El sello igualitario de la Reina
Defensa de la paridad y condena de la violencia machista marcan otro estilo en la Corona en tres a?os
Las apariciones p¨²blicas de la Reina suscitan un notable inter¨¦s medi¨¢tico. Pero m¨¢s all¨¢ del atuendo, de si asiste o no a los actos a los que sol¨ªa acudir su antecesora, la reina Sof¨ªa, o si acompa?a o no al Rey en determinados viajes, hay otras claves que la singularizan frente a la tradici¨®n que la precede y que, por ser respuestas a est¨ªmulos de su tiempo, tienden a actualizar la instituci¨®n de la que forma parte.
A pesar de que su papel es muy limitado en las actividades en las que participa el Rey y est¨¢ muy circunscrito en las que ella protagoniza, algunos de los discursos que pronuncia le ofrecen una brecha para la afirmaci¨®n de su personalidad. En ellos ha establecido su particularidad frente a su predecesora, a pesar de que ambas ocupan un mismo ¨¢mbito de representaci¨®n de marcado cometido social, sanitario, cultural y humanitario.
En sus tres a?os como reina, su posici¨®n en la defensa de la igualdad de g¨¦nero y contra la violencia machista constituye el rasgo distintivo de un nuevo estilo en las recientes cuatro d¨¦cadas de la Corona espa?ola. La reina Sof¨ªa, m¨¢s centrada en la infancia, la lucha contra la pobreza y la educaci¨®n en sentido cl¨¢sico, apenas hizo algunas referencias a estos asuntos en sus m¨¢s de 130 discursos. Solo entr¨® m¨¢s a fondo en la III Conferencia Plenaria de la Red de Comisiones Parlamentarias para la igualdad de oportunidades entre Mujeres y Hombres de la Uni¨®n Europea.
Pero nunca con el br¨ªo y la persistencia de la reina Letizia, que ha llegado a exhortar a las mujeres a ser valientes, valorarse y alcanzar puestos de decisi¨®n que parecen predestinados en exclusiva a hombres. Ese sello lo empez¨® a imprimir todav¨ªa como Princesa de Asturias, en 2013, cuando asumi¨® la presidencia del I Congreso Internacional Contra la Violencia de G¨¦nero organizado por la Comunidad de Madrid. En el acto expuso convicciones que ha ido profundizando en sus intervenciones como reina: ¡°Solo con educaci¨®n de valores de igualdad y respeto conseguiremos que la violencia de g¨¦nero sea erradicada¡±.
En ese sentido, reclam¨® que la educaci¨®n fuese ¡°el elemento integral y esencial¡± para ¡°romper los tab¨²es, los prejuicios negativos y las ideas preconcebidas hacia roles tanto de la mujer como del hombre que lleven a conductas basadas en la superioridad, en la falta de respeto, en la violencia verbal y f¨ªsica¡±. Un instrumento que, adem¨¢s, fomentara la independencia de la mujer, ¡°su seguridad personal y su capacidad para buscar alternativas, para romper el silencio¡±. Fue un modo diferente de abordar el asunto desde La Zarzuela.
La reivindicaci¨®n de igualdad tambi¨¦n encontr¨® su eco en la entrega de los Premios Woman en abril de 2015, ya como reina. En ese acto tan propicio celebrado en el Casino de Madrid defendi¨® que ¡°en el mundo de la mujer hay muchas cosas que se pueden hacer de otra manera¡±. Cit¨® las tasas de analfabetismo, los matrimonios de ni?as, el paro femenino y la desigualdad salarial y la diferencia de tiempo que el hombre y la mujer dedican a la casa y a los hijos.
Volvi¨® a subrayar este mensaje un mes despu¨¦s con su presencia en Honduras durante su primer viaje de cooperaci¨®n, donde dio visibilidad ante las instituciones de la violencia de g¨¦nero, un problema pendiente de incorporar a la agenda pol¨ªtica y social del pa¨ªs.
En el discurso pronunciado durante su nombramiento como embajadora especial de Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura para la Nutrici¨®n, en Roma, en junio de 2015, tampoco desaprovech¨® la oportunidad. Consider¨® como un ¡°tema capital¡± el papel de la mujer, incidiendo en la Declaraci¨®n de Roma: ¡°Una mujer con acceso al conocimiento, y piensen en la magnitud de lo que esto significa cuando me refiero a cada mujer de cada pa¨ªs de los diferentes modelos sociales que existen, es la mejor garant¨ªa de que una comunidad mejore¡±.
En otro escenario adecuado, la reuni¨®n anual del patronato de la Fundaci¨®n Mujeres por ?frica, celebrada en Madrid en noviembre de 2015, volvi¨® a llamar la atenci¨®n sobre la importancia del binomio igualdad-educaci¨®n. Preconiz¨® la igualdad de acceso a las mismas oportunidades para hombres y mujeres y el ¡°derecho a elegir cumpliendo siempre con las obligaciones¡±.
¡°Propiciar la igualdad entre hombres y mujeres es abonar la paz, disminuir la pobreza¡±, a?adi¨®. La Reina supedit¨® la educaci¨®n al ¡°acceso de las mujeres a los n¨²cleos de poder donde se toman las decisiones, pol¨ªticas y econ¨®micas, en las mismas condiciones que los hombres¡±.
"M¨¢s mujeres en puestos de poder"
La 25? edici¨®n de los premios de la Federaci¨®n Espa?ola de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias, celebrada el pasado julio, constituy¨® otro podio desde el que realizar un nuevo alegato por la igualdad de g¨¦nero. En el acto deplor¨® que muy pocas mujeres puedan acceder a los puestos de decisi¨®n de las empresas y que dediquen ¡°m¨¢s del doble de tiempo al hogar y a la familia que sus parejas¡±. Incit¨® a abrir ¡°un debate serio en torno a los horarios¡± para hallar la raz¨®n por la que no hay ¡°m¨¢s mujeres en puestos de poder¡±.
La Reina emplaz¨® a las mujeres a creer en s¨ª mismas, ¡°a perder el miedo¡±. ¡°Miedo a hablar cuando hay que hablar, miedo a delegar el primer biber¨®n, miedo a no poder con todo o a pedir ayuda, miedo a negociar con el jefe (o con la jefa). Ser¨ªa interesante perder el miedo porque las mujeres somos, adem¨¢s, las que decidimos el 70% del consumo mundial¡±.
La entrega de Medallas de Oro de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el pasado 11 de mayo le brind¨® otra ocasi¨®n para incidir en la pervivencia de la desigualdad de la mujer, al se?alar que la situaci¨®n el mundo, con sus desigualdades, ¡°ha mejorado, pero la discriminaci¨®n persiste¡±.
Estas posiciones, que adquieren trazas de relato estructural, cobran mayor significado por ser formuladas desde una instituci¨®n en la que la figura del Rey, como jefe del Estado, se superpone a la de la Reina, que en calidad de consorte no puede asumir funciones constitucionales y se sit¨²a en un plano de desigualdad.
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