Susana D¨ªaz, el socialismo de vieja escuela
La aspirante competir¨¢ con la idea de recuperar los valores tradicionales del PSOE
Esta vez s¨ª, a la tercera, Susana D¨ªaz ha cogido el AVE que le va a llevar a pugnar por el liderazgo del PSOE. Atr¨¢s quedan meses y meses en los que la met¨¢fora del tren se ha utilizado hasta la extenuaci¨®n para especular sobre el futuro de la poderosa pol¨ªtica andaluza, quien es consciente de que esta es, probablemente, la pen¨²ltima oportunidad que tiene de llegar a la parada de Ferraz.
D¨ªaz (Sevilla, 1974) se presenta a las primarias socialistas con un bagaje de un conocimiento profundo del partido desde la ¨¦poca en la que militaba en las Juventudes Socialistas, en las que se curti¨® y aprendi¨® lo mejor y peor de la pol¨ªtica. Nacida en el coraz¨®n del barrio de Triana, la presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa procede de una familia humilde (su padre es fontanero y su madre ama de casa) y estudi¨® en centros de educaci¨®n p¨²blicos en los que la integraci¨®n era la tarea cotidiana.
B¨¦tica hasta el tu¨¦tano y arraigada en las tradiciones de Sevilla (le gusta ir a la Feria de Abril y ver cofrad¨ªas en Semana Santa), D¨ªaz fue catequista y distribuidora de una marca de cosm¨¦ticos cuando estudiaba Derecho. En la Universidad hizo sus primeros pinos como dirigente estudiantil y mitinera y forj¨® su vocaci¨®n pol¨ªtica. Con apenas 24 a?os fue concejal de Juventud del Ayuntamiento de Sevilla y reconoci¨® que hac¨ªa botell¨®n los fines de semana, una declaraci¨®n que llam¨® la atenci¨®n en un cargo electo. Sus adversarios le han reprochado que tardase casi una d¨¦cada en acabar la carrera, una cr¨ªtica a la que ella suele responder argumentando que desde muy joven ha ocupado cargos de responsabilidad pol¨ªtica.
Sucesora de Gri?¨¢n
Casada con otro trianero ¡ª¡°un tieso¡±, dijo en una ocasi¨®n¡ª, D¨ªaz tiene un hijo de 19 meses que esper¨® durante a?os. Sigue viviendo en su barrio de toda la vida y veranea con su familia en la localidad gaditana de Chipiona (donde miles de sevillanos tienen su segunda residencia), aunque de vez en cuando hace escapadas a alguna playa de M¨¢laga menos concurrida.
Su gran oportunidad se la dio el expresidente de la Junta de Andaluc¨ªa Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n cuando este tuvo que afrontar en 2009 la renovaci¨®n del socialismo andaluz tras casi dos d¨¦cadas bajo la ¨¦gida de Manuel Chaves. Gri?¨¢n situ¨® a D¨ªaz al frente de la secretar¨ªa de Organizaci¨®n del PSOE, un puesto en el que se hizo fuerte y le permiti¨® hacer y deshacer hasta lograr el control del partido.
Cuando, contra pron¨®stico, Gri?¨¢n aguant¨® el avance del PP andaluz en las elecciones auton¨®micas de 2012, el hist¨®rico dirigente socialista no dud¨® en situarla como n¨²mero dos de su nuevo Gobierno. Es a partir de entonces cuando D¨ªaz alcanza un perfil m¨¢s institucional y trabaja para pulir las aristas de los pol¨ªticos de aparato, de los que saben fundamentalmente de censos y toman decisiones sobre las listas electorales seg¨²n las afinidades.
