El PSOE se asoma al abismo
Las elecciones primarias han colocado al partido en una aut¨¦ntica encrucijada
La socialdemocracia encadena derrotas por toda Europa que la conducen a la desaparici¨®n, la marginalidad y la dispersi¨®n de su base tradicional ¡ªla alianza entre el voto obrero y la clase media urbana¡ª hacia propuestas de izquierda radical, populismos construidos sobre el rechazo al sistema o nuevas plataformas de corte liberal. En Espa?a, donde las encuestas dan todav¨ªa a los socialistas un suelo de en torno a un 20% que les permitir¨ªa albergar cierta esperanza, el PSOE se ha embarcado en una aut¨¦ntica guerra fratricida, una por su liderazgo que hace temer a muchos de sus dirigentes la posible fractura del partido a partir del resultado de las elecciones primarias del pr¨®ximo domingo.
Incapaz de dar una respuesta contundente a la rivalidad por la izquierda que trajo Podemos, el ex secretario general del partido, Pedro S¨¢nchez, ha resurgido de su derrota del 1 de octubre ante el comit¨¦ federal del partido con un desaf¨ªo hacia los dirigentes que forzaron su dimisi¨®n. Frente a S¨¢nchez, la presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa, Susana D¨ªaz, defiende un PSOE que sea capaz de obtener mayor¨ªas y gobernar. En medio de ambos, aunque muy por detr¨¢s en apoyos, el exlendakari Patxi L¨®pez promete unidad en un partido que ha trasladado a sus militantes la tradicional guerra entre dirigentes. Hist¨®ricos l¨ªderes del PSOE explican c¨®mo ven y hacia d¨®nde debe ir el partido.
?Y si la permanencia de Espa?a en la OTAN hubiese estado solo en manos de los militantes del PSOE? ?Y si hubieran decidido que esa cuesti¨®n pendiente era un asunto interno a resolver solo entre ellos, sin tener en cuenta a sus votantes ni mucho menos al resto del pa¨ªs? La pregunta, aunque ret¨®rica y sin duda fuera de contexto, abre un juego de pistas para entender c¨®mo han llegado los socialistas al actual nivel de fractura, algunas razones ocultas de su crisis y qu¨¦ est¨¢ realmente en juego en las primarias del pr¨®ximo domingo, en las que deben elegir un nuevo secretario general del partido.
Hay que hacer una primera aclaraci¨®n, no por obvia menos necesaria: ¡°Hay dos tipos de primarias. Hay primarias para elegir al secretario general de un partido, que tienen que celebrarse entre los militantes de ese partido, ?o no? ?No van a votar al secretario general de un partido los del partido contrario!¡±, aclara con iron¨ªa el exministro socialista y ex secretario general de la OTAN, Javier Solana. ¡°Otra cosa es elegir al candidato a presidente del Gobierno, que no tiene por qu¨¦ ser el mismo¡±, se?ala.
Los socialistas, plenamente convencidos unos, a rega?adientes otros, aceptaron la elecci¨®n directa por los afiliados del secretario general en 2014, cuando se enfrentaron por ese puesto Pedro S¨¢nchez y Eduardo Madina. Ya nadie discute abiertamente este procedimiento, pero la mayor¨ªa admite, o al menos intuye, que existe un problema no resuelto. ¡°La doble legitimidad que existe en un partido cuando hay dos procedimientos para elegir liderazgos o l¨ªneas estrat¨¦gicas¡±. La reflexi¨®n es de Carlos Solchaga, ministro en los primeros Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez. ¡°Por un lado, tienes el procedimiento representativo, que era lo propio o hist¨®rico de este partido. Se eleg¨ªan a los delegados, ellos eleg¨ªan la l¨ªnea pol¨ªtica, y luego la minor¨ªa lo aceptaba. Y por el otro lado, tienes la legitimaci¨®n tambi¨¦n directa de la apelaci¨®n a los militantes. La tendencia es a que ambas legitimidades entren en conflicto. Un conflicto que no llega a resolver cu¨¢l es el mejor m¨¦todo, sino que solo permite que cada cual haga lo que le conviene en cada momento¡±.
