El Supremo anula una condena de dos a?os de c¨¢rcel por un matrimonio de conveniencia
El tribunal recuerda que estas uniones no pueden acarrear sanciones penales
El Tribunal Supremo ha anulado la condena de dos a?os de prisi¨®n a una pareja cuyo matrimonio fue considerado de conveniencia. El tribunal recuerda que, conforme a la legislaci¨®n espa?ola, este tipo de uni¨®n matrimonial s¨®lo puede ser sancionado de forma administrativa o derivar en un il¨ªcito civil.
La historia arranca en una iglesia de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) un 31 de julio de 2009. Ese d¨ªa, en el templo resuena el "s¨ª quiero" que pronuncian Byron G¨®mez Mej¨ªa y Jennifer Rosa Peguero Mej¨ªa. Oficialmente, ya son marido y mujer. Aunque ambos acaban despu¨¦s a m¨¢s de ocho kil¨®metros de distancia. ?l, en una casa de la segunda planta de la calle de Doctor Pag¨¦s. Ella, en una entreplanta del pasaje de Font Pudenta, en el municipio de Montcada i Reixac. Y los dos, con sus respectivos hijos y parejas sentimentales. "Las verdaderas", seg¨²n recalcaron los magistrados de la Audiencia Provincial de Barcelona, que los condenaron a dos a?os de c¨¢rcel por contraer un falso matrimonio para que G¨®mez, dominicano, consiguiera los papeles. Una sentencia que acaba de anular el Tribunal Supremo, que ha absuelto a los procesados.
"El matrimonio de complacencia o conveniencia, de acuerdo a la legislaci¨®n espa?ola, no puede acarrear sanciones penales si no media ¨¢nimo de lucro; o no existe usurpaci¨®n de estado civil o falsedad documental previa", han resaltado los jueces del m¨¢ximo ¨®rgano judicial, que han subrayado que estas pr¨¢cticas solo pueden acarrear sanciones administrativas. Por ello, la sala ha revocado las condenas impuestas por un delito de falsedad documental y otro contra el derecho de los trabajadores extranjeros.
Seg¨²n recoge el dictamen del Supremo, G¨®mez y Pejero ¡ªella, tambi¨¦n de origen dominicano, pero con nacionalidad espa?ola¡ª acordaron casarse para que ¨¦l pudiera obtener los papeles e iniciar as¨ª un proceso de reagrupaci¨®n familiar. De hecho, gracias a que contrajeron matrimonio, el hombre pidi¨® para sus dos hijas peque?as la tarjeta de residencia. Entonces, no levantaron sospechas. Pero, cuando trataron de repetir la operaci¨®n, saltaron las alarmas. G¨®mez quiso hacer lo mismo con su padre, que acababa de entrar en Espa?a como turista. Pero las fuerzas de seguridad se percataron de la estratagema y emprendieron una intervenci¨®n policial, que deriv¨® en una condena de la Audiencia Provincial, anulada ahora por el Supremo.
Los magistrados del alto tribunal insisten en que los matrimonios de conveniencia no pueden dar lugar a delito de falsedad, aunque los contrayentes "conozcan y consientan" las particularidades del acuerdo: "Puede tratarse de un il¨ªcito civil, pero nunca llegar a la incriminaci¨®n de tal conducta en el contexto del C¨®digo Penal".
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