?nica salida: la desaparici¨®n

David Pla, responsable del desarme de ETA, encarcelado en Francia desde septiembre de 2015, vaticinaba en una reciente entrevista en Gara la inminente entrega del arsenal y adelantaba que, tras su materializaci¨®n, la banda ¡ªm¨¢s bien sus restos¡ª abrir¨¢ un debate sobre su disoluci¨®n.

ETA no tiene otra salida y debe materializarla cuanto antes. Ya ha perdido cinco a?os desde su anuncio del fin definitivo del terrorismo, a la espera de escenificar el desarme con el Gobierno espa?ol y el franc¨¦s. Su intento de simbolizar una entrega voluntaria, y no una rendici¨®n, era irrealizable. Y se sab¨ªa desde que en febrero de 2013 el Gobierno del PP logr¨® que Noruega expulsara de su territorio a la delegaci¨®n de ETA que pretend¨ªa negociar la entrega de armas.

ETA ha tenido, finalmente, que interiorizar su derrota para decidir desarmarse. No quiso darse cuenta de su derrota en 2011, desde el momento en que ces¨® el terrorismo sin lograr sus objetivos pol¨ªticos. Ahora se va a desarmar cinco a?os m¨¢s tarde y apremiada para evitar que las Fuerzas de Seguridad impidan escenificar su desarme voluntario con una incautaci¨®n total de su armamento.

Adem¨¢s, se lo ha puesto f¨¢cil al Gobierno del PP, que siempre le exigi¨® que notificara la localizaci¨®n de sus armas. Es lo que al final va a suceder con la diferencia de que ETA acude a la justicia francesa como depositaria porque su arsenal est¨¢ en territorio galo, lo que facilita a¨²n m¨¢s las cosas a Mariano Rajoy, que tendr¨¢ que limitarse a dejar hacer a las instituciones del pa¨ªs vecino. Su reacci¨®n de perfil bajo, tras el anuncio del desarme, parece avalar esta hip¨®tesis, en la que seguramente ha influido su encuentro con el lehendakari Urkullu.

Tanto a Francia como a Espa?a les conviene cerrar definitivamente el cap¨ªtulo etarra con la localizaci¨®n de los zulos y sin coste alguno, como les ha indicado Urkullu. Convendr¨ªa tambi¨¦n que los voluntarios que mediar¨¢n en el desarme eviten los exhibicionismos para no provocar a las v¨ªctimas del terrorismo, que merecen ser respetadas.

Finalmente, la izquierda abertzale debe presionar a los restos de ETA para que se disuelvan. Tienen un acicate: la desaparici¨®n estimular¨¢ al Gobierno a cambiar su pol¨ªtica penitenciaria porque no tendr¨ªa sentido que a los presos etarras se les negasen los derechos que tienen los reclusos comunes como el acercamiento a las c¨¢rceles de su lugar de arraigo o los beneficios penitenciarios de la legislaci¨®n ordinaria. A lo que, sin duda, contribuir¨¢ la asunci¨®n de su reinserci¨®n individual. Estamos, pues, m¨¢s cerca que nunca del carpetazo definitivo al terrorismo etarra.