Los obispos deciden su grado de comuni¨®n con el papa Francisco
Bl¨¢zquez subraya en la asamblea de la CEE estas palabras de Francisco a EL PAIS: ¡°No se insulten. No se condenen antes de dialogar. Usted me pide un consejo para los espa?oles: dialoguen¡±
Sumidos en una profunda crisis de prestigio y credibilidad, con destacados prelados ante los tribunales de Justicia y agrios enfrentamientos nada disimulados, los obispos inician este lunes una asamblea de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) para renovar todos sus cargos, incluidos los del presidente y vicepresidente, cardenales Ricardo Bl¨¢zquez y Carlos Osoro. La elecci¨®n es mucho m¨¢s que un tr¨¢mite trianual. Dejar¨¢ al descubierto el grado de comuni¨®n de las jerarqu¨ªas del catolicismo espa?ol con Francisco justo cuando el pont¨ªfice argentino, de 80 a?os de edad, cumple hoy mismo cuatro en el cargo.
Parece haberlo entendido as¨ª el cardenal presidente, que esta ma?ana ha dedicado un p¨¢rrafo al principio de su discurso de apertura a subrayar la necesidad de estar en comuni¨®n y en obediencia con Francisco. Dijo: ¡°Hoy, 13 de marzo, quiero expresar en nombre de la Conferencia Episcopal nuestra comuni¨®n con el Papa. Recuerdo algunos ingredientes que constituyen la realidad rica y b¨¢sica de la comuni¨®n eclesial entre cabeza y miembros del Colegio Episcopal: la uni¨®n fraterna en el ministerio episcopal, la colaboraci¨®n y obediencia al sucesor de Pedro, el afecto cordial en el Se?or, el apoyo en el ejercicio de su ministerio petrino, la manifestaci¨®n de cercan¨ªa en las pruebas que comporta el encargo de apacentar el reba?o del Se?or, la gratitud por su vida generosamente entregada en el cumplimiento del ministerio recibido, la b¨²squeda de los caminos del Evangelio en nuestro tiempo con sus oportunidades y desaf¨ªos¡±.
Tambi¨¦n ha hablado el cardenal Bl¨¢zquez, sin citarlos, de los conflictos en que est¨¢n enzarzados algunos obispos contra amplios sectores sociales que no piensan como los eclesi¨¢sticos romanos. Sin aludir a la agria pol¨¦mica desatada por el autob¨²s tr¨¢nsfobo de la organizaci¨®n ultracat¨®lica HazteOir.org, el l¨ªder de los obispos cit¨® un largo p¨¢rrafo de Francisco en la entrevista exclusiva que concedi¨® a EL PA?S el 22 de enero pasado:?¡°Recuerdo un consejo del Papa, que nos ha dado a los espa?oles hace pocos meses: 'Di¨¢logo. Es el consejo que doy a cualquier pa¨ªs. Por favor, di¨¢logo. Como hermanos, si se animan, o al menos como civilizados. No se insulten. No se condenen antes de dialogar¡ Hoy d¨ªa, con el desarrollo humano que hay, no se puede concebir la pol¨ªtica sin di¨¢logo. Y eso vale para Espa?a y para todos. As¨ª que usted me pide un consejo para los espa?oles: dialoguen', dijo entonces Francisco¡±.
No han sido las ¨²nicas palabras del cardenal Bl¨¢zquez alabando la gesti¨®n de Francisco en estos cuatro a?os de mandato. Desde el pontificado de P¨ªo IX no se hab¨ªan visto tantas cr¨ªticas e, incluso, tanta falta de respeto a un Papa en el cuerpo de cardenales y en la Curia romana como las desatadas contra Francisco, sobre todo contra la exhortaci¨®n Amoris laetitia (La alegr¨ªa del amor) sobre el matrimonio y la familia, que muchos prelados tachan de her¨¦tica, contraria a la moral y una especie de divorcio cat¨®lico. Tambi¨¦n disgustan la comprensi¨®n que ha expresado hacia los homosexuales y la insistencia en que quiere ¡°una Iglesia pobre, para los pobres y que huela a oveja¡±. Curiosamente, es en la muy cat¨®lica Espa?a, muchas veces m¨¢s papista que el Papa, donde se perciben con m¨¢s contundencia las resistencias al Papa. As¨ª se dice en el Vaticano, donde no dejan de sorprender las visitas de cardenales rebeldes a varias di¨®cesis, jaleados por sus obispos e incontables medios de comunicaci¨®n de la Iglesia romana.
