¡°?Nos vemos en las calles!¡±
El aplastante triunfo de Iglesias sobre Errej¨®n se refleja en toda la escenograf¨ªa


Al final de la ma?ana, suena L¡¯Estaca, de Llu¨¬s Llach, en la plaza de toros de Vistalegre. Todos los dirigentes de Podemos se unen en un gigantesco abrazo. Mecidos por la m¨²sica, Pablo Iglesias e ??igo Errej¨®n descuentan los primeros minutos despu¨¦s de su batalla. El ganador sonr¨ªe y el perdedor calla. Es el ¨²nico momento de aparente unidad en el partido durante el fin de semana. El espejismo, sin embargo, salta enseguida por los aires. La decena larga de impulsores de la iniciativa Vamos!, con Juan Carlos Monedero, Irene Montero y Rafael Mayoral a la cabeza, cierran la asamblea sobre el escenario. "?Nos vemos en las calles!", gritan, subrayando que se ha impuesto la tesis de? Iglesias (que apuesta porque Podemos lidere las manifestaciones) frente a la de Errej¨®n (que aboga por ganar electores a trav¨¦s del trabajo institucional). "?Luchar, crear, poder popular!", glosan la victoria del secretario general.
Antes, el rumor de la aplastante victoria de Iglesias se extiende por Vistalegre cuando los resultados de las elecciones internas todav¨ªa no son oficiales. El l¨ªder no se deja ver por la plaza de toros hasta que su triunfo ya es conocido por todos. Entonces irrumpe camino de la primera fila de sillas, acompa?ado por Monedero y con un rumbo inequ¨ªvoco: posar para los fot¨®grafos y camar¨®grafos junto a Montero, Diego Ca?amero y Errej¨®n, su rival derrotado, mientras el p¨²blico les rodea del mismo grito que la v¨ªspera. ¡°?Unidad! ?Unidad!¡±, les piden 10.000 gargantas hasta que minutos despu¨¦s acaban fundidos en un abrazo sobre el escenario.
El lenguaje corporal lo dice todo. Nada resume mejor lo que ha ocurrido entre los l¨ªderes de Podemos que sus propios gestos y los de sus acompa?antes. El p¨²blico chilla con las palmas de las manos abiertas contra el aire, la se?al que distingue a la opci¨®n de Iglesias hasta en los carteles electorales. La uve de la victoria de los errejonistas ha quedado desterrada. Apenas se le ve ya por Vistalegre. Cuando Errej¨®n pisa el escenario insistiendo en ese s¨ªmbolo, estallan de nuevo los gritos de ¡°?unidad! ?unidad!¡±. Ondean algunas banderas republicanas y retumban los gritos de ¡°?s¨ª se puede, s¨ª se puede!¡±
¡°No os cans¨¢is, ?eh?¡±, le dice Pablo Echenique al p¨²blico, incansable en sus consignas. Pese a que el secretario de Organizaci¨®n habla sobre el escenario, es imposible que Iglesias y Errej¨®n le vean. A ambos les rodea una muralla de fot¨®grafos a la caza del gesto que resuma la victoria y la derrota de cada uno. Errej¨®n aplaude hasta que para y se queda sentado cruzando las piernas y los brazos. Iglesias se muestra distendido, repantingado sobre la silla blanca.
TODA LA COBERTURA DE VISTALEGRE 2
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Noticias, fotograf¨ªas, an¨¢lisis... toda la informaci¨®n para conocer todas las claves del congreso de Podemos.
¡°?Pablo! ?Pablo!¡±, se escucha en Vistalegre cuando se oficializa la victoria del l¨ªder y este toma la palabra. ¡°?Ni una menos! ?Ni una menos!¡±, corea el p¨²blico en contra de los asesinatos machistas que condena Iglesias para empezar su discurso. ¡°?Unidad y humildad!¡±, resume el secretario general su propuesta.
Suena entonces la m¨²sica de Llach y se mueven a su son los pol¨ªticos y los simpatizantes. Truena la letra de la canci¨®n con el altavoz de 10.000 gargantas. Iglesias y Errej¨®n alzan sus pu?os. Monedero, exultante, lanza besos al aire. Sin embargo, la m¨²sica con la que termina Vistalegre II no silencia la discusi¨®n de fondo: qu¨¦ har¨¢ Errej¨®n ahora que los simpatizantes del partido han apoyado mayoritariamente las tesis de Iglesias.
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