El Rey en su mensaje de Navidad: ¡°La intolerancia y la exclusi¨®n no pueden caber en Espa?a¡±
Felipe VI da por superada en su discurso navide?o ¡°la compleja situaci¨®n pol¨ªtica¡± y evita mencionar expresamente a Catalu?a
En su tradicional mensaje navide?o, el Rey realiz¨® este s¨¢bado un contundente alegato a favor del respeto y la convivencia que resulta aplicable en cualquiera de las ¨¢reas susceptibles de conflicto en la sociedad espa?ola. Desde el ¨¢mbito laboral y escolar al pol¨ªtico, de la Constituci¨®n a las leyes, de la convivencia entre hombres y mujeres a la de j¨®venes y mayores. ¡°La intolerancia y la exclusi¨®n, la negaci¨®n del otro o el desprecio al valor de la opini¨®n ajena no pueden caber en la Espa?a de hoy¡±, afirm¨® Felipe VI en un discurso en el que dio por superada ¡°la compleja situaci¨®n pol¨ªtica¡± y evit¨® mencionar expresamente a Catalu?a.
En su mensaje de Navidad, grabado en su despacho de La Zarzuela, el Rey puso buena parte del ¨¦nfasis en ¡°la necesidad¡± de cuidar y mejorar la ¡°convivencia¡± en un tiempo en el que la crisis econ¨®mica y la convulsi¨®n pol¨ªtica han dejado profundas grietas en Espa?a. La convivencia, enfatiz¨®, ¡°exige respeto y consideraci¨®n a los dem¨¢s¡±. ¡°A los mayores, entre hombres y mujeres, en los colegios, en el ¨¢mbito laboral (...) al entorno natural, a las ideas distintas a las nuestras¡±, afirm¨® Felipe VI, enumerando diversos ¨¢mbitos en los que se producen a diario abusos, intransigencia o fanatismo.
En ese contexto, el Rey consider¨® ¡°inadmisibles¡± las actitudes y comportamientos contra ¡°los derechos que tienen y comparten todos los espa?oles para la organizaci¨®n de la vida en com¨²n¡±. ¡°Vulnerar las normas que garantizan nuestra democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos est¨¦riles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad¡±, se?al¨® en aparente alusi¨®n a los ataques que recibe la Constituci¨®n desde algunas instancias pol¨ªticas. El pulso independentista catal¨¢n resultaba evidente, sin mencionarlo.
El Rey no se refiri¨® de forma expresa a la tensi¨®n territorial que vive el Estado en Catalu?a y que constituye uno de los principales factores de desestabilizaci¨®n pol¨ªtica en Espa?a. Dedic¨® algunas alusiones en sentido gen¨¦rico al problema, sin anclarlas al sujeto, pero con pocas dudas respecto al destinatario. As¨ª, vincul¨® el progreso a ¡°una convivencia democr¨¢tica basada en el respeto a la ley, en una voluntad decidida y leal de construir y no destruir¡±.
¡°Ya no vivimos tiempos para encerrarnos en nosotros mismos, sino para abrirnos al mundo (...) No lo son tampoco para fracturas, para divisiones internas, sino para poner el acento en lo que nos une, construyendo sobre nuestra diversidad¡±, a?adi¨®. ¡°Son tiempos¡±, prosigui¨®, ¡°para profundizar en una Espa?a de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas¡±. Unos tiempos, defendi¨®, en los que hay ¡°motivos y razones m¨¢s que poderosas para la uni¨®n¡±.
En su alocuci¨®n apenas hubo una referencia manifiesta a la pol¨ªtica, cuando dio por cerrado el bloqueo que atenaz¨® a Espa?a en 2016. Felipe VI pas¨® p¨¢gina y consider¨® superada esta ¡°compleja situaci¨®n pol¨ªtica¡±. En ese tiempo, liberado de la presi¨®n pol¨ªtica, con la ¡°serenidad¡± y la ¡°tranquilidad¡± recuperadas, llam¨® a que los ciudadanos puedan centrarse en sus proyectos de vida. Aunque para ello se?al¨® como ¡°esencial¡± que ¡°el di¨¢logo y el entendimiento entre los grupos pol¨ªticos permita preservar e impulsar los consensos b¨¢sicos para el mejor funcionamiento de nuestra sociedad¡±.