Si ya resultaban dif¨ªcilmente controlables en los congresos socialistas tradicionales, las pasiones y las animadversiones se desbordan cuando la apelaci¨®n a la militancia es directa, en detrimento de las razones argumentadas. Por eso el ejemplo del refer¨¦ndum de la OTAN no resulta tan extempor¨¢neo. Frente a la idea de una Espa?a que necesitaba entrar en la modernidad y formar parte del club de las naciones europeas, resultaba mucho m¨¢s arrollador y reafirmante el odio at¨¢vico al imperialismo yanqui. Frente a la sugerencia de que la estabilidad institucional del sistema democr¨¢tico estaba por encima de los intereses del PSOE, de que abocar a los espa?oles a terceras elecciones en 2016 era no tomarles en serio, moviliza mucho m¨¢s las tripas y los corazones la idea de que la derecha, Rajoy, el PP, la corrupci¨®n y los recortes sociales sigan en el poder.
Y sobre esa ola de frustraci¨®n y rabia de gran parte de la militancia, Pedro S¨¢nchez resurgi¨® de sus cenizas. Debido en gran parte a la falta de arrojo de muchos l¨ªderes socialistas convencidos de que la breve ¡°era S¨¢nchez¡± hab¨ªa llevado al PSOE al borde del abismo, pero fueron incapaces de expresarlo. La confesi¨®n m¨¢s descarnada la hizo el actual presidente de la gestora socialista, Javier Fern¨¢ndez, en su intervenci¨®n ante el comit¨¦ federal del 14 de enero, al defender la abstenci¨®n que permiti¨® finalmente que el PP gobernara. ¡°Al d¨ªa siguiente de las elecciones de junio, la inmensa mayor¨ªa de los dirigentes de este partido sab¨ªamos lo que hab¨ªa que hacer, lo que no sab¨ªamos era c¨®mo ganar el congreso despu¨¦s de hacerlo. Y eso quiero decirlo porque callar ser¨ªa insultar a la verdad¡±, dijo Fern¨¢ndez en un extra?o acto de contrici¨®n.
La decisi¨®n puso fin al bloqueo institucional de Espa?a, pero dej¨® en carne viva la herida abierta en el partido. El reposo pretendido por la gestora nunca fue tal. Primero fue el exlehendakari e hist¨®rico dirigente vasco, Patxi L¨®pez; poco despu¨¦s, Pedro S¨¢nchez; finalmente, la presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa, Susana D¨ªaz. Enseguida arranc¨® una precampa?a soterrada de primarias que revent¨® los puntos de sutura de una cicatriz sin cerrar.
¡°La fractura del partido es evidente, porque se ha trasladado a los militantes¡±, reconoce un veterano socialista que, resignado, ha decidido ver los toros desde la barrera. ¡°Ah¨ª est¨¢ el problema. Esto ya no es una guerra entre dirigentes, sino entre afiliados. En los momentos m¨¢s duros del enfrentamiento entre Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra, las bases del partido se preguntaban desconsoladamente por qu¨¦ no pod¨ªan arreglar sus diferencias. Para ellos, Felipe era el padre y Alfonso, la madre¡±, se lamenta.
