Vivir separadas o perder la pensi¨®n
Dos hermanas renuncian a estar en la misma residencia para que una de ellas no se quede sin subsidio
Encarna y Julia Garijo son dos hermanas naturales de Almaz¨¢n, en Soria, que no han podido ver cumplido su deseo de permanecer juntas los ¨²ltimos d¨ªas de su vida. Con 94 y 83 a?os, estas dos mujeres decidieron vivir juntas hace un a?o en la misma residencia p¨²blica para mayores, situada en Matamala de Almaz¨¢n, a escasos minutos de su lugar de nacimiento, aunque no contaban con los impedimentos legales que se encontrar¨ªan en el camino.
Josefa, la mayor de estas hermanas con 100 a?os, ya viv¨ªa con Encarna en la residencia, pero muri¨® en octubre de 2016, un poco antes de que su hermana menor, Julia, residente en Madrid, se trasladara al centro para vivir las tres juntas.
A los pocos meses de la llegada de Julia, Encarna recibi¨® una carta de la Junta de Castilla y Le¨®n, que se encarga de ejecutar este tipo de pensiones, aunque el organismo p¨²blico que las regula es el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). En ella le notificaban que no pod¨ªa seguir compartiendo domicilio con su hermana menor si quer¨ªa seguir cobrando la pensi¨®n no contributiva que recibe cada mes, de unos 380 euros. Seg¨²n la Ley de la Seguridad Social, dos personas de una misma unidad familiar que conviven en el mismo domicilio no pueden cobrar, entre las dos, m¨¢s de 8.900 euros anuales de pensi¨®n.
Requisitos para solicitar una pensi¨®n no contributiva
a) Ser mayor de dieciocho y menor de sesenta y cinco a?os de edad.
b) Residir legalmente en territorio espa?ol y haberlo hecho durante cinco a?os, de los cuales dos deber¨¢n ser inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud de la pensi¨®n.
c) Estar afectadas por una discapacidad o por una enfermedad cr¨®nica, en un grado igual o superior al 65 por ciento.
d) Carecer de rentas o ingresos suficientes.
En 2017, la ley de la Seguridad Social contempla que una persona no puede generar m¨¢s de 5.164 euros de ingresos anuales si quiere disponer de este tipo de pensi¨®n. En este caso el m¨ªnimo exento es de 1.807,61 euros.
En el caso de una unidad familiar de dos personas, el m¨ªnimo exento sigue siendo el mismo, pero entre las dos no pueden superar los 8.779,82 euros.
La misiva argumentaba que entre las dos superaban el m¨¢ximo permitido para seguir cobrando las pensiones y viviendo juntas. Solo ten¨ªan dos opciones: o renunciar a la pensi¨®n no contributiva, el ¨²nico ingreso con el que cuenta Encarna, o vivir separadas.
Fue entonces cuando Julia, pese a que ten¨ªa rota una cadera y esa hab¨ªa sido otra raz¨®n importante de su traslado, decidi¨® mudarse de nuevo a Madrid para que su hermana no perdiese la pensi¨®n.
Antes de morir, Josefa, la mayor de las tres, nombr¨® a ?ngel Mart¨ªn, amigo de la familia desde la infancia, albacea de su testamento. Decidi¨® hacer este tr¨¢mite porque Encarna tiene una discapacidad mental por la que recibe esa pensi¨®n no contributiva, al no haber podido trabajar nunca.
Mart¨ªn interpuso un recurso, pensando que era un error administrativo, que fue rechazado. Tambi¨¦n organiz¨® una recogida de firmas en la plataforma change.org que, de momento, cuenta con 131.850 apoyos. Nada ha servido para que las dos hermanas puedan pasar el final de sus vidas juntas.
Una portavoz del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad sostienen que existe la intenci¨®n de modificar la Ley de la Seguridad Social, que engloba estos criterios, para que no se consideren miembros de la misma unidad econ¨®mica a los hermanos, y no se considere una residencia de mayores de la misma forma que un domicilio particular, lo que solventar¨ªa situaciones como la de Julia y Encarna. De momento, no hay fecha prevista para que se tramite el cambio.
El apartado n¨²mero cuatro del art¨ªculo 363 de la Seguridad Social dice lo siguiente: "Existir¨¢ unidad econ¨®mica en todos los casos de convivencia de un beneficiario con otras personas, sean o no beneficiarias, unidas con aquel por matrimonio o por lazos de parentesco de consanguinidad hasta el segundo grado". Es decir, considera que dos hermanos que vivan en el mismo domicilio, en este caso una residencia de mayores, forman parte de la misma unidad econ¨®mica.
¡°La ley deja de tener sentido cuando no se trata de un domicilio si no de una residencia de tercera edad. Si las dos pagan su plaza, ?por qu¨¦ no pueden permanecer ambas all¨ª cobrando la pensi¨®n que a cada una les corresponda?¡±, matiza Mart¨ªn. El albacea de Josefa, asegura que las dos hermanas que a¨²n siguen vivas ¡°lo han pasado muy mal¡± a lo largo de su vida y estar unidas al final ¡°hubiese sido un bonito desenlace¡±.
Ahora, despu¨¦s de mucho papeleo y problemas, Julia y Encarna no quieren hablar del tema y se han resignado a que esta situaci¨®n sea as¨ª. Ni siquiera han accedido a hacerse una foto para este reportaje. ¡°Fue un momento duro y no quiero revivirlo ni contar la historia¡±, sostuvo Julia por tel¨¦fono. ¡°Ellas ya no quieren volver a moverse, pero s¨ª desean que la ley se modifique y a otras personas no les ocurra lo mismo¡±, explica Mart¨ªn.
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