La estafa de la supuesta se?ora Mobutu
Condenada por un timo de 13 millones usando el nombre de la esposa del expresidente de Zaire
La supuesta se?ora Mobutu, esposa del expresidente de Zaire (actualmente Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo), quer¨ªa vender una colecci¨®n de diamantes. Buen negocio, pens¨® el joyero suizo. Cualquiera se resist¨ªa a la oportunidad que le ofrec¨ªa Albert S., su amigo desde hac¨ªa 30 a?os, cuando se lo encontr¨® en Par¨ªs a principios de 2005. Mobutu, lujo, dispendio, gasto... mucho dinero. ?C¨®mo no agarrar algo as¨ª? Por lo menos intentarlo. Por eso, el joyero no tuvo reparos en viajar cuatro o cinco veces a Marbella, en la Costa del Sol, para verse con la mujer y sus joyas. El acuerdo no prosper¨® y el interesado no lleg¨® a conocer a la se?ora Mobutu ni a ver sus joyas.
Al poco tiempo, en abril de ese mismo a?o, Albert S. volvi¨® a llamar a su amigo para comentarle que la se?ora Mobutu quer¨ªa ofrecer una gran fiesta y agasajar a sus invitados con joyas y relojes. ?Estaba interesado en hacerlo? Claro que estaba interesado. As¨ª que la transacci¨®n, esta vez, sali¨® adelante. Seg¨²n lo acordado, el joyero empez¨® a entregar la mercanc¨ªa a trav¨¦s de dos intermediarios, uno de ellos un supuesto abogado ingl¨¦s, con el objetivo de surtir el magno acontecimiento. En total, proporcion¨® a su amigo material valorado en 13 millones de euros que termin¨® perdiendo.
Pero todo result¨® ser una estafa, juzgada por la Audiencia Provincial de M¨¢laga. El supuesto abogado ingl¨¦s, que se hab¨ªa comprometido a realizar unas transferencias de dinero que nunca llegaron, est¨¢ en busca y captura por estos hechos. El otro intermediario, que firm¨® varios cheques sin fondos, no ha sido identificado. Estaba imputado Albert S., que muri¨® en 2015, y su esposa, Mar¨ªa P. G. E., de 69 a?os, ha sido la ¨²nica condenada por estafa a 10 meses de prisi¨®n y a pagar una indemnizaci¨®n al perjudicado de seis millones de euros.
El joyero entreg¨® primero una colecci¨®n de relojes valorados en 660.000 euros. Para completar el pedido que iba a adornar la gran fiesta de la supuesta se?ora Mobutu, recurri¨® a sus proveedores y cedi¨® joyas tasadas en 12,4 millones de euros. La ahora condenada suscribi¨® un documento en junio de 2005 en el que reconoc¨ªa haber recibido este material y adquir¨ªa la obligaci¨®n de transferir 15 millones de euros al joyero en caso de que el intermediario no le pagara, tal y como ocurri¨®. Despu¨¦s, la mujer firm¨® dos cheques para cubrir el importe del g¨¦nero que tampoco ten¨ªan fondos.
El joyero nunca recuper¨® la mercanc¨ªa ni conoci¨® a la se?ora Mobutu. Para la Secci¨®n Segunda de la Audiencia de M¨¢laga, tanto la acusada como su marido protagonizaron ¡°un enga?o¡± y las joyas ¡°en ning¨²n momento¡± estaban destinadas a la se?ora Mobutu ni a fiesta alguna, sino que se las quer¨ªan quedar ellos sin entregar nada a cambio. Ni siquiera se ha acreditado ¡°la realidad de la existencia¡± de esta mujer en toda esta historia. El perjuicio para el joyero fue del 40% del valor de las piezas desaparecidas, ya que el resto pertenec¨ªa a proveedores que han sido indemnizados por sus seguros. La sentencia se puede recurrir ante el Tribunal Supremo.
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