¡®Operaci¨®n Abrelatas¡¯: as¨ª ¡®reventaba¡¯ cajas de acero blindado la banda de ¡®El Poni¡¯
La UCO detiene a los siete integrantes de un grupo especializado en asaltar entidades bancarias de zonas rurales
Se les adjudican nueve robos con fuerza en entidades bancarias de zonas rurales, pero la Guardia Civil investiga ya su supuesta implicaci¨®n en medio centenar m¨¢s, uno de ellos en Suiza. Era la banda de Juan Miguel P. B., un espa?ol de 37 a?os apodado El Poni?y con m¨¢s de 50 antecedentes por delitos contra la propiedad, que ha sido ahora desarticulada en la Operaci¨®n Abrelatas?de la Unidad Central Operativa (UCO). Con el presunto cabecilla del grupo han sido arrestados otros seis integrantes de la misma. Uno m¨¢s est¨¢ en busca y captura. Su principal caracter¨ªstica: la estructura paramilitar que ten¨ªa el grupo en el que el jefe repart¨ªa funciones y decid¨ªa cu¨¢ndo y d¨®nde actuar. Eso s¨ª, siempre con fuertes medidas de seguridad para borrar todo tipo de huellas. Por su forma de actuar, los investigadores les bautizaron como los Navyseals?de Orcasitas, el barrio de Madrid donde resid¨ªa la mayor¨ªa.
La investigaci¨®n se inici¨® el pasado 12 de octubre, tras un asalto cometido en la localidad Gurrea de G¨¢llego (Huesca). Durante el robo, un vecino de la localidad observ¨® en la zona un veh¨ªculo todoterreno de alta gama con equipamiento deportivo que llam¨® su atenci¨®n y del que tom¨® la matr¨ªcula. La Guardia Civil pudo constatar que esta era falsa y que un autom¨®vil de id¨¦nticas caracter¨ªsticas hab¨ªa sido sustra¨ªdo en Alcobendas (Madrid) unos meses antes. Se iniciaba as¨ª una investigaci¨®n que, por el momento, ha permitido adjudicar a este grupo otros ocho asaltos a bancos de peque?as localidades de Madrid, Arag¨®n, Castilla-La Mancha, Castilla y Le¨®n, Navarra, Extremadura y Cantabria. Las pesquisas permitieron tambi¨¦n frustrar otros diez asaltos que el grupo iba a cometer mientras los agentes de la UCO ya iban detr¨¢s del grupo.
Las investigaciones se centraron en un grupo de "viejos conocidos" de la Polic¨ªa que resid¨ªan en el madrile?o barrio de Orcasitas y a cuya cabeza estaba El Poni, con m¨¢s de medio centenar de detenciones previas por diversos delitos contra el patrimonio, desde "alunizajes" a asaltos a naves industriales para el robo de aparatos de telefon¨ªa. Otro acumulaba 150 antecedentes. En torno al primero giraba el resto del grupo, a cuyos integrantes repart¨ªa funciones. As¨ª, hab¨ªa un grupo dedicado a la log¨ªstica necesaria para cometer los robos. Ellos eran los que robaban los coches que luego utilizaban para desplazarse al lugar de los asaltos y le colocaban matr¨ªculas falsas -que correspond¨ªan con veh¨ªculos de la misma marca, modelo y color-. Como medida de seguridad, los autom¨®viles sustra¨ªdos los dejaban "enfriar" durante un tiempo siempre para descartar que tuvieran instalados sistemas de localizaci¨®n. Este grupo log¨ªstico tambi¨¦n compraban en diferentes establecimientos las radiales y el resto de herramientas que iban a utilizar para reventar las cajas fuertes, adem¨¢s de alquilar garajes para ocultar autom¨®viles. Adem¨¢s, compraban otros coches que pon¨ªan a nombre de familiares.
