El coraz¨®n del fuego
La actuaci¨®n de los bomberos, el comportamiento de los afectados y la solidaridad de los vecinos, claves del control sin v¨ªctimas del incendio de Do?ana
El factor humano ha sido la clave del incendio controlado este martes a las puertas del Parque Nacional de Do?ana, uno de los espacios naturales m¨¢s sensibles de Europa, junto a dos n¨²cleos costeros con m¨¢s de 60.000 personas, al margen de un entorno agr¨ªcola fundamental para Huelva y a pocos kil¨®metros de unas de las mayores refiner¨ªas