Ojo cl¨ªnico contra la violencia de g¨¦nero
La Comunidad Valenciana generaliza un cuestionario para que los m¨¦dicos de cabecera detecten casos de malos tratos entre sus pacientes. En a?o y medio han detectado 3.000 casos
Esperanza ha respondido a un mont¨®n de preguntas en esta consulta. Sobre el az¨²car y la medicaci¨®n, si fuma o no, si hace ejercicio¡ Tambi¨¦n le hicieron en su d¨ªa una que muchos consideran a¨²n tab¨²: ?te has sentido alguna vez una mujer maltratada?
La primera vez que Rosa Gonz¨¢lez, su m¨¦dica de atenci¨®n primaria desde hace 25 a?os, le pregunt¨® eso, ella dijo que no. ¡°A¨²n no hab¨ªa llegado la cosa a las manos¡±, cuenta frente a la doctora, que siempre va sin bata, le habla de t¨² y le abraza si se viene abajo. Esperanza, que no se llama as¨ª pero lo ha elegido como nombre ficticio, ronda los 70 a?os y lleva una bata de verano de colores y una bolsa de la compra. Se separ¨® de su marido pasados los 60, tras m¨¢s de 40 de matrimonio, despu¨¦s de que una vez la agarrara del cuello: ¡°Cogi¨® celos de la gente, cre¨ªa que me apartaban de ¨¦l¡±.
La doctora le hizo a Esperanza el mismo cuestionario que a todas las que pasan por su consulta del ambulatorio Salvador Pau, al este de Valencia. Da igual que lleguen con dolor de cabeza o a por una receta. Al menos una vez cada tres a?os, o antes si percibe se?ales de alarma, abre la ficha del ordenador. Si dan el consentimiento y afirman haberse sentido maltratadas, siguen las preguntas: si fue por su pareja o expareja, hace cu¨¢nto tiempo, de qu¨¦ tipo¡
Es el cribado universal, una pr¨¢ctica en la que la Comunidad Valenciana es pionera. Entre 2016 y 2017 han hecho 113.306 entrevistas y han detectado 3.001 casos. En la consulta de Rosa Gonz¨¢lez, han respondido 823 en los ¨²ltimos cuatro a?os. Los 22 positivos fueron notificados al juzgado con un parte de lesiones. El ¨²ltimo fin de semana de mayo, tres mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. Ninguna hab¨ªa presentado denuncia. Acudir al juzgado o a la comisar¨ªa es complicado para las v¨ªctimas. Los m¨¦dicos pueden desempe?ar un papel crucial para que salgan a la luz los casos ocultos. Doctores que, como Rosa Gonz¨¢lez, conocen a sus pacientes desde hace d¨¦cadas. ¡°Es como mi confesora¡±, explica Esperanza.
La subcomisi¨®n creada en el Congreso de los Diputados para buscar un Pacto estatal contra la violencia machista tiene entre sus reclamaciones intensificar el papel de los m¨¦dicos para detectar casos. El forense Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la violencia de g¨¦nero, lo reclam¨® cuando fue llamado a esta subcomisi¨®n: ¡°Necesitamos un cribado universal y sistem¨¢tico¡±. ¡°En el ¨¢mbito m¨¦dico se conoce una informaci¨®n muy importante para ayudarnos a valorar el riesgo¡±, a?ade Pilar Mart¨ªn N¨¢jera, jefa de la Fiscal¨ªa de Violencia sobre la Mujer. ¡°Si tuvi¨¦ramos todos esos datos, la actuaci¨®n judicial ser¨ªa mucho m¨¢s acertada¡±.
Espacio seguro y libre de violencia de g¨¦nero
¡°Esto no es postureo¡±
La Comunidad Valenciana ha generalizado en estos dos ¨²ltimos a?os el programa de cribado que en 2015 solo hac¨ªan durante un mes, febrero. El Ministerio de Sanidad recomienda el llamado cribado universal, por la que premi¨® a la comunidad con un reconocimiento de buenas pr¨¢cticas cl¨ªnicas en 2015. La consejera de Sanidad, Carmen Mont¨®n, explica en su despacho que su prop¨®sito es ¡°integrar en la atenci¨®n sanitaria habitual¡± el programa Sivio (Sistema de Informaci¨®n para la detecci¨®n y actuaci¨®n frente a la Violencia). ¡°Esto no es postureo para quedar bien¡±, incide. ¡°No queremos que se haga por un lado la visita m¨¦dica y luego esta otra cosa de violencia¡±. Asegura que no supone m¨¢s inversi¨®n. Hasta 4.000 sanitarios han hecho cursos. Hay 26.600 m¨¦dicos y enfermeras, aunque no todos son susceptibles de recibir esta formaci¨®n dirigida a quienes trabajan en atenci¨®n primaria. Tambi¨¦n la han hecho obligatoria para los MIR. ¡°La principal preocupaci¨®n que nos trasladan los m¨¦dicos es '?qu¨¦ m¨¢s podemos hacer?¡±, a?ade Palmira Mu?oz, responsable de la Unidad de Igualdad de la consejer¨ªa, que a?ade: ¡°Hay que actuar transversalmente, existe una relaci¨®n entre violencia de g¨¦nero, suicidio y depresi¨®n¡±.
