas. Por el contrario, la opci¨®n adoptada por el Gobierno durante la crisis ha sido intensificar su fiscalizaci¨®n sobre los presupuestos y el d¨¦ficit regional. Esta recentralizaci¨®n deber¨ªa revertirse progresivamente y sustituirse por reformas que persigan cuentas p¨²blicas sostenibles sin menoscabar la autonom¨ªa financiera.
Por ¨²ltimo, la cuesti¨®n m¨¢s importante y urgente no son las disfuncionalidades del Estado Auton¨®mico, sino el problema pol¨ªtico en Catalu?a. La pr¨®xima reforma de la financiaci¨®n regional, pendiente desde hace a?os, quiz¨¢s sea la ¨²ltima oportunidad para atraer al marco institucional auton¨®mico a un sector del independentismo, comenzando por aquellos que apoyan la secesi¨®n por cuestiones econ¨®micas, no identitarias. Se trata de individuos favorables a la secesi¨®n pero con identidades duales (se sienten tan espa?oles como catalanes), como se?alan los an¨¢lisis de Jordi Mu?oz y Ra¨¹l Tormos. La canalizaci¨®n del conflicto a trav¨¦s de la negociaci¨®n depender¨¢, una vez m¨¢s, de si algunos partidos quieren renunciar a los beneficios electorales de la polarizaci¨®n del debate.
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