Incendios forestales y tormentas secas

Las tormentas son uno de los fen¨®menos atmosf¨¦ricos que movilizan una mayor energ¨ªa. Su formaci¨®n se debe a que el aire que est¨¢ en la parte baja de la atm¨®sfera se calienta.? El aire es calentado por la transferencia del calor almacenado por el suelo debido a la radiaci¨®n solar. El aire m¨¢s caliente asciende al ser menos denso. En el ascenso, se condensa, y forma nubes de gran desarrollo vertical. La corriente ascendente de aire se ha de compensar por una corriente descendente en la parte frontal de la tormenta. Este es el aire que sentimos antes de que la lluvia o los rayos aparezcan.

Los movimientos verticales de aire favorecen la ionizaci¨®n de la atm¨®sfera. La diferencia de cargas el¨¦ctricas dentro de la nube da lugar a los rel¨¢mpagos. Si la descarga se produce desde la nube hacia el suelo veremos rayos. Los grandes movimientos de las masas de aire tambi¨¦n pueden provocar el derrumbe de gran parte de la nube, generando fuertes precipitaciones que pueden llegar a ser de granizo.

En ciertas ocasiones, la lluvia puede producirse lejos del aparato el¨¦ctrico o, debido a la sequedad de la atm¨®sfera, la precipitaci¨®n se evapora durante su ca¨ªda. En estos casos se produce una tormenta seca, un fen¨®meno especialmente peligroso en zonas boscosas. Si la masa forestal estaba previamente muy seca, cualquier rayo que alcance el suelo aumenta notablemente las posibilidades de que se desencadene un incendio. Al no producirse precipitaci¨®n, la masa forestal permanece seca tras el paso de la tormenta, lo que ayuda a la r¨¢pida propagaci¨®n del fuego, como parece haber ocurrido en Portugal.

En el momento en que un gran incendio forestal se produce, el calor generado hace que el aire se caliente bruscamente y ascienda de forma r¨¢pida. Si existe suficiente material combustible, el incendio puede crear su propia meteorolog¨ªa local. En los casos m¨¢s extremos, el incendio puede dar lugar a una tormenta ¨ªgnea.

Este fen¨®meno recibe este nombre porque su mecanismo de creaci¨®n es similar al de las tormentas convencionales. El ascenso de aire caliente, fruto del fuego, deja un hueco que ha de ser reemplazado por aire de fuera del incendio. Esto genera grandes vientos desde el exterior hacia el incendio, aportando adem¨¢s oxigeno que ayuda a avivar la combusti¨®n.? Este nuevo aire se vuelve a calentar y el proceso se repite, dando lugar a una enorme chimenea. Este proceso c¨ªclico puede dar lugar a vientos de 200 km/h y temperaturas de 2.000 ?C en el interior de la tormenta.

Si es dif¨ªcil pronosticar la evoluci¨®n del fuego, cuando tiene una entidad suficiente para dar lugar a una tormenta ¨ªgnea, este se convierte en impredecible y devastador.