El Supremo elogia a una juez militar a la que se expedient¨®
Una comandante que investigaba un caso de corrupci¨®n gana a la c¨²pula togada
David contra Goliat. La comandante del cuerpo jur¨ªdico Patricia Moncada, titular del Juzgado Togado Militar Territorial 12, le ha ganado la batalla a la Sala de Gobierno del Tribunal Militar Central, formada por cinco generales togados, que le abri¨® un expediente disciplinario por falta grave e incluso cuando lo archiv¨®, alegando que los hechos estaban prescritos, dej¨® una sombra de sospecha sobre su conducta.
En una sentencia dictada el pasado d¨ªa 20, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo no solo le da la raz¨®n a la juez, sino que la colma de elogios, destacando su ¡°firmeza, entereza de ¨¢nimo y temple notables¡±; mientras que califica de ¡°il¨®gica, irracional, arbitraria y carente de buen sentido¡± la actuaci¨®n del ¨®rgano de Gobierno de la jurisdicci¨®n militar.
Registro en un cuartel
Segundo aviso para la justicia castrense
El fallo del Supremo es el segundo aviso que recibe en las ¨²ltimas semanas el Tribunal Militar Central. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) declar¨® en abril nula de pleno derecho una instrucci¨®n del ¨®rgano de gobierno de los jueces castrenses que les ordenaba informar a los mandos militares de cualquier delito que estuvieran investigando. Tambi¨¦n fue la juez Patricia Moncada la que recurri¨® esta instrucci¨®n ante la c¨²pula del poder judicial, que le dio la raz¨®n. Resulta preocupante que la independencia de la justicia castrense dependa del valor de una comandante y que el Tribunal Militar Central, encargado de protegerla, se haya convertido aparentemente en su mayor amenaza. Los destinos en el Tribunal Militar Central los decide en teor¨ªa el CGPJ pero, seg¨²n la Asociaci¨®n Unificada de Militares Espa?oles, Defensa ha destinado en comisi¨®n de servicio a un general togado antes de que el Poder Judicial lo haya avalado.
Los hechos se remontan a junio de 2013, cuando la juez, que instru¨ªa una causa por corrupci¨®n, se present¨® con una orden de registro en el Acuartelamiento A¨¦reo de Getafe (Madrid) al frente de una comisi¨®n judicial. La juez, que solo consigui¨® ejecutar el registro tras m¨²ltiples demoras y obst¨¢culos, fue denunciada por el jefe de la base, el coronel Francisco Javier Roig, quien le reproch¨® que no le hubiera avisado antes de su llegada y que se negase a informarle de unas diligencias que estaban declaradas secretas.
El Tribunal Militar Central reaccion¨® abriendo a la juez un expediente disciplinario por un presunto ¡°exceso o abuso de autoridad o falta grave de consideraci¨®n¡±. En octubre de 2016 lo archiv¨®, pero el tribunal subray¨® que la conducta de la comandante pudiera en efecto ¡°ser constitutiva de una falta grave¡±.
Aunque no fue sancionada, la juez recurri¨® al Supremo para lavar su honor y este lo ha hecho con una contundencia incontestable. Seg¨²n la sentencia, la actitud de la juez fue, ¡°en todo momento, correcta e irreprochable [...] con buenos modales y educaci¨®n no exenta de firmeza¡± y ello a pesar de que debi¨® enfrentarse a ¡°la inconcebible serie de obst¨¢culos que sucesivamente se opusieron al cumplimiento de sus funciones jurisdiccionales, en una actitud claramente retardataria y obstruccionista¡±.
Por el contrario, reprocha al coronel Roig que actuara con manifiesta ignorancia de la ley que obliga todos (incluidos los mandos militares, subraya la sentencia) a ¡°respetar la independencia de jueces y magistrados¡±. A continuaci¨®n, e interrumpiendo el registro, el coronel introdujo a la juez en un despacho donde, a solas y con la puerta cerrada, le inquiri¨® ¡°acerca de lo que estaba haciendo y lo que buscaba, adem¨¢s de espetarle que era una maleducada¡±.
La juez, agrega, tuvo que ¡°soportar con paciente correcci¨®n y sin faltar a las normas de la disciplina y la cortes¨ªa militar ¡ªcon una contenci¨®n y moderaci¨®n serenas, que traslucen una entereza de ¨¢nimo y temple notables¡ª la reprobable actuaci¨®n que sobre su persona llev¨® a cabo el coronel¡±.
La sentencia no ahorra cr¨ªticas al instructor del expediente abierto por el Tribunal Militar Central, que no verific¨® la denuncia contra la comandante y ni siquiera llam¨® a declarar a los denunciantes, lo que considera ¡°inconcebible¡± y una ¡°muestra de absoluta desidia¡±. En realidad, el parte que dio origen al expediente no era m¨¢s que un ¡°refrito¡±, en palabras del Supremo.
Por ello, ordena que se modifique la resoluci¨®n del Tribunal Militar Central para dejar claro que la juez no incurri¨® en ninguna falta disciplinaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.