En Espa?a se rompe un matrimonio cat¨®lico cada cinco minutos. Son personas que muchas veces se vuelven a casar y reclaman de sus p¨¢rrocos seguir recibiendo la eucarist¨ªa. Grave pecado, sostiene la doctrina cl¨¢sica. La tesis de Francisco, que en Espa?a defienden se?aladamente los cardenales Bl¨¢zquez y Osoro, respectivamente arzobispos de Valladolid y Madrid, es que no todo est¨¢ perdido para esos divorciados vueltos a casar si se agilizan y abaratan los procesos de nulidad, hasta ahora muy caros y lentos, adem¨¢s de desagradables la mayor¨ªa de las veces. Adem¨¢s, hay muchas maneras de vivir o sufrir en familia y son muy variados los motivos por los que se rompen los matrimonios, afirman. Pero abundan los obispos que creen que los divorcios se producen por capricho y que no cabe cambiar la doctrina vigente. Francisco, en cambio, sostiene que hay diferentes formas de interpretar algunos aspectos de esas doctrinas. ¡°Es posible que, en medio de una situaci¨®n objetiva de pecado, se pueda vivir en gracia de Dios¡ La Eucarist¨ªa no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los d¨¦biles¡±, afirma.
La larga plenaria de esta semana se ve, en consecuencia, como un term¨®metro del grado de aceptaci¨®n que las reformas y el estilo de Francisco tienen en Espa?a. Pero la reelecci¨®n del cardenal Bl¨¢zquez para un nuevo trienio en la presidencia tiene el inconveniente de la edad. El arzobispo de Valladolid cumple 75 a?os en abril y debe presentar su renuncia ante el Vaticano, que suele tardar dos o tres a?os en ser aceptarla cuando el dimisionario es af¨ªn. Tampoco se descarta que Osoro, de 71 a?os, repita como vicepresidente, sin descartar para ese cargo al arzobispo de Barcelona, Juan Jos¨¦ Omella en un claro mensaje territorial ya practicado durante la presidencia del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco con el cardenal Ricard Maria Carles de vicepresidente.
Omella, aragon¨¦s, y Carles, valenciano, llegaron a Barcelona despu¨¦s de largos desencuentros entre el Vaticano y el Gobierno porque Roma prefer¨ªa para el cargo a prelados catalanes, muchas veces nacionalistas declarados. Desde los Acuerdos firmados entre ambos Estados en 1979, el Jefe de Estado ya no nombra obispos como hac¨ªa con gran entusiasmo el dictador Francisco Franco, pero el Ejecutivo mantiene un humillante derecho de consulta y la prerrogativa de dar su opini¨®n sobre las propuestas que hace el Vaticano.
En esta asamblea plenaria hay 80 electores, de los que tres son cardenales, 13 arzobispos, 51 obispos diocesanos y 12 prelados auxiliares. La di¨®cesis de Mallorca est¨¢ representada por su administrador apost¨®lico, Sebasti¨¢ Taltavull Anglada. En Espa?a hay 69 di¨®cesis territoriales y un arzobispado castrense, cuyo titular, con grado de general de Divisi¨®n, es nombrado por el Rey. Desde esta tarde, con un previo de incontables votaciones de tanteo, los obispos preparan la elecci¨®n desde ma?ana del presidente, vicepresidente, miembros del Comit¨¦ Ejecutivo, los catorce presidentes de las Comisiones Episcopales, los tres presidentes de las Subcomisiones Episcopales, el presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jur¨ªdicos y los tres miembros del Consejo de Econom¨ªa.
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