La ¡®hucha¡¯ de los reclusos deja de ser gratuita
El env¨ªo de dinero a los presos se hace desde hace semanas a trav¨¦s de sucursal bancaria o por giro postal. Interior abre tambi¨¦n ventanillas en las c¨¢rceles
Tener dinero en met¨¢lico dentro de la prisi¨®n est¨¢ prohibido. Gastarlo, no. Esta aparente contradicci¨®n se salva con las llamadas cuentas de peculio, dep¨®sitos bancarios abiertos a nombre de los diferentes centros penitenciarios en los que los familiares de los reclusos ingresan fondos para que ¨¦stos puedan hacer frente a peque?as compras en el economato de la c¨¢rcel a trav¨¦s de una tarjeta monedero con un l¨ªmite semanal de 80 euros o encargar al demandadero adquirir en el exterior libros, un televisor o cualquier otro tipo de art¨ªculo no vetado. Los peque?os gastos multiplicados por los m¨¢s de 51.000 internos actuales de las 84 c¨¢rceles y Centros de Inserci¨®n Social (CIS) que gestiona el Ministerio del Interior significan en 2015, ¨²ltimo a?o del que se tienen datos completos, que estos dep¨®sitos penitenciarios recibieran ingresos por un valor superior a los 111 millones de euros.
Este dinero llegaba hasta hace poco a los reclusos sin coste para sus familias y amigos. S¨®lo ten¨ªan que hacer una transferencia o ir a cualquier oficina de la entidad financiera que gestionaba las mismas y ordenar el ingreso. Sin embargo, el pasado 4 de abril, la Secretar¨ªa General de Instituciones Penitenciarias remit¨ªa a todas las c¨¢rceles una instrucci¨®n interna en la que informaba de que esto ya no volver¨ªa a ser as¨ª y que estos env¨ªos gratuitos desaparec¨ªan para dar paso a los giros tramitados por la Sociedad Estatal de Correos y Tel¨¦grafos por 1,95 euros. Un precio fijo que ser¨¢ igual tanto para aquel que quiera ingresar 5 euros (cantidad m¨ªnima) ¨® 2.499 euros (m¨¢xima), seg¨²n confirman fuentes de Correos, que recalcan que el precio es inferior al del resto de usuarios, que es de 2,25 euros m¨¢s un 1,25% del importe transferido. Interior y esta entidad firmaron el contrato el pasado 11 de abril.
El origen de la decisi¨®n se encuentra en el concurso iniciado el a?o pasado para licitar la gesti¨®n de todas las cuentas bancarias de Instituciones Penitenciarias, desde las que sirven para recoger el peculio de los presos a aquellas que el Ministerio del Interior utiliza para abonar su n¨®mina a los funcionarios de prisiones o hacer los pagos a proveedores. Ninguna entidad financiera se present¨®. En el pliego, Prisiones hab¨ªa fijado, entre otras condiciones, que el banco que resultase adjudicatario del contrato deb¨ªa seguir tramitando sin coste alguno para las familias de los presos las transferencias que desde sus sucursales se hicieran a las cuentas que deben cubrir los peque?os gastos de los internos. Todo ello, adem¨¢s, con un plus de medidas de seguridad, ya que los empleados bancarios no s¨®lo deb¨ªan recoger el nombre y apellidos del destinatario, la c¨¢rcel donde estuviera recluido y el NIS (n¨²mero de identificaci¨®n de cada preso), sino tambi¨¦n identificar al remitente de la cantidad. Datos que Interior quer¨ªa poder consultar en cualquier momento a trav¨¦s del sistema de banca electr¨®nica de la entidad financiera. Ning¨²n banco las acept¨® y hubo que repetir el concurso ya sin la gratuidad de dichas transferencias e ingresos en ventanilla. Se lo llev¨® el Banco Santander.
Para compensar el fin de ¨¦stas, Instituciones Penitenciarias se ha visto obligado a poner en marcha en los ¨²ltimos meses dos nuevas formas de hacer llegar el dinero a las huchas de los presos. Para ello, ha emitido sendas instrucciones internas. La primera, fechada el pasado 2 de enero, pon¨ªa de nuevo en funcionamiento las llamadas ventanillas de los centros penitenciarios, para que los familiares que acudan a visitar a los presos puedan ingresar en met¨¢lico cantidades en su peculio. Aquel escrito reconoc¨ªa que la medida ten¨ªa como objetivo ¡°evitar que los justificados vaivenes del sector privado influyan en la capacidad de realizar aportaciones al fondo de peculio¡±.
Sin medidas de seguridad
Unos fondos bajo sospecha
Las cuentas de peculio de los reclusos est¨¢n bajo sospecha desde hace tiempo al haberse detectado supuestos casos de blanqueo e, incluso, el pago por transacciones de droga a trav¨¦s de ellas.
Ello llev¨® en su d¨ªa a Instituciones Penitenciarias a extremar el control sobre las personas que hac¨ªan dichos ingresos, sobre todo para acusados de yihadismo.
En 2014, Prisiones dict¨® una ¡°orden de servicio¡± en el que detallaba que las entradas de fondos para estos reclusos terroristas s¨®lo pod¨ªan ser hechos por familiares, abogados y algunas ONG.
A la vez que ordenaba a los funcionarios dar la voz de alarma si detectaba que una misma persona hac¨ªa ingresos ¡°en cuentas de tres o m¨¢s internos del establecimiento penitenciario sin raz¨®n de parentesco¡±.
Esta decisi¨®n provoc¨® la respuesta airada de los funcionarios de prisiones. Desde ACAIP, el sindicato mayoritario, estiman que la medida va a suponer que, al menos, 300 trabajadores penitenciarios tengan que abandonar sus funciones ¡°para acabar de cajeros¡±.
Portavoces de este sindicato a?aden a EL PA?S que la medida les somete, adem¨¢s, a un riesgo legal: ¡°Interior no puede poner de nuevo en marcha estas ventanillas sin establecer antes un procedimiento de actuaci¨®n de los funcionarios que evite que se nos pueda hacer responsables penales si se detectan casos de blanqueo en estos movimientos¡±.
Tambi¨¦n recalcan que las dependencias penitenciarias donde se van a recoger dichos fondos ¡°no cuentan con ning¨²n tipo de medida especial de seguridad pese a que el dinero que se puede acumular los fines de semana, d¨ªas de m¨¢xima afluencia de visitas, ser¨¢ elevado y puede propiciar alg¨²n intento de robo¡±.
La segunda instrucci¨®n interna de Instituciones Penitenciarias ha sido la del 4 de abril, que detalla el acuerdo con Correos. Por primera vez, ingresar dinero en la hucha de los reclusos tendr¨¢ un precio.
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