Dos puertas blindadas de la embajada de Kabul atacada por los talibanes estaban abiertas
La Abogac¨ªa del Estado asegura que los terroristas "no encontraron obst¨¢culos" para acceder en 2015 al edificio donde murieron dos polic¨ªas espa?oles
Los terroristas talibanes que perpetraron el atentado contra la embajada de Espa?a en Kabul (Afganist¨¢n) el 11 de diciembre de 2015 se encontraron abiertas al menos dos puertas blindadas del complejo diplom¨¢tico. En concreto: la entrada del edificio de funcionarios n¨²mero uno, que los asaltantes utilizaron para pasar a la azotea, y el acceso al denominado ¡°cuarto seguro¡±. ¡°Todo indica que los terroristas no encontraron obst¨¢culos para acceder al edificio al no estar bloqueadas estas puertas blindadas¡±, recoge un informe de la Abogac¨ªa del Estado al que ha tenido acceso EL PA?S. El documento se basa en las fotograf¨ªas tomadas dos d¨ªas despu¨¦s del ataque por un jefe de seguridad de Exteriores.
Los talibanes entraron en la legaci¨®n tras hacer explotar un coche bomba en la puerta del recinto que acab¨® con la vida del polic¨ªa Isidro Gabino. Despu¨¦s, accedieron al complejo formado por la canciller¨ªa y dos edificios de viviendas y mataron en un tiroteo al subinspector Jorge Garc¨ªa Tudela. En el ataque tambi¨¦n murieron 10 ciudadanos afganos que vigilaban el complejo.
La Abogac¨ªa del Estado, que no se?ala al responsable de la apertura de las puertas blindadas, defiende que los sistemas de seguridad funcionaron. ¡°Todo el personal diplom¨¢tico y policial que se refugi¨® en las zonas seguras de los edificios salv¨® la vida por la resistencia de las puertas blindadas a todo intento de los terroristas de forzarlas¡±, recoge el documento firmado por la letrada Luc¨ªa Pedre?o.
El informe de la Abogac¨ªa del Estado se ha incorporado esta semana a la investigaci¨®n que desarrolla el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que indaga si el embajador Emilio P¨¦rez de ?greda y su n¨²mero dos, Oriol Sol¨¢, cometieron un delito de homicidio imprudente al desatender la seguridad del complejo. La investigaci¨®n arranc¨® tras una querella presentada por los familiares de las v¨ªctimas.
El documento de la Abogac¨ªa del Estado no menciona la alerta de atentado inminente contra una embajada occidental en Kabul que ese mismo d¨ªa difundieron los servicios franceses de inteligencia. El encargado de Negocios, Oriol Sol¨¢, reconoci¨® ante el fiscal que recibi¨® el aviso, que le fue reenviado por el agregado de Defensa, David Gilarranz. Sin embargo, Sol¨¢ sostuvo que no ley¨® el mensaje hasta meses despu¨¦s del ataque, ya que no ten¨ªa configurado el correo electr¨®nico en el tel¨¦fono m¨®vil y ese d¨ªa, al ser viernes, festivo en Kabul, ya hab¨ªa abandonado la Embajada. De haber alertado a los servicios de seguridad de la Embajada probablemente se habr¨ªan adoptado medidas de precauci¨®n, como cerrar las puertas blindadas.
Los familiares de las v¨ªctimas dicen que las garitas eran de paja. El Abogado del Estado califica estas acusaciones de ¡°temerarias¡±
La Abogac¨ªa del Estado rechaza la tesis de los denunciantes de que la ausencia de medidas de seguridad facilit¨® el atentado. Seg¨²n los querellantes, las garitas de la embajada eran de paja, las ventanas de pl¨¢stico y las puertas de madera y lat¨®n. Adem¨¢s, el edificio principal de la legaci¨®n no guardaba la distancia m¨ªnima con la calle y estaba fuera de la zona de seguridad de Kabul. Los denunciantes a?aden que los primeros informes sobre los riesgos del complejo diplom¨¢tico se pusieron en conocimiento de la propia embajada y del Ministerio de Asuntos Exteriores en 2008.
La querella asegura que el embajador P¨¦rez de ?greda se encontraba de vacaciones durante el atentado y que previamente hab¨ªa desatendido las recomendaciones de los polic¨ªas sobre las deficiencias de seguridad del edificio, estructuras y horarios del personal. Adem¨¢s, apunta a que el n¨²mero dos en Kabul, Oriol Sol¨¢, permit¨ªa el trasiego de mercaderes y la entrada de coches con alfombras y joyas en el recinto diplom¨¢tico.
La Abogac¨ªa del Estado reconoce que la instalaci¨®n de la legaci¨®n recibi¨® avisos sobre la posibilidad de un atentado. Sin embargo, tilda estas advertencias de ¡°relativamente frecuentes y, en la mayor¨ªa de las ocasiones, gen¨¦ricas e indeterminadas¡±. Sin descender al detalle, considera incorrecto el dato recogido en la querella de que, en los dos ¨²ltimos a?os, los servicios de inteligencia afganos, americanos y franceses alertaron del riesgo de sufrir atentados con bombas en las embajadas en Afganist¨¢n.
La Abogac¨ªa del Estado arremete con dureza contra los denunciantes. Tilda sus afirmaciones de ¡°err¨®neas y quiz¨¢s tendenciosas¡±. Estima que, entre 2006 y 2015, el Ministerio de Exteriores destin¨® 495.000 euros a reforzar la seguridad de la instalaci¨®n de la legaci¨®n con la adquisici¨®n de cristales blindados para el despacho del embajador, la rehabilitaci¨®n de las garitas o la colocaci¨®n de concertinas, entre otras partidas. Adem¨¢s, recuerda que la vigilancia en el exterior de la embajada, que desarrolla la polic¨ªa local afgana, se complementa con una agencia de seguridad privada con 21 agentes armados con fusiles Kalashnikov cuya factura de 276.000 euros al a?o abona Exteriores.
La Abogac¨ªa del Estado califica de ¡°temeraria¡± la afirmaci¨®n de los denunciantes de que el primer delegado de Espa?a en Afganist¨¢n, Jos¨¦ Turpin Molina, se neg¨® a vivir en la embajada y exigi¨® trasladar su residencia a una green zone, que es como se denomina el ¨¢rea de seguridad en la capital afgana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.