¡°Aqu¨ª te cuentan cosas con las que te quedas blanca, como ¡®A m¨ª me pusieron una vez el cuchillo¡±, relata la doctora Gonz¨¢lez. Todas las que pasan por su consulta responden, aunque la sesi¨®n se alargue: ¡°Claro que el tiempo es un h¨¢ndicap, pero mis pacientes me conocen y ninguno me ha protestado por una urgencia¡±. Lamenta, no obstante, que no todos los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria y otros especialistas hagan lo mismo que ella. Ni siquiera en su centro, empapelado de carteles de la campa?a institucional: Espacio seguro y libre de violencia de g¨¦nero. ¡°Si mataran a una mujer que yo no he cribado, teniendo posibilidad de hacerlo, me sentir¨ªa fatal¡±.
Si la paciente responde que sufre malos tratos ¡°en la actualidad¡±, el programa salta a otra pregunta para valorar si hay riesgo de suicidio. Antes de irse con la bolsa de la compra, la mujer que ha elegido llamarse Esperanza se da la vuelta y confiesa: ¡°Alguna vez he pensado en quitarme de en medio, s¨ª, menos mal que una es cat¨®lica. Por eso tomo el Prozac¡±.
Una bombilla encendida
El insomnio, la depresi¨®n, la ansiedad, el dolor cr¨®nico, saltarse las citas o acudir demasiado al hospital¡ Hay muchos indicios para sospechar que una mujer puede ser v¨ªctima aunque no tenga una lesi¨®n visible. ¡°Cuando vienen con el ojo morado ya llegamos tarde¡±, reflexiona Jos¨¦ Noceda, jefe de servicio de Urgencias del hospital de Sagunto, a 29 kil¨®metros al norte del centro de salud Salvador Pau. Noceda ha formado un equipo volcado en detecci¨®n precoz. En este hospital, el maltrato se entiende como un problema de salud, equiparable a la hipertensi¨®n. Por eso el objetivo es implementar un programa sanitario para mujeres ¡°en situaci¨®n de vulnerabilidad¡±.
¡°Las mujeres a las que matan son la punta del iceberg. Nuestro margen de actuaci¨®n est¨¢ en el resto¡±, cuenta el doctor en una sala vac¨ªa, con el fonendo rode¨¢ndole el cuello. Por ellas se les encendi¨® la bombilla. Literal. En el cuadrante con los 29 pacientes ingresados que muestra el ordenador, algunas llevan un icono con una bombilla encendida. Son las que han acudido m¨¢s de tres veces en los ¨²ltimos dos a?os con lesiones, para las que activan un protocolo especial de seguimiento: ¡°No siempre ser¨¢ por violencia de g¨¦nero, pero hay que preguntarles¡±.
Sobre este asunto existe un trabajo muy elocuente. ?ngela Escribano, especialista en violencia de g¨¦nero, ha hecho una tesis con el recorrido sanitario de las 17 mujeres asesinadas en la provincia de Valencia entre 2011 y 2015. De ellas, 15 ten¨ªan un historial m¨¦dico con indicios. La v¨ªctima del caso 1, a la que su expareja mat¨® junto a una gasolinera, acudi¨® con ocho lesiones a cinco hospitales diferentes durante sus ¨²ltimos cinco a?os de vida: contusi¨®n lumbar, de cuello, de rodilla, costal, fractura cerrada de costillas¡ ¡°Cambiaba de centro hospitalario para que los m¨¦dicos no le llamaran la atenci¨®n¡±, explica Escribano, t¨¦cnica de violencia de g¨¦nero en la direcci¨®n general de Salud P¨²blica de la Generalitat Valenciana. ¡°Los m¨¦dicos pueden ayudar m¨¢s [la ley ya les obliga a denunciar si tienen conocimiento de un delito] pero hay que dejar claro que el ¨²nico culpable es el asesino¡±, valora esta especialista, que reclama m¨¢s formaci¨®n de los sanitarios y mejor coordinaci¨®n.
Con el sistema que est¨¢ probando el hospital de Sagunto, se habr¨ªa encendido la bombilla en ese caso 1, se habr¨ªa mandado un parte al juzgado ¡ªacaban de conseguir que se env¨ªe por fax electr¨®nico de forma autom¨¢tica y no por valija, que puede tardar varios d¨ªas¡ª y hasta habr¨ªan podido avisar a su m¨¦dico de cabecera, el especialista que mejor suele conocer a un paciente.
Cuando Rosa Gonz¨¢lez empez¨® a hacer cribados sentada sin bata en el ordenador de su consulta, algunas de sus pacientes le dijeron: ¡°?Para qu¨¦ me preguntas? ?Si t¨² ya lo sabes!¡±. ¡°Ahora lo podemos dejar aqu¨ª guardado, por escrito¡±, les respondi¨® ella. Como dice Esperanza, es su confesora, la amiga a la que conoce desde hace 25 a?os. De las primeras a las que acudi¨® cuando se dio cuenta de que era v¨ªctima de maltrato.
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