La revoluci¨®n del calendario escolar
Cantabria examina su primer curso con horario europeo, cinco evaluaciones y una semana de vacaciones cada dos meses
Alex se pas¨® la semana de vacaciones con los abuelos, jugando con los amigos, a ratos con la tablet. Miranda se fue con sus hermanos y sus padres a Aranda de Duero, a ver tambi¨¦n a la abuela, que le prepara unas meriendas ¡°riqu¨ªsimas¡±. Sentados en el pupitre de su colegio, les cuesta echar la vista atr¨¢s. No recuerdan si aquello fue en noviembre, en febrero, en Semana Santa¡ Lo que Miranda tiene muy claro es que visit¨® Almer¨ªa, su ciudad favorita, en verano. Los dos alumnos de 5? de Primaria, de los m¨¢s listos de su clase, apenas han reparado en un cambio que han tenido este a?o y que sit¨²an sus vacaciones en el colegio Antonio Mendoza, un edificio lleno de escaleras y dibujos coloridos del centro de Santander, m¨¢s cerca de lo que hace Europa que de lo que ocurre en el resto de Espa?a.
Cantabria se ha convertido en este curso en la Galia educativa, un peque?o punto en el mapa patrio que ha revolucionado el calendario escolar, el tiempo de descanso y de trabajo de los alumnos. Es un laboratorio de ideas que todos miran de reojo. A saber: una semana de vacaciones cada dos meses de clase, salvo en verano. Supone ampliar el puente de los Santos de noviembre y recuperar la antigua semana blanca de febrero.
?La idea parece tan simple como la han vivido estos dos chicos que hablan sentados en sus pupitres del centro p¨²blico santanderino, que comparte patio con otros dos colegios. Pero no lo es. Es el primer paso de un cambio que han barajado otras regiones como Madrid o Catalu?a -con las competencias educativas transferidas, el modelo horario corresponde a cada comunidad- y que el Gobierno de Cantabria espera mantener el curso que viene de nuevo para todos sus estudiantes, desde infantil a bachillerato, acortando un poco m¨¢s las vacaciones estivales.
?El calendario se implant¨® con pol¨¦mica, porque los padres se enteraron del cambio el pasado junio por la prensa. Casi un a?o despu¨¦s, un informe del consejo escolar c¨¢ntabro en el que han participado familias, alumnos, profesores, expertos, Ayuntamientos y Gobierno regional detectaba disfunciones como que a los profesores se les ha ido la mano con los deberes y los ex¨¢menes, o que la conciliaci¨®n es la gran cuenta pendiente.
?El problema de conciliar
Los padres de Miranda trabajan en el sector sanitario y, como los profesores, lo tienen f¨¢cil para coger vacaciones. Alex tiene la suerte de vivir cerca de sus abuelos, que siempre echan una mano con estas cosas. Pero su situaci¨®n no es la habitual. Desde las confederaciones de padres de la escuela p¨²blica y la concertada se ha denunciado que la oferta de ocio para los chicos esos d¨ªas era insuficiente y adem¨¢s ten¨ªa un coste.
El consejero de Educaci¨®n, Ram¨®n Ruiz, sostiene que los problemas de horarios laborales para atender a los hijos ¡°no es algo que deba solucionar solo la Administraci¨®n educativa¡±. Asegura que se ha hecho un esfuerzo para organizar campamentos y talleres y que 17 de los 100 ayuntamientos c¨¢ntabros - los de los municipios m¨¢s grandes- est¨¢n colaborando ya con servicios municipales para esos periodos.
En el Antonio Mendoza de Santander, los alumnos sin beca deb¨ªan pagar unos 65 euros semanales por comedor y actividades. ¡°En noviembre se ofert¨® gratis y casi no vinieron familias pero el comedor y los monitores hubo que pagarlo igual. En febrero, la consejer¨ªa reuni¨® a los directores y se decidi¨® poner un precio¡±, explica en su despacho la directora del colegio, Mar¨ªa Jos¨¦ Paz, una convencida de la nueva f¨®rmula. Asegura que ha sido beneficiosa para los alumnos, sobre todo en infantil. Marta Lanza, que tiene dos hijos en el centro, no los llev¨® al colegio en vacaciones. Ella pidi¨® d¨ªas en noviembre para atender a sus hijos y su marido en febrero. ¡°Los padres solemos ser reacios al cambio, pero si me dicen que es mejor para mi hijo, por supuesto que lo acepto¡±, valora. ?Lo es?
?El largo verano
?No existe investigaci¨®n suficiente para poder afirmar si el modelo c¨¢ntabro es mejor para los resultados acad¨¦micos de los alumnos. El consejero de Educaci¨®n, Ram¨®n Ruiz, asegura que ha habido mejoras en la convivencia. Y est¨¢ probado que favorece su descanso. ¡°La idea es m¨¢s que buena pese a que se ha tomado demasiado r¨¢pido¡±, considera Rafael Feito, doctor en Sociolog¨ªa de la Complutense. ¡°Las investigaciones apuntan incluso a pausas m¨¢s largas, intercaladas a lo largo del curso¡±, a?ade este especialista que alerta sobre los efectos negativos de unas vacaciones de verano extensas en las que los alumnos olvidan conocimientos.
?Por la innovaci¨®n
?El paso dado por Cantabria, que el curso que viene quiere repetirlo, tiene otro punto fuerte, seg¨²n sus partidarios: la innovaci¨®n educativa. ¡°Este modelo implica un cambio de chip a la hora de acometer tareas educativas¡±, explica Javier Argos presidente de la comisi¨®n del Consejo Escolar que ha investigado este asunto. ¡°Si cambiamos los tiempos, habr¨¢ que cambiar los espacios y las formas de ense?ar a los chavales¡±, apunta Javier Ram¨ªrez, director del colegio Pablo Picasso de Laredo, uno de los representantes sindicales que m¨¢s defendi¨® el cambio. ¡°Tenemos que encaminarnos a una ense?anza no tanto memor¨ªstica sino que los alumnos aprendan a investigar¡±, a?ade. El esfuerzo, sobre todo, recae en los profesores, los mismos que en muchos casos este curso han tirado de m¨¢s ex¨¢menes y m¨¢s deberes en las cinco evaluaciones de los chicos c¨¢ntabros.
¡°El profesor todav¨ªa no se atreve a dar una opini¨®n cualitativa sin poner un examen. Pero eso hay que superarlo. Si tienes 18 alumnos, con lo que has visto puedes emitir una opini¨®n¡±, considera Silvino Corada, director del instituto Santa Clara de Santander, situado muy cerca del colegio Antonio Mendoza. ¡°Nos falta a¨²n el 80% del desarrollo del calendario: replantear los ex¨¢menes, revisar las actividades¡ Si lo terminamos bien, el modelo va a ser mucho mejor para todos¡±.
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