Mientras, otro grupo se dedicaba a buscar los objetivos e identificar las posibles medidas de seguridad de los mismos. Siempre sucursales en peque?as localidades donde no hubiera cuartel de la Guardia Civil ni Polic¨ªa Municipal, con una r¨¢pida salida a una autov¨ªa y con al menos dos v¨ªas de escape por si eran sorprendidos. Con todo los datos, Finalmente, El Poni eleg¨ªa la sucursal a atracar y la fecha. Ese d¨ªa se desplazaban al lugar todo el grupo en dos autom¨®viles. Uno, comprado de manera legal, serv¨ªa de "lanzadera" para detectar la posible presencia de controles durante el trayecto desde Madrid. En el segundo, el robado con matr¨ªculas ¡®dobladas, se desplazaba el resto de grupo. A este ¨²ltimo veh¨ªculo le volv¨ªan a cambiar las placas poco antes de robo tras sustraer una nuevas en la zona donde se encontraba el banco. Luego, varios miembros de la banda se distribu¨ªan en las entradas de la localidad para vigilar la posible llegada de patrullas del Instituto armado.
Los que entraban en el banco para reventar la caja fuerte tambi¨¦n tomaban fuertes medidas de seguridad. Primero, forzaban el bomb¨ªn de la puerta y lo sustitu¨ªan por uno nuevo, tras lo que esperaban un tiempo prudencial para saber si hab¨ªan saltado las alarmas y se desplazaba al lugar la Guardia Civil. Una vez dentro, ya con pasamonta?as y guantes, anulaban los sistemas de alarma cortando las l¨ªneas telef¨®nicas y utilizando inhibidores de frecuencia, y sustra¨ªan los equipos de grabaci¨®n de im¨¢genes, para inmediatamente despu¨¦s abrir las cajas fuertes con radiales, lanzas para oxicorte, martillos percutores y mazas abr¨ªan las cajas fuertes. Finalmente, rociaban toda la sucursal con los extintores de la misma para borrar las posibles huellas que hubieran podido dejar. En su huida, volv¨ªan a cambiar las matr¨ªculas del coche robado y regresaban a Madrid. Luego, a veces quemaban este ¨²ltimo para destruir cualquier tipo de indicios contra ellos.
El ¨²ltimo asalto que se les adjudica lo cometieron en la noche del 6 al 7 de marzo en la localidad c¨¢ntabra de Mataporquera. A su regreso a Madrid, la Guardia Civil detuvo a los siete integrantes del grupo que hab¨ªan participado, seis de ellos de nacionalidad espa?ola y uno dominicano. Un octavo que no particip¨® en el ¨²ltimo robo est¨¢ en paradero desconocido. Adem¨¢s, los agentes registraron nueve viviendas. En ellos consiguieron recuperar 20.000 euros en efectivo, con algunos billetes quemados por la utilizaci¨®n de lanzas de oxicorte en la apertura de las cajas; un rifle, una escopeta con los ca?ones recortados y un rev¨®lver, as¨ª como numeroso material utilizado para reventar las cajas y anular los dispositivos de seguridad de las entidades bancarias. Tambi¨¦n aparecieron cajas met¨¢licas que la banda enterraba en descampados y zonas rurales para ocultar parte de lo sustra¨ªdo.
El importe total de lo sustra¨ªdo es cifrado por la Guardia Civil en cerca de 750.000 euros, con botines que fluctuaban entre los 50.000 y los 100.000 euros. El Poni era el encargado de repartirlo entre todos los integrantes del grupo, aunque una parte del mismo lo "reinvert¨ªan" en la compra de nuevos veh¨ªculos y herramientas para futuros asaltos. ¡°Estaban sumamente organizados, con una estructura casi militar que nos llev¨® a bautizarlos como los Navyseals?(en referencia al grupo de ¨¦lite del Ej¨¦rcito de EE. UU.) de Orcasitas¡±, detalla el teniente coronel Javier Rogero, jefe del Departamento de Delincuencia Organizada de la UCO. Hasta el momento, se les adjudican nueve atracos a bancos, otros 16 robos de veh¨ªculos, pero se investiga si pudieran estar relacionados con otro medio centenar de asaltos, todos ellos cometidos durante 2016, por su similitud en el sistema utilizado. Adem¨¢s, el ADN de uno de los arrestados ha aparecido vinculado a un hecho delictivo cometido en Suiza hace dos a?os. ¡°Por ello hemos remitido a Europol los datos de la investigaci¨®n por si aparecieran otros asaltos similares en pa¨ªses europeos¡±, a?ade el teniente coronel Rogero. Los siete ¡®abrelatas¡¯ de la banda de El Poni han ingresado en prisi¨®n.
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