Una crisis dentro de otra
Como en las mu?ecas rusas, la crisis de liderazgo del PSOE est¨¢ dentro de un problema mayor, la falta de un proyecto socialista cre¨ªble para las pr¨®ximas d¨¦cadas, que recupere la alianza entre las clases obreras y las clases medias urbanas, que a su vez es parte de un reto mayor: la crisis de la socialdemocracia en Europa. Los socialistas griegos, en ruinas; los laboristas brit¨¢nicos, al borde de la cat¨¢strofe; los franceses y los holandeses, arrasados; los italianos, en su pen¨²ltimo proceso de reinvenci¨®n. ¡°Todav¨ªa aguantamos. Si comparas los ¨²ltimos sondeos del CIS [el PSOE recuper¨® la segunda posici¨®n, detr¨¢s del PP, en el bar¨®metro del pasado 9 de mayo, con un respaldo del 19,9%] con los resultados de Francia en la primera vuelta de las elecciones [el PSF obtuvo el 6% de los apoyos, su peor resultado desde 1969], todav¨ªa estamos en una crisis menos avanzada que la de los franceses o la de los holandeses, pero estamos en crisis¡±, se muestra rotundo Joaqu¨ªn Almunia, el ministro m¨¢s joven del primer Gobierno de Gonz¨¢lez y exvicepresidente de la Comisi¨®n Europea. ¡°Hemos perdido capacidad de parecer una alternativa cre¨ªble de gobierno, una alternativa al Gobierno de Rajoy. Es muy dif¨ªcil encontrar gente que no piense que, si no cambiamos mucho, si no mejoramos las propuestas pol¨ªticas del partido y su proyecto, tengamos posibilidad de ganar en las pr¨®ximas elecciones¡±, concluye.
Por si no fuera bastante, la tarea herc¨²lea de reinventarse, al PSOE, como a muchos de sus correligionarios europeos, le ha surgido la amenaza por la izquierda, en forma de populismo. Podemos se ha convertido en el elefante en medio de la habitaci¨®n, imposible de esquivar, mucho m¨¢s cuando la intenci¨®n manifiesta del partido liderado por Pablo Iglesias es la de interferir en el proceso interno de los socialistas. No es coincidencia que la manifestaci¨®n convocada en Madrid para respaldar su anunciada moci¨®n de censura contra el Gobierno de Rajoy, con nulas posibilidades de salir adelante, vaya a celebrarse el pr¨®ximo s¨¢bado, 24 horas antes de que los militantes socialistas celebren sus primarias.
S¨¢nchez pase¨®, pos¨® ante las c¨¢maras y se dio la mano con Iglesias en el intento por sacar adelante su investidura tras las elecciones de diciembre de 2015. Luego reneg¨® de ese partido, en la campa?a de la segunda convocatoria electoral, la de junio. Confes¨® m¨¢s adelante, despu¨¦s de su dimisi¨®n como secretario general del PSOE y cuando ya barruntaba su regreso, en el programa Salvados de La Sexta, que se hab¨ªa equivocado con Podemos y que los socialistas deb¨ªan tratar a esa formaci¨®n ¡°de t¨² a t¨²¡±. Metido ya en la precampa?a para las primarias, propuso una ¡°alianza de progreso¡± que alcanzara al partido de Iglesias y a los sindicatos. En su ¨²ltimo quiebro, ha rectificado para hablar de una ¡°alianza social¡± y aclara que no busca el acuerdo con Iglesias sino con los votantes que un d¨ªa fueron socialistas.
¡°Antes de pensar en alianzas tienes que pensar en tu propio proyecto. Porque si no piensas en tu propio proyecto son los otros los que lo piensan por ti¡±, reflexiona Almunia. ?l, mejor que nadie, puede llegar a esa conclusi¨®n. Su aventura electoral con la Izquierda Unida de Francisco Frutos, en el a?o 2000, que ninguno de los dos partidos se crey¨®, contribuy¨® a poner en bandeja a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar su ¨²nica mayor¨ªa absoluta. ¡°Podemos, como Syriza en Grecia, tienen en parte un origen de viejos comunistas y otra parte de gente que se suma a un movimiento de este tipo como protesta ante una situaci¨®n de crisis econ¨®mica, de aumento del paro, de aumento de las desigualdades, de recortes en las pol¨ªticas del bienestar... pero esa posici¨®n no tiene una alternativa de Gobierno. No est¨¢ pensando en qu¨¦ hay que hacer para gobernar, sino en t¨¦rminos de poder o simplemente de renuncia o de rechazo¡±, concluye.
