Llamazares: ¡°La direcci¨®n de IU niega la historia para diluirse en Podemos¡±
El excoordinador general de IU advierte del riesgo de que el partido siga el camino de UPyD
Gaspar Llamazares (Logro?o, 1957), exl¨ªder de Izquierda Unida (IU) y actual portavoz de la formaci¨®n en la Junta General de Asturias, se declara ¡°indignado¡± por el revisionismo sobre la Transici¨®n y el papel del Partido Comunista que han abrazado el l¨ªder de IU, Alberto Garz¨®n, y algunos dirigentes de Podemos. Llamazares reivindica a cambio una izquierda negociadora.
Pregunta. ?En qu¨¦ estado de salud ve a la izquierda?
Respuesta. La izquierda tiene un pron¨®stico reservado, cuando no grave. ?C¨®mo ha sido posible que hayamos malbaratado el caudal de movilizaci¨®n e ilusi¨®n que se produjo en la lucha contra las pol¨ªticas de austeridad? Da la impresi¨®n que de la impotencia de la izquierda para cambiar el Gobierno y el poder se puede derivar la resucitaci¨®n del modelo bipartidista, y se puede convertir en un boomerang que salde su impotencia a trav¨¦s de la confrontaci¨®n interna. Nunca ha habido una sensaci¨®n tal de discrepancia irreconciliable y de no colaboraci¨®n y de divisi¨®n en la izquierda. Ya no digo entre PSOE y Podemos, donde ha primado m¨¢s la l¨ªnea divisoria, sino dentro de las propias organizaciones, donde lo que est¨¢ m¨¢s presente es la confrontaci¨®n, la divisi¨®n. Incluso el maltrato y la falta de amabilidad, eso transmite una sensaci¨®n de decepci¨®n y de impotencia a la izquierda.
P. ?Hay una izquierda hu¨¦rfana, que no se siente representada por el PSOE actual ni tampoco por Unidos Podemos?
R. El ruido y la furia est¨¢ expulsando a una parte de la izquierda activista, la que tiene memoria y pr¨¢ctica, que tampoco se identifica con el debate de las estrategias que est¨¢ haciendo la izquierda en su conjunto. Ni con el debate en el PSOE, que es un debate patrimonial, ni con el de Podemos, que tiene mucho de debate de poder m¨¢s que de fondo. Estamos ante una cada vez mayor divergencia entre las dos fuerzas pol¨ªticas de la izquierda y su electorado. Podemos diverge hacia una izquierda n¨ªtida, y el PSOE hacia una izquierda tan moderada que es indistinguible de otros sectores de centro. Y en el centro hay cada vez una sima mayor. Los que no quieren votarnos eran un mill¨®n en las segundas elecciones, y creo que son cerca de dos millones ahora mismo.
P. Y en este contexto, ?d¨®nde est¨¢ Izquierda Unida?
R. Izquierda Unida se ha diluido en este proceso. No dir¨¦ que se ha disuelto, pero s¨ª diluido. Sigue estando muy rebajada desde el punto de vista parlamentario y social. Como nos descuidemos, en una temporada, nadie va a hablar de nosotros cuando hayamos muerto. Es lo mismo que UPyD, ?Qui¨¦n habla de UPyD, qui¨¦n recuerda a UPyD? Tenemos ese peligro. Estamos en un momento de diluci¨®n y depende de nosotros que terminemos en una disoluci¨®n, que la direcci¨®n actual creo que no la rechaza, o que recuperemos, dentro de la colaboraci¨®n, un espacio propio. El espacio que representa IU no es sumable ni puede ser representado por Podemos o por Unidos Podemos, sino que requiere su propia representaci¨®n, que la actual direcci¨®n de IU niega negando la historia de esa izquierda. Niega la historia para diluirse en Podemos, es como si fuera un peaje a pagar. Colaborar con Podemos requiere recuperar lo mejor de esa historia, y aportarlo a lo que ellos han llamado espacio de ruptura. Yo creo que estamos en un periodo de contrarrevoluci¨®n conservadora m¨¢s que en uno de ruptura.
