Dos mundos separados por una l¨ªnea
El fr¨¢gil equilibrio entre La L¨ªnea y Gibraltar, con riquezas dispares, peligra por el 'Brexit'
"No me f¨ªo de Madrid pero tampoco de Londres. Ahora bien, ?Est¨¢ Espa?a dispuesta a sacrificar a sus propios ciudadanos para solo atrasar el proceso y meter puyas de odio entre Gibraltar y La L¨ªnea? Todo el mundo se alarma cuando un tonto habla de guerras y Malvinas [en referencia a las incendiarias palabras del exl¨ªder tory y lord Michael Howard], pero cuando se paraliza en la Verja a miles de trabajadores, no pasa nada¡±.
M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica de altos vuelos que pelea por encauzar la traum¨¢tica salida del Reino Unido de la UE, al sur del sur de Europa vecinos del Pe?¨®n como Michael Neto, coordinador de Relaciones internacionales del sindicato United, critican las proclamas b¨¦licas y reclaman dejar fuera de la ecuaci¨®n a Gibraltar (segunda frontera terrestre brit¨¢nica despu¨¦s de Irlanda del Norte) ?El prop¨®sito? Evitar el da?o al bolsillo de 33.000 llanitos y los 12.000 espa?oles que trabajan en el Pe?¨®n y cruzan cada d¨ªa la Verja para luego regresar a sus casas.
La primera econom¨ªa ¡ªla de Gibraltar¡ª es robusta, financiera y tecnol¨®gica, y la segunda enclenque, endeudada y con el sector servicios como motor. Sin embargo, pese a la disparidad, ambas sufren estos d¨ªas angustia por el resultado de las negociaciones para el Brexit. Dos precedentes ya arruinaron su bienestar: en 1969 el cierre de la Verja decretado por Franco rompi¨® familias y provoc¨® ¨¦xodos ante la pobreza, y en 2013 colas de hasta cinco horas en la frontera hicieron insoportables sus rutinas diarias con el ¨¢nimo encrespado durante un a?o interminable.
A cincuenta metros de la barrera nace La L¨ªnea de la Concepci¨®n, que con 63.000 habitantes arrastra un paro del 35%. En direcci¨®n al Pe?¨®n, la cifra cae hasta el 1% (pleno empleo) y la renta per c¨¢pita se dispara hasta los 64.000 euros. El contraste entre los extremos ¡ªbarrios deprimidos con pandillas de j¨®venes linenses seducidos por el narcotr¨¢fico frente a algunos bufetes llanitos que gestionan fortunas desorbitadas¡ª es enorme.
¡°Miedo no hay, s¨ª incertidumbre¡±
¡°Espero que lo que viene no sea como antiguamente. Hab¨ªa que ir a T¨¢nger para ir a Gibraltar. Si a La L¨ªnea le quitan la refiner¨ªa, Acerinox y el Pe?¨®n, solo queda el Ayuntamiento¡±. Javier Arredondo, vecino de la localidad gaditana y propietario de una farmacia, matiza: ¡°Miedo no, pero s¨ª sentimos incertidumbre porque el equilibrio econ¨®mico es muy precario y de subsistencia b¨¢sica¡±.
En el mismo barrio, Manuel Infantes, due?o de la autoescuela Jardines, augura un crudo panorama con una media sonrisa. El 25% de su clientela son extranjeros ¨Cgibraltare?os, latinoamericanos, suecos- que necesitan permiso para poder conducir en Espa?a. La poblaci¨®n flotante de La L¨ªnea ronda las 10.000 personas, vecinos que contribuyen de manera p¨ªrrica a las arcas municipales pero consumen los mismos servicios p¨²blicos.
Roc¨ªo Hern¨¢ndez regenta una peluquer¨ªa y el pub Attico Delhi, con el 80% de su clientela de nacionalidad inglesa. ¡°Todos vienen aqu¨ª, de lunes a domingo, y beben desde las siete de la tarde hasta las tres de la madrugada¡±, relata.