Nada m¨¢s formar su nuevo Gobierno, Gri?¨¢n era consciente de que ten¨ªa que ir preparando su sucesi¨®n para dar paso a una nueva generaci¨®n que no hubiese vivido la Transici¨®n. Este movimiento se precipit¨® por el deterioro pol¨ªtico y an¨ªmico que el expresidente andaluz sufri¨® por el caso de los ERE fraudulentos. Tras la Semana Santa de 2013 se puso en marcha, de forma discreta, el relevo, conocido por apenas un pu?ado de personas.
El cambio en la presidencia de la Junta se consum¨® ese verano y, nada m¨¢s llegar al cargo, D¨ªaz inici¨® una ronda de contactos para darse a conocer como pol¨ªtica de primera divisi¨®n. Un momento clave fue una conferencia que imparti¨® en Madrid en la que expuso sin dudas su idea de la unidad de Espa?a, su creencia en un proyecto de pa¨ªs frente al viento soberanista que ya proced¨ªa de Catalu?a.
En esos meses, marc¨® distancias con Chaves y Gri?¨¢n por el caso ERE, un esc¨¢ndalo que traumatiz¨® al PSOE andaluz y a la Administraci¨®n auton¨®mica. Desde el primer d¨ªa de su Gobierno quiso mostrar su desprecio con la corrupci¨®n que hab¨ªa cercado a sus predecesores y durante meses llev¨® en su bolso la n¨®mina de mileurista de su marido para explicar el dinero que se ingresaba en su casa. Adem¨¢s, estrech¨® lazos con algunos de los principales empresarios del pa¨ªs, que pronto vieron a D¨ªaz como la gran esperanza del socialismo espa?ol.
El paso que da ahora lo tiene decidido desde octubre, tras el traum¨¢tico comit¨¦ federal que desgarr¨® al PSOE y oblig¨® a renunciar a Pedro S¨¢nchez a la secretar¨ªa general. Pero D¨ªaz ha preferido esperar a que se apaciguaran los ¨¢nimos de la parte de la militancia que la considera responsable de un golpe palaciego que acab¨® con S¨¢nchez y culmin¨® con la abstenci¨®n de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy.
Gonz¨¢lez y Zapatero
Su obsesi¨®n es que el PSOE vuelva a ser el partido que m¨¢s se parece a Espa?a, como en los primeros a?os del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, con quien habla y consulta a menudo. Su relaci¨®n ha tenido altibajos, pero desde hace tiempo vuelve a ser fluida ya que ambos ven a S¨¢nchez como un dirigente ajeno a la escuela hist¨®rica del PSOE y consideran que es esencial recuperar los valores que lo hicieron un partido ganador.
En estos meses, fuera de foco, D¨ªaz ha intentado coser ¡ªun s¨ªmil que ha utilizado en este tiempo¡ª el monumental roto que sufre el socialismo espa?ol. En esta competici¨®n tiene partidarios entusiastas (cuenta con el respaldo de la mayor¨ªa de los cargos org¨¢nicos e institucionales socialistas y la bendici¨®n de los expresidentes Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero) y enemigos viscerales. Los primeros la ven como la ¨²nica soluci¨®n solvente para sacar del atolladero a un partido menguante. Los segundos solo ven en ella una pol¨ªtica manijera de vuelo bajo.
La gran paradoja de estas primarias es que si S¨¢nchez es alguien en pol¨ªtica es debido a D¨ªaz. Ella le sac¨® del anonimato en 2014, cuando renunci¨® por primera vez a liderar el PSOE, y le apoy¨® frente a Eduardo Madina, un aspirante que ten¨ªa mayor pedigr¨ª. En el pecado ha llevado la penitencia de esta decisi¨®n, ya que ahora es su principal obst¨¢culo en su deseo de liderar el PSOE.
Si gana las primarias, se abrir¨¢ un proceso de sucesi¨®n en la Junta del que nadie quiere hablar en el socialismo andaluz. De momento, ha sacado el billete de AVE de ida a Madrid con la esperanza de llegar primero a Ferraz y luego a La Moncloa. El de vuelta lo ha dejado abierto.
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