P. El actual l¨ªder, Alberto Garz¨®n, dice que IU est¨¢ mejor hoy que en 2011, porque tiene ocho militantes en el Congreso y dos senadores, frente a los ocho diputados de IU y ning¨²n senador de entonces.? Hace poco ha declarado en Cuarto Poder que con esos indicadores c¨®mo es posible que en una parte de la poblaci¨®n se haya construido la idea de que IU ha desaparecido.
R. Tiene que pregunt¨¢rselo. ?Si hemos ganado diputados, c¨®mo es que los ciudadanos piensan que IU est¨¢ diluida, y que no hay identidad salvo Garz¨®n? Que haga el balance no solo de nuestra presencia en el Congreso, sino de lo que signific¨® la confluencia en nuestra presencia en las comunidades y municipios. Si uno quiere enga?arse se puede enga?ar, pero atendiendo a los datos la percepci¨®n ciudadana coincide m¨¢s con la realidad que la ret¨®rica de la direcci¨®n. Porque la gente tiene raz¨®n, se corresponde con la realidad. La gente m¨¢s consciente de la cual forma parte la militancia y los votantes de IU se dan cuenta de la realidad, que es esa. Hay un complejo de inferioridad con respecto a la propia tradici¨®n y las posibilidades de IU, que empieza antes de Garz¨®n, y eso lo estamos pagando. Y con respecto a la realidad pol¨ªtica hay una p¨¦rdida de perspectiva, donde la ret¨®rica puede m¨¢s que la realidad.
P. El l¨ªder de IU ha anunciado recientemente que el partido no va a ser ahora la ¡°izquierda domesticada que quiere la oligarqu¨ªa¡±, en caso de que se ponga en marcha una ¡°segunda Transici¨®n¡± con una reforma constitucional. Asegura que no va a ser la izquierda ¡°amable y de orden que represent¨® Santiago Carrillo en la Transici¨®n¡±. ?Qu¨¦ reflexi¨®n le merece?
R. Yo no soy tan ampuloso, no creo que se pueda repetir la Transici¨®n, ni creo que estemos en un momento constituyente o fundente, ni tampoco que haya mimbres para una reforma de la Constituci¨®n. Pero en todo caso, ?c¨®mo pueden hablar a 40 a?os de los Abogados de Atocha de una izquierda domesticada? Me indigna. ?Pero qu¨¦ pensaban, que en la Transici¨®n nos amenazaban con un papel? ?Pon¨ªan la pistola encima de la mesa cuando negociaban convenios! Ver a nuestros padres con la situaci¨®n que nosotros tenemos hoy es una manipulaci¨®n hist¨®rica. ?Para qu¨¦, para una t¨¢ctica pol¨ªtica determinada? No es necesario manipular el pasado ni echar por la borda la tradici¨®n de la izquierda. Se pretende impugnar a una izquierda negociadora. ?Qu¨¦ va a ser, la alternativa solo Podemos? Tendr¨¢ que sumar a otros, igual tiene que incorporar al centro. Sin esa perspectiva de izquierda negociadora no s¨¦ qu¨¦ salida tenemos. Por eso el PP y Rajoy se est¨¢n preparado para ocho a?os.
P. ?El PCE hizo lo que pudo, pero "no lo que deb¨ªa¡±, en palabras de Garz¨®n, en la Transici¨®n?
R. Me parece una perversi¨®n que tenga que defender al PCE alguien que no es del PCE porque yo no soy del PCE. Y que el PCE tire por la borda su tradici¨®n. Son 50 a?os de la vida por el PCE, desde el pacto por la libertad, y desde eso hacen tabla rasa. ?A qui¨¦n exculpan con eso? A los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez. Echan sobre la Transici¨®n lo que fue una responsabilidad pol¨ªtica de los Gobiernos posteriores democr¨¢ticos. La Transici¨®n no fue la culpable de que no tengamos una ley de libertad de conciencia, o del alineamiento con la OTAN. Es una falta de perspectiva hist¨®rica escandalosa. Construir una estrategia pol¨ªtica con falta de perspectiva hist¨®rica o manipulando la historia es construir un monstruo. Yo ser¨ªa mas humilde, respetar¨ªa a nuestros padres. Hicieron lo que pudieron y mucho m¨¢s de lo que pudieron.
P. En ese revisionismo de la Transici¨®n se encuadran tambi¨¦n dirigentes de Podemos, como Juan Carlos Monedero. Pablo Iglesias ha considerado tambi¨¦n sobre el exl¨ªder del PCE Santiago Carrillo: "Quiz¨¢ no le qued¨® m¨¢s remedio que decir s¨ª a todo. No somos una izquierda de su orden. A Carrillo le perdonaron todo, hasta que se reuniera con Stalin; a nosotros no nos perdonan que les digamos lo que son".
R. Hay una cierta soberbia en relaci¨®n a la capacidad que tiene cada cual de cambiar las cosas. Y un sobredimensionamiento de la resistencia del sistema, los que hemos hecho pol¨ªtica a contracorriente sabemos lo que cuesta. Si tengo que hablar de h¨¦roes, no creo que sea el momento de ponerse medallas. Hay un sistema democr¨¢tico degradado por la corrupci¨®n y la austeridad, pero claramente diferente de la dictadura. Decir que Carrillo acept¨® todo... Recuerdo uno de los debates, cuando se informa por parte de [Adolfo] Su¨¢rez de que el proceso va a ser constituyente. Solo cuando Su¨¢rez habla de proceso constituyente es cuando toda la C¨¢mara aplaude al Rey.
P. ?Y esa interpretaci¨®n del pasado, c¨®mo influye en el presente?
R. Es letal, empecinarse en el error puede desperdiciar todo el caudal de cambio e ilusi¨®n. Si la ¨²nica alternativa que damos a la gente es el proceso constituyente y la ruptura a tres a?os vista, vamos a desanimar a una parte de esos votantes y militantes. La expectativa realista es la de trabajar en el d¨ªa a d¨ªa, buscando colaboraci¨®n en la izquierda y m¨¢s all¨¢ de la izquierda, para desmontar el andamiaje de la austeridad y para avanzar, aunque sea levemente, en las materias fundamentales que afectan a la vida de la gente. Plantearse grandes advenimientos como puede ser el de una nueva Constituci¨®n no est¨¢ en la agenda pol¨ªtica a corto plazo.
P.??Caminan Podemos e IU a una fusi¨®n? Pablo Iglesias escribe en su ponencia pol¨ªtica para el congreso de Podemos que su partido tiene que estar abierto a formar parte de "algo m¨¢s amplio", y Alberto Garz¨®n insiste en "superar" a IU.
R. Yo he hablado antes de una fusi¨®n en fr¨ªo [con la coalici¨®n electoral de Unidos Podemos], porque se produjo en una decisi¨®n de dos fuerzas pol¨ªticas pero sin condiciones sociales, pol¨ªticas y culturales. Creo que estamos en la misma din¨¢mica. Se ha demostrado en las ¨²ltimas elecciones que esa fusi¨®n pierde efectivos, es mucho m¨¢s importante que el proceso sea de colaboraci¨®n.
P. Con su discrepancia en la hoja de ruta de IU y de Unidos Podemos, ?piensa en una alternativa? ?En fundar otra organizaci¨®n?
R. Si esta divergencia contin¨²a, si el PSOE se va a la derecha y Podemos excluye a una parte de su representaci¨®n, estamos ante una divergencia que deja hu¨¦rfano a una parte de su electorado, y alguien va a ocupar ese espacio. Esperemos que no ocurra. Nosotros,?Izquierda Abierta, Convocatoria C¨ªvica, vamos a intentar dar voz a ese espacio para que no se pierda. Nos estamos reuniendo estos d¨ªas para crear un espacio de reflexi¨®n y aportarlo, si lo quieren, a IU y a Unidos Podemos. Pero si eso no ocurre, ese espacio buscar¨¢ una representaci¨®n pol¨ªtica. Hay que traducir la justificada indignaci¨®n en cambio y regeneraci¨®n, no en rabia o rencor.
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