La hora del acuerdo contra el cambio clim¨¢tico en Espa?a

En los ¨²ltimos 20 a?os ¡ªentre 1995 y 2015¡ª murieron en Espa?a como consecuencia de desastres naturales 1.215 personas. Se trata, por ejemplo, de inundaciones ¡ªque se llevaron por delante a 328 personas¡ª o de golpes de calor ¡ª178 fallecidos¡ª, seg¨²n los datos recopilados por la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil y Emergencias.

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In English: Spain: time to get serious about addressing climate change

La ONU y diversos organismos cient¨ªficos alertan de que el cambio clim¨¢tico no solo afecta al aumento de las temperaturas medias, sino que incrementa el n¨²mero y la intensidad de los desastres naturales. Es un efecto m¨¢s del calentamiento global, que en Espa?a amenaza adem¨¢s con provocar la desertizaci¨®n de amplias zonas o la desaparici¨®n por la subida del nivel del mar de deltas tan importantes como el del Ebro.

Espa?a se sum¨® en 2015 al Acuerdo de Par¨ªs, que ya ha ratificado y donde tiene intenci¨®n de seguir a pesar de la espantada de Donald Trump, que quiere sacar del pacto a EE UU, el pa¨ªs que m¨¢s ha contribuido hist¨®ricamente al cambio clim¨¢tico.

Al estar dentro del Acuerdo de Par¨ªs y de la Uni¨®n Europea, Espa?a sabe ad¨®nde tiene que llegar: a descarbonizar su econom¨ªa, es decir, a conseguir crecer prescindiendo de los gases de efecto invernadero, generados por la quema de combustibles f¨®siles como el carb¨®n y causantes del calentamiento seg¨²n el consenso cient¨ªfico. Pero la senda que sigue el pa¨ªs no es la correcta: las propias proyecciones del Gobierno indican que, lejos de reducir las emisiones, Espa?a seguir¨¢ aument¨¢ndolas en los pr¨®ximos 20 a?os. En 2040 el pa¨ªs expulsar¨¢ a la atm¨®sfera 353,7 millones de toneladas de CO₂ equivalente (la unidad de medida para los gases de efecto invernadero). Esto supondr¨ªa 18 millones m¨¢s que en 2015.

Por eso Espa?a necesita un plan que le lleve a cumplir los compromisos adquiridos en Par¨ªs. La UE, y por lo tanto el pa¨ªs, se comprometi¨® a reducir un 40% las emisiones en 2030 respecto a las de 1990. Esa es una de las razones por las que el Ejecutivo est¨¢ preparando una ley de cambio clim¨¢tico y transici¨®n energ¨¦tica, que deber¨¢ ayudar a cumplir las metas y que debe estar lista esta legislatura, seg¨²n el compromiso de Mariano Rajoy.

"Es un momento ¨²nico", opina Mario Rodr¨ªguez, responsable en Espa?a de Greenpeace. "Tenemos los ingredientes pero hay que ver c¨®mo se cocinan". En esa lista de ingredientes para cerrar una buena ley Rodr¨ªguez incluye, aunque resulte parad¨®jico, el anuncio de Trump: "Europa emerge ahora como un l¨ªder clim¨¢tico mundial y Espa?a debe tener tambi¨¦n su papel". Ahora, apunta, "el cambio clim¨¢tico est¨¢ pol¨ªticamente en la agenda".

En la lista de pros, Rodr¨ªguez incluye la fragmentaci¨®n del Congreso. Porque la ley de cambio clim¨¢tico requerir¨¢ del acuerdo entre formaciones pol¨ªticas. "Muchos partidos han introducido en sus programas medidas de fiscalidad ambiental y de cambio clim¨¢tico", a?ade Xavier Labandeira, director de Economics for Energy.

Desde diferentes ¨¢mbitos ¡ªlas organizaciones ecologistas, empresariales o del mundo energ¨¦tico, por ejemplo¡ª se coincide en demandar a los partidos estabilidad; es decir, que la ley ¡ªque por su raz¨®n de ser es de largo recorrido¡ª cuente con el suficiente consenso y no est¨¦ sometida a los vaivenes de los cambios de Gobierno. As¨ª se lo trasladaron al Ejecutivo los representantes de varios sectores que participaron hace diez d¨ªas en unas jornadas organizadas por el Gobierno para la elaboraci¨®n de la futura ley de cambio clim¨¢tico.

Cuando se habla de pol¨ªticas clim¨¢ticas los horizontes son a 2030 y 2050; para mediados de este siglo el compromiso de la UE es haber reducido en m¨¢s de un 80% sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y eso se traduce en una casi absoluta descarbonizaci¨®n energ¨¦tica.

Dos ministerios

Casi el 80% de las emisiones espa?olas proceden de la energ¨ªa. Y, dentro de este grupo, la generaci¨®n de electricidad supuso en 2015 el 26% de las emisiones de Espa?a, y el transporte, el 25%. Sin atacar las emisiones de estos dos sectores Espa?a no podr¨¢ cumplir. Por eso, de la futura ley de cambio clim¨¢tico no solo se est¨¢ encargando el Ministerio de Medio Ambiente, sino tambi¨¦n el de Energ¨ªa, que paralelamente est¨¢ preparando una hoja de ruta de la transici¨®n energ¨¦tica de nuestro pa¨ªs para enviarla a Bruselas.

En el campo de la electricidad, los avances tecnol¨®gicos y el abaratamiento de los costes de las renovables hacen que cada vez est¨¦ m¨¢s cercana la generaci¨®n limpia. Aunque los partidos y los sectores implicados deben acordar cuestiones tan importantes como el papel que jugar¨¢ la energ¨ªa nuclear, hasta cu¨¢ndo se seguir¨¢ quemando carb¨®n o qu¨¦ espacio debe ocupar el autoconsumo.

En el transporte limpio Espa?a va mucho m¨¢s retrasada, con una cuota de implantaci¨®n de coches el¨¦ctricos, por ejemplo, casi insignificante. Entre 1990 y 2015, las emisiones del transporte en el pa¨ªs crecieron un 41%. Y, si no se aplican medidas adicionales, el Gobierno prev¨¦ que aumenten otro 15% de aqu¨ª a 2030.