Navarra, el reto de la convivencia
La presidenta, Uxue Barkos, cumple dos a?os al frente del Gobierno de una comunidad dividida
Veinte mil personas secundaron en las calles de Pamplona el pasado d¨ªa 3 la convocatoria de una plataforma c¨ªvica con el lema Defendamos la bandera de Navarra. El eslogan puede parecer ins¨®lito, pues la bandera oficial de la comunidad ondea hoy en todos los edificios p¨²blicos. Ninguna instituci¨®n ha retirado la ense?a ni tiene intenci¨®n de hacerlo. Lo que ha encendido el ¨¢nimo de un sector de la sociedad navarra es la derogaci¨®n de la ley de s¨ªmbolos de 2003, que recog¨ªa expresamente la prohibici¨®n de colocar la ikurri?a,la bandera vasca, en los balcones oficiales de Navarra.
Una parte importante de la sociedad, representada en los partidos que hoy ocupan los bancos de la oposici¨®n (UPN, PSN y PP), no quiere ni hablar de la posibilidad de que la bandera vasca vuelva a los balcones oficiales, como ocurr¨ªa en algunos Ayuntamientos antes de 2003. ¡°Es un insulto a nuestra bandera, la navarra¡±, remarca Javier Esparza, l¨ªder del principal partido, Uni¨®n del Pueblo Navarro. Esparza, que preside desde 2015 el partido fundado durante la Transici¨®n con el objetivo de evitar la integraci¨®n de Navarra en Euskadi, a?ade que la manifestaci¨®n del pasado s¨¢bado fue ¡°un mensaje claro a la presidenta Uxue Barkos de c¨®mo es Navarra y de que su bandera no es la ikurri?a¡±. Esparza habla, adem¨¢s, de ¡°odio, insultos e inquina¡± hacia quienes acudieron a la manifestaci¨®n por parte de los partidos que llegaron al Gobierno en 2015 tras 20 a?os de ejecutivos regionalistas.
En las elecciones de mayo de 2015, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra sumaron 26 esca?os, la cifra que marca la mayor¨ªa absoluta en la C¨¢mara legislativa navarra. Lo hicieron gracias a que, por 300 votos, Ciudadanos no logr¨® un esca?o y por tanto no se produjo el empate parlamentario entre los dos bloques, el constitucionalista y el que une a los nacionalistas vascos y la izquierda que cuestiona la Constituci¨®n de 1978.
Navarra, tierra de diversidad es el lema de la campa?a tur¨ªstica de la comunidad que se mantiene desde hace 10 a?os. La diversidad no solo se refiere a los apenas 100 kil¨®metros que hay entre la selva de Irati, en el Pirineo, y el desierto de las Bardenas, junto al Ebro. Navarra ha vivido desde hace m¨¢s de un siglo en la disyuntiva entre quienes se sienten vascos adem¨¢s de navarros y quienes consideran que no existe esa posible suma de identidades, un choque que se produce en una comunidad que mantiene la tasa de paro m¨¢s baja de Espa?a y para la que el ministro de Econom¨ªa, Luis De Guindos, pronostic¨® el pleno empleo en poco tiempo debido a una recuperaci¨®n econ¨®mica basada en la industria y el desarrollo de las energ¨ªas renovables.
Consciente de esa situaci¨®n, la presidenta Uxue Barkos (Geroa Bai) resalta que ¡°la composici¨®n del Parlamento foral siempre ha sido la m¨¢s plural¡± de Espa?a y es un valor que ¡°no debe servir para confrontar a la sociedad¡±. Se?ala Barkos que ¡°ninguna instituci¨®n tiene intenci¨®n de imponer s¨ªmbolos a nadie¡± y alega que al derogar la ley de 2003 se buscaba que en localidades donde hay un sentimiento mayoritario para colocar la bandera vasca se pudiera hacer, como ocurr¨ªa hasta 2003 en Consistorios de la zona norte. ¡°Nunca entender¨ªamos que se pretenda colocar la ikurri?a en Corella o Tudela¡±, matiza Barkos, mencionando localidades del sur de la comunidad en donde el sentimiento vasco es casi inexistente.
No obstante, pese a esa derogaci¨®n, la delegada del Gobierno en Navarra, Carmen Alba, subraya que la ikurri?a no puede colocarse en fachadas oficiales. ¡°Hay un informe de la Abogac¨ªa del Estado que deja claro que no se puede poner una bandera que no es la oficial de la comunidad¡±, se?ala Alba. Anuncia, adem¨¢s que si el Ayuntamiento de Pamplona vuelve a colocar la ense?a vasca, como hizo en el chupinazo de los sanfermines de 2015, se encontrar¨¢ con una denuncia como la que dio lugar entonces a que un juez declarase ese acto nulo de pleno derecho.
La agresi¨®n de Alsasua
La presidenta Barkos no cree que los bloques pol¨ªticos en Navarra ¡°sean compartimentos estancos¡±, ya que la coincidencia en asuntos identitarios que se traduce en unas mayor¨ªas se difumina con otros temas. No ve que exista un problema de convivencia en la comunidad m¨¢s all¨¢ de la ¡°intenci¨®n de algunos de generar pol¨¦micas para ganar lo que las urnas no les dieron¡±. Barkos, que cre¨® en su Gobierno la primera direcci¨®n general de Paz y Convivencia, s¨ª reconoce que existen problemas ¡°que vienen de largo¡± en casos como la agresi¨®n sufrida por dos guardias civiles y sus parejas el pasado 15 de octubre en Alsasua.
¡°Es algo inaceptable¡±, se?ala la presidenta, aunque discrepa de la calificaci¨®n penal de los hechos como terrorismo que mantiene a tres de los acusados en prisi¨®n provisional. Sobre la convivencia en lugares del norte de Navarra, la delegada Alba tambi¨¦n reconoce que queda mucho por hacer. ¡°Hay gente que sigue sin admitir que se piense diferente. Son los menos, pero son los que m¨¢s se oyen¡±, afirma, lamentando el silencio en municipios de esa zona donde ¡°cuando se presentan candidatos constitucionalistas logran votos¡±.
El profesor de Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco Daniel Innerarity, afincado en Navarra desde hace d¨¦cadas, dice estar preocupado por la situaci¨®n crispada que se vive en la pol¨ªtica navarra. ¡°La posverdad est¨¢ instalada en Navarra¡±, asevera citando la ¡°proliferaci¨®n de falsedades¡± sobre la imposici¨®n de banderas o del euskera de la que hablan UPN y el PP. ¡°Los hechos antes eran sospechosos de ser de derechas, la izquierda era m¨¢s de aspiraciones y de utop¨ªas. Ahora los hechos han dejado de ser de derechas¡±, sostiene Inneratity.
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