Carga social
Pero, por encima de todo, el mensaje del Rey tuvo una profunda carga socialy de reconocimiento a aquellos que en un tiempo adverso han afrontado los problemas ¡°sin desfallecer ni resignarse¡±: a la extraordinaria vocaci¨®n de servicio de los servidores p¨²blicos que ¡°garantizan nuestras libertades, atienden nuestros hospitales o educan a nuestros hijos¡±. ¡°Una sociedad que mantenga estas actitudes y estos valores¡±, subray¨®, ¡°no puede tener miedo al futuro¡±.
El jefe del Estado reafirm¨® su convicci¨®n en una Espa?a ¡°decidida a superar las dificultades¡±, que consider¨® sobrellevables pese a ser ¡°grandes¡±, e inst¨® a ¡°seguir mirando hacia adelante construyendo nuestro pa¨ªs, construyendo tambi¨¦n Europa¡±. No obvi¨® el impacto que ha tenido la profunda crisis econ¨®mica en la sociedad, a la que se ha impuesto ¡°grandes sacrificios¡±, y dese¨® que la recuperaci¨®n iniciada ¡°se consolide¡± y permita ¡°corregir las desigualdades derivadas¡±, as¨ª como ¡°fortalecer la cohesi¨®n social¡±.
Con la vista en el futuro, y entre los grandes desaf¨ªos que afronta Espa?a, Felipe VI hizo hincapi¨¦ en la incidencia de los avances tecnol¨®gicos en la vida de los espa?oles, ¡°un nuevo modelo del mundo que traspasa fronteras, sociedades, generaciones y creencias¡±. El Rey inst¨® a los espa?oles a adaptarse a esa nueva realidad imparable y a que desarrollen al m¨¢ximo sus habilidades en la ciencia, la econom¨ªa, la cultura, la industria y la seguridad. ¡°Pero¡±, previno, ¡°preservando siempre los valores humanos que nos identifican y nos definen¡±: ¡°No debemos esperar a que esa nueva realidad se imponga sobre nosotros¡±.
En ese desaf¨ªo, Felipe VI consider¨® la educaci¨®n ¡°la clave esencial¡±. Reivindic¨® una educaci¨®n que asegure y actualice permanentemente los conocimientos de todos los espa?oles y que forme ¡°en lenguas y en cultura, en civismo y en valores¡±: ¡°Que prepare a nuestros j¨®venes para ser ciudadanos de este nuevo mundo, m¨¢s libres y m¨¢s capaces¡±, afirm¨®. Como es habitual, el Rey cerr¨® su discurso felicitando las fiestas en las cuatro lenguas oficiales del Estado (castellano, gallego, vasco y catal¨¢n).
El Rey elige por vez primera su despacho para dirigir su mensaje
Felipe VI ha elegido por primera vez su despacho de trabajo en La Zarzuela como escenario para pronunciar su mensaje de Navidad. Este era el emplazamiento habitual de su padre, Juan Carlos I.
En 2014, Felipe VI habl¨® a los espa?oles desde una sala del palacio; en 2015, desde el Sal¨®n del Trono. Este a?o, el Rey ha decidido hablar desde su despacho de trabajo habitual. Seg¨²n explican a Europa Press fuentes de la Casa del Rey, la elecci¨®n se debe a que, en este a?o tan at¨ªpico para la actividad de la Familia Real como consecuencia de la interinidad del Gobierno, el grueso de la actividad del Monarca se ha desarrollado en La Zarzuela, donde el jefe del Estado ha celebrado hasta cinco rondas de consultas con los partidos en busca de un candidato a la investidura como presidente del Gobierno.
Sentado delante del escritorio, el Rey se dirige a los espa?oles con las banderas de Espa?a y de la Uni¨®n Europea como fondo. En el despacho se puede ver un Bel¨¦n y una Flor de Pascua, adem¨¢s de fotograf¨ªas familiares e institucionales. Entre ellas, una de su proclamaci¨®n como Rey, saludando junto al resto de la Familia Real desde el balc¨®n del palacio.
Tambi¨¦n se observa una imagen con su padre, el d¨ªa en que el entonces Pr¨ªncipe de Asturias jur¨® la Constituci¨®n al alcanzar la mayor¨ªa de edad; otra fotograf¨ªa de sus padres, Juan Carlos y Sof¨ªa, y una m¨¢s reciente, del verano pasado, con la reina Letizia y sus hijas en el Palacio de Marivent.
La grabaci¨®n del Mensaje de Navidad muestra en algunas secuencias el retrato de Carlos III que luce en el despacho del Rey. Este monarca que practic¨® el despotismo ilustrado es uno de los favoritos de Felipe VI, que prefiri¨® que le acompa?ase donde antes su padre ten¨ªa un cuadro de Felipe I de Parma.
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