Tentaci¨®n de radicalizarse
¡°Es cierto que el PSOE, como pas¨® en los a?os treinta, cuando estaba empujado por los comunistas y por la Tercera Internacional, tiene una tentaci¨®n muy grande de radicalizarse hacia la izquierda¡±, coincide Solchaga, ¡°pero no sabe muy bien c¨®mo, porque sigue siendo un partido socialdem¨®crata y no desea ninguna aventura revolucionaria que quiebre de una manera dram¨¢tica el esquema institucional de funcionamiento del pa¨ªs¡±.
Los l¨ªderes hist¨®ricos del partido est¨¢n asustados ante la visceralidad en la que se ha sumido. Se mueven entre un claro posicionamiento que exprese en qu¨¦ modelo se reconocen ¡ªFelipe Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero o Alfonso Guerra se dejaron ver en el acto de Susana D¨ªaz en el que anunci¨® su candidatura¡ª, la distancia, la resignaci¨®n o un optimismo que puede sonar voluntarioso. ¡°Yo creo que el PSOE est¨¢ en una encrucijada. Pero las encrucijadas no son malas. Es una encrucijada como en la que estamos todos, incluidos los peri¨®dicos¡±, dice Solana. ¡°La nuestra es m¨¢s importante porque queremos representar a otros y por lo tanto se debe resolver mejor. Este es un partido que quiere gobernar y que tiene la voluntad de gobernar. As¨ª ha sido siempre. No ha sido un partido de frases sino un partido de Gobierno¡±.
Resulta dif¨ªcil marcar distancia, aunque se ponga todo el empe?o. Analizar es, a la fuerza, repartir culpas. Y aunque las figuras consultadas para construir este relato se han esforzado por no entrar en la refriega, alguno, como Solchaga, ha querido ir m¨¢s all¨¢. ¡°El PSOE est¨¢ en una encrucijada muy importante. Quienes han llevado la discusi¨®n han estado a una altura muy baja. Veo un clima tal, generado por gente con muy poco sentido de lo que es el partido y la responsabilidad del patrimonio hist¨®rico que est¨¢n manejando, que podr¨ªa llevar a una ruptura. No quiero ser injusto. No todos se est¨¢n comportando igual. Creo que la desverg¨¹enza ideol¨®gica con que se est¨¢ comportando S¨¢nchez no es comparable con lo que est¨¢n haciendo las otras dos candidaturas. Pero lo que s¨ª es evidente es que unos y otros han puesto al partido en una situaci¨®n en la cual, cualquiera que sea el resultado de las primarias, el riesgo de escisi¨®n no es en absoluto despreciable sino francamente elevado¡±, sentencia.
Repunte en los sondeos pese a la fractura
El episodio de enfrentamiento en el comit¨¦ federal del 1 de octubre, que forz¨® la dimisi¨®n de Pedro S¨¢nchez en la secretar¨ªa general del PSOE, erosion¨® la imagen del partido, afectando a la intenci¨®n de voto, seg¨²n los diferentes sondeos publicados en su momento.
Siete meses despu¨¦s, el PSOE, dirigido por una gestora desde entonces, ha dejado atr¨¢s la ca¨ªda en las encuestas y ha emprendido un camino ascendente que parece apuntar que ya ha pagado el precio de aquel espect¨¢culo y de la abstenci¨®n en la investidura de Mariano Rajoy.
Fue en noviembre de 2016 cuando toc¨® suelo, con el 17% de intenci¨®n de voto, justo despu¨¦s de la investidura de Rajoy y del comit¨¦ federal en el que Pedro S¨¢nchez perdi¨® la confianza de la mitad de su ejecutiva. Los dos bar¨®metros del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas posteriores han cambiado su tendencia descendente. En el de abril, publicado el pasado martes, el partido sube 1,3 puntos respecto al de enero, cuando ya hab¨ªa mejorado 1,6 respecto al bar¨®metro anterior.
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