Lo habitual es que el trabajador espa?ol pague sus impuestos a ambos lados de la Verja, la Seguridad Social solo en Gibraltar, y que cobre el desempleo y se jubile en Espa?a. La Roca ofrece peores niveles de protecci¨®n social para el paro y bajas por enfermedad y maternidad, pero mejores salarios. Eso s¨ª, no cuando la libra est¨¢ baja respecto al euro, como ahora. Roc¨ªo Ramos, camarera en el restaurante Sacarello's en un callej¨®n del Pe?¨®n, enfatiza: ¡°Nosotros no entramos en que Gibraltar sea espa?ol, solo pedimos que me dejen la libre circulaci¨®n para conservar el puesto de trabajo¡±.
Sin embargo, la simbiosis entre ambas econom¨ªas es total, con poblaciones entrelazadas y un continuo tr¨¢fico de trabajadores y mercanc¨ªas. Mientras, las negociaciones entre Reino Unido y la UE no dan pistas concretas sobre el destino de la colonia, m¨¢s all¨¢ de que la primera ministra brit¨¢nica Theresa May rechaza negociar la soberan¨ªa sin contar con los llanitos y de que Bruselas da a priori a Espa?a derecho a veto sobre la cuesti¨®n. Los actores econ¨®micos de los siete municipios espa?oles con intereses en la Roca se temen lo peor y reclaman al Gobierno que tenga en cuenta las consecuencias imprevisibles de tener a Gibraltar como punto caliente en las negociaciones de Bruselas con Reino Unido.
¡°La L¨ªnea carece de industria y tiene un sector hotelero y de servicios, pero siempre a trav¨¦s de Gibraltar. El dinero que llega son muchos millones al a?o y si la frontera se cierra no sabemos cu¨¢nto nos afectar¨¢¡±, admite Mario Fern¨¢ndez, teniente de alcalde de La L¨ªnea, que reclama una carta econ¨®mica especial para la localidad como medida urgente. El Ministerio de Econom¨ªa mantiene intervenidas las arcas municipales ante su deuda de 160 millones con un presupuesto anual de 50 millones ¨Cherencia del partido pol¨ªtico de Jes¨²s Gil-, el PGOU no se renueva desde hace tres d¨¦cadas y el paro toc¨® techo en 2012 con un 41%.
¡°Un proceso tan complejo tiene mil flecos, pero queremos poner el foco sobre un problema peque?o pero vital para nosotros¡±. Manuel Triano, de CC OO y presidente del Grupo Transfronterizo que forman empresarios y sindicatos de ambos lados de la frontera para despolitizar el conflicto, avanza que como lobby intentar¨¢n abrir los ojos a las instituciones espa?olas, brit¨¢nicas y europeas. Este grupo considera que un paso en falso para cerrar el paso fronterizo desencadenar¨ªa otra vez el temido derrumbe de una econom¨ªa que necesita el tr¨¢fico continuo de mercanc¨ªas y personas a ambos lados de la Verja. Unos 12.000 espa?oles acuden cada d¨ªa a la Roca para trabajar, mientras que otros tantos gibraltare?os salen de la colonia para hacer compras e invertir por unos 695 millones cada a?o. Las empresas gibraltare?as importan 445 millones en mercanc¨ªas y servicios al a?o, seg¨²n un estudio de la C¨¢mara de Comercio del Pe?¨®n. De momento, esta semana a manera de mal augurio se han multiplicado los controles y por tanto las colas de tres a cinco horas.
Los trabajadores espa?oles en Gibraltar no disponen del estatuto de trabajadores transfronterizos dado que Espa?a no reconoce la Verja como una frontera. Lorenzo P¨¦rez, presidente de Apymell, asociaci¨®n que agrupa a los peque?os empresarios linenses, avanza: ¡°Utilizar la frontera como instrumento de presi¨®n hacia Gibraltar mediante controles desproporcionados solo har¨¢ que la econom¨ªa de Gibraltar se resienta y de rebote la nuestra¡±. Porque la p¨®cima que alimenta la magia de la Roca es de sobra conocida: un impuesto sobre sociedades del 10% y la exenci¨®n del IVA, que atrae firmas de todo el continente.
Cuando Franco cerr¨® la valla en 1969, orden¨® la instalaci¨®n de una refiner¨ªa para crear empleo en la zona y paliar la masiva emigraci¨®n que despobl¨® La L¨ªnea al perder un 40% de su poblaci¨®n. Hoy las amenazas, como que la industria del juego online gibraltare?a emigre a Malta, est¨¢n ah¨ª latentes. El futuro de la colonia y su poblaci¨®n vecina depende de que el trasiego en la Verja siga a toda mecha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.