El significado oculto del C-A-N-C-E-R
Ciencia, acceso, nombre, cronicidad, especificidad y respuesta inmune, sus iniciales
El c¨¢ncer aumenta en afectados en el mundo ¡ªsolo en Espa?a se diagnosticaron casi 250.000 casos con 106.000 muertes en 2015; en el mundo son 14 y 8,2 millones¡ª, pero disminuye su gravedad (ya m¨¢s del 50% se curan). Las seis letras del nombre sirven para trazar el estado actual de la oncolog¨ªa.
C de ciencia, conocimiento. Es la clave del avance. Los estudios actuales se basan en los genes alterados, las prote¨ªnas predominantes de los tumores, en vez de centrarse tanto en la morfolog¨ªa (si son muchas o pocas c¨¦lulas, si estas son de un tipo o de otro). Al centrarse el estudio en lo que ocurre dentro de las c¨¦lulas y en su superficie se abren nuevas v¨ªas de actuaci¨®n. Son m¨¢s parecidos un c¨¢ncer de mama y uno de ovario que tengan ambos sobrexpresada la prote¨ªna HER2 que uno de mama con la HER2 y otro sin ella. Y hay m¨¢s v¨ªas en estudio. Por ejemplo, bloquear los sistemas de reparaci¨®n del ADN de las c¨¦lulas que proliferan. Con ello se convierten en inviables, y mueren (se aplica ya en ovario).
Esta identificaci¨®n de rasgos caracter¨ªsticos es fundamental para el diagn¨®stico, el tratamiento y, tambi¨¦n, para la detecci¨®n precoz. Si se logra asociar una prote¨ªna o una mutaci¨®n a un tipo de c¨¢ncer y a su agresividad, se podr¨¢ detectar antes y afinar mejor en los tratamientos. Un ejemplo es la denominada biopsia l¨ªquida. Se trata de an¨¢lisis de sangre (a veces de l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo) que busca esas c¨¦lulas caracter¨ªsticas del tumor y evita las biopsias s¨®lidas, que pueden ser m¨¢s complicadas. Su utilidad es general, pero se ve muy claro en un proyecto que ha presentado esta semana HM Hospitales y Atrys Health: buscar marcadores (prote¨ªnas, genes) que se puedan detectar mediante un an¨¢lisis de sangre y sean espec¨ªficos de tumores cerebrales. Con ello se evita tener que pinchar en ese ¨®rgano tan sensible.
A esto se va a unir el ¨²ltimo gran avance: la t¨¦cnica de edici¨®n de genes (el cortapega CRISPR/Cas9), que permitir¨¢ actuar sobre las c¨¦lulas defectuosas y repararlas o sobre las cancerosas e inutilizarlas.
M¨¢s todas las aplicaciones del big data, el proyecto estadounidense para crear una mega base de datos con informaci¨®n de todos los pacientes para saber exactamente qu¨¦ subtipo de tumor ten¨ªan, qu¨¦ se les dio y qu¨¦ efecto hubo.
A de acceso.Es el tal¨®n de Aquiles de los avances actuales. Como ha dicho esta semana el presidente de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica, Miguel Mart¨ªn, el precio de las innovaciones es tan alto que no se van a poder usar. Y eso en Espa?a con un sistema p¨²blico casi universal. En pa¨ªses como Estados Unidos o, en el otro extremo, los m¨¢s pobres, el factor precio es determinante para el acceso.
El sistema de aprobaci¨®n de nuevos medicamentos es perverso en este sentido. Las innovaciones se ensayan primero como ¨²ltimo remedio, como ¨²ltima l¨ªnea de tratamiento. Eso quiere decir que se usa en solo una parte de las personas afectadas, lo que lleva a las empresas a encarecer el producto para recuperar la inversi¨®n. Luego se va ensayando en fases m¨¢s tempranas, donde hay m¨¢s potenciales beneficiarios. Si tambi¨¦n funcionan, se puede producir una rebaja, al aumentar el mercado. Esta semana, por ejemplo, se han presentado en Espa?a dos casos (pertuzumab para c¨¢ncer de mama HER2 y pembrolizumab para c¨¢ncer de pulm¨®n con elevada expresi¨®n de la prote¨ªna PD-L1) en los que estas terapias innovadoras han pasado de usarse al final del proceso a utilizarse con ¨¦xito en primera l¨ªnea, antes incluso de una posible cirug¨ªa o quimioterapia. Se supone que al ampliar sus indicaciones se podr¨¢ bajar el precio, pero eso es la teor¨ªa.
N de nombre. O de ¡°No lo llames una larga y penosa enfermedad cuando quieres decir c¨¢ncer¡±. Los afectados rechazan el estigma que a veces se asocia a la enfermedad, que llev¨® durante a?os a ocultarla. Hoy quieren visibilidad. Todav¨ªa hay procesos mentales que discriminan y hieren: lo primero que se pregunta quien se entera de que alguien tiene c¨¢ncer de pulm¨®n es si fumaba mucho; si es de c¨¦rvix o pene, si era promiscuo; si de colon, si com¨ªa mucha carne; si de boca o h¨ªgado, si era bebedor. Esto son factores de riesgo, pero no ¨²nicos, y a?aden una culpa al afectado en el momento de afrontar la enfermedad que no le hace ning¨²n bien.
Cifras de un crecimiento fulgurante
Casos. En 2015 se diagnosticaron en Espa?a casi 250.000 casos de c¨¢ncer, unos 150.000 en hombres y casi 100.000 en mujeres. La cifra es un 15% superior a la registrada en 2012.
Aceleraci¨®n. Las ¨²ltimas cifras de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica (una aproximaci¨®n, porque no hay registro de c¨¢ncer) indican que su incidencia ha crecido m¨¢s de lo previsto, y ya supera el n¨²mero de casos que se esperaba en 2020.
Sexo. La mayor incidencia en los hombres se debe a factores gen¨¦ticos, biol¨®gicos (los ¨®rganos no son id¨¦nticos entre ambos sexos) y conductuales: ellos fuman y beben m¨¢s.
Prevenci¨®n. Se calcula que el 30% de los tumores se podr¨ªa prevenir con una dieta sana, dejando el tabaco, reduciendo el alcohol y haciendo ejercicio, aunque hay otros factores (vacunas frente a virus como el del papiloma o la hepatitis, reducir la contaminaci¨®n,
C de cronificar o curar. Esta semana se puso de manifiesto en un encuentro en Madrid una nueva realidad, que hasta hace poco no se consideraba en el entorno del c¨¢ncer: es posible que no se elimine el tumor, pero, igual que pasa con el VIH, este puede cronificarse, mantenerse activo pero a niveles manejables. Es una situaci¨®n que ya se da en algunos c¨¢nceres de mama metast¨¢sicos, como uso de manifiesto la onc¨®loga Ana Lluch, pero que va a ir a m¨¢s. Y es un efecto de algunos nuevos tratamientos no despreciable.
E de especificidad. El aumento de conocimiento lleva a tratamientos cada vez m¨¢s espec¨ªficos. La terapia personalizada de la que se empez¨® a hablar hace ya 20 a?os a¨²n tiene mucho que ofrecer. En Estados Unidos se facilitan ensayos para usar, por ejemplo, un medicamento aprobado para el c¨¢ncer de mama en uno de ovario. La condici¨®n es que tengan la misma mutaci¨®n implicada. Todav¨ªa falta mucho por hacer. En c¨¢ncer de pulm¨®n ¡ªel de peor pron¨®stico de los m¨¢s frecuentes¡ª ya han aparecido algunos indicadores (mutaciones EGFR o ALK, por ejemplo). Pero queda mucho. El de ovario, por ejemplo, da pocas pistas. Y el de p¨¢ncreas.
R de respuesta inmune. El sue?o de hace 50 a?os hecho realidad incipiente: que el propio sistema inmunitario se encargue de eliminar un organismo extra?o, como son las c¨¦lulas cancerosas. El primer paso fue la estimulaci¨®n en la creaci¨®n de anticuerpos. Pero la revoluci¨®n ha llegado cuando se ha ido un paso m¨¢s all¨¢: entender que las c¨¦lulas de un tumor enga?an al sistema inmunitario. Que le env¨ªan mol¨¦culas que desactivan sus sistemas de reconocimiento, con lo que pasan desapercibidas e inc¨®lumes ante su vigilancia. El proceso contado es sencillo: interferir en el disfraz de las c¨¦lulas cancerosas. Marcarlas para que sean eliminadas por los linfocitos, o bloquear las se?ales que env¨ªan para confundirlos. Pero esto lleva de nuevo a la c inicial. Hay que saber qu¨¦ mol¨¦culas usan, qu¨¦ receptores activan o desactivan, para as¨ª actuar sobre ellos.
El proceso est¨¢ en sus inicios. Salvo en melanoma metast¨¢sico y algunos tumores hematol¨®gicos, como el mieloma, los resultados so todav¨ªa parciales (de ah¨ª, por ejemplo, algunos casos de cronificaci¨®n en vez de curaci¨®n). Pero el futuro es prometedor. Habr¨¢ que probar nuevas combinaciones, no solo de inmunoterapias, sino de estas con quimioterapias, con cirug¨ªa y con radioterapia. Precisamente la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa Radioter¨¢pica (SEOR) vaticina un tiempo de ¨¦xito para la combinaci¨®n, con t¨¦cnicas menos agresivas, con menos efectos adversos y mejor toleradas en poblaci¨®n ¡ªmayores, ni?os¡ª que puden resistir peor la cirug¨ªa, por ejemplo.
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