Cuando la sensaci¨®n t¨¦rmica es de 55 grados a la sombra
A partir de los 32 grados, el viento, lejos de aliviar la situaci¨®n, la empeora
Tras las anormales temperaturas que est¨¢ viviendo Espa?a desde principios de mes, esta semana estamos inmersos oficialmente en la primera ola de calor de 2017. Algunos term¨®metros callejeros llegar¨¢n a marcar temperaturas pr¨®ximas a los 50 grados, por encima de las mediciones de las estaciones meteorol¨®gicas, que calculan la temperatura a la sombra.
Pero una cosa es la temperatura y otra la sensaci¨®n t¨¦rmica, que ofrece una estimaci¨®n m¨¢s certera de lo que sienten nuestros cuerpos. La percepci¨®n de calor depende, por ejemplo, de la temperatura y la humedad del aire. Cuando tanto la temperatura como la humedad son altas, el cuerpo pierde efectividad para regular su propia temperatura a trav¨¦s de la sudoraci¨®n, su primer mecanismo de enfriamiento. Si adem¨¢s permanecemos bajo el sol, podemos sentir una sensaci¨®n de 8 ?C m¨¢s que si estuvi¨¦ramos en la umbr¨ªa.
Qu¨¦ es una ola de calor
La diferencia es muy sutil entre hablar de temperaturas anormalmente altas o una ola de calor. De hecho, no existe una definici¨®n universal de ola de calor. En el caso de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (AEMET) la definici¨®n utilizada tiene criterios relacionados con la anormalidad de las temperaturas m¨¢ximas, la extensi¨®n territorial y la persistencia en el tiempo del fen¨®meno.
Con temperaturas cercanas a los 40 grados, basta una humedad del aire del 50% para que nuestra sensaci¨®n ronde los 55 grados a la sombra, lo que nos expone a los riesgos de un golpe de calor. Para colmo, si pens¨¢bamos que el viento podr¨ªa servir de ayuda para refrescarnos, estamos de mala suerte. A partir de los 32 grados, el viento, al mover aire c¨¢lido, empeora la situaci¨®n.
Junto con el problema de las altas temperaturas diurnas, la ola de calor tiene como consecuencia que las temperaturas m¨ªnimas no bajen demasiado. Si la m¨ªnima es superior a 20 grados padeceremos lo que se denomina noche tropical. Dado que la temperatura m¨ªnima se alcanza cerca del amanecer, durante gran parte de la noche tropical estaremos sometidos a temperaturas por encima de 18 grados.
El insomnio de las noches tropicales tiene consecuencias que van desde el aumento de cansancio, la falta de concentraci¨®n y el rendimiento hasta el aumento de accidentes de tr¨¢fico y el agravamiento de trastornos mentales.
Los da?os colaterales de la ola de calor
Adem¨¢s de las altas temperaturas, hay otros indicadores de riesgo para nuestra salud y la del medio que nos rodea que se disparan al alza en esta fechas: el ¨ªndice ultravioleta, la contaminaci¨®n por ozono troposf¨¦rico y el ¨ªndice de riesgo de incendios forestales.
?ndice ultravioleta (IUV): es una medida de la intensidad de la radiaci¨®n que llega hasta nosotros. Este ¨ªndice establece la probabilidad de sufrir lesiones cut¨¢neas y oculares, y cuanto m¨¢s alto es su valor, menos tardan en producirse esas lesiones. Un IUV de m¨¢s de 11 se considera extremadamente peligroso y hemos llegado a alcanzar estos d¨ªas valores de 14.
Ozono troposf¨¦rico: se trata de un gran contaminante debido a su poder oxidativo. Se forma a partir de algunos contaminantes originados por el tr¨¢fico y la industria, llamados gases precursores, que se transforman en ozono por efecto de la luz solar y las altas temperaturas. Los altos valores de ozono troposf¨¦rico han llevado a la ciudad de Valladolid a cerrar el casco hist¨®rico al veh¨ªculo privado.
Riesgo de incendios forestales: El nivel de riesgo meteorol¨®gico diario de incendios forestales est¨¢ vinculado a la temperatura del aire, su humedad relativa, la velocidad del viento y la precipitaci¨®n registrada en las ¨²ltimas horas. Debido a las altas temperaturas y a la falta de precipitaciones se ha estimado riesgo extremo de incendios en varias zonas de la Pen¨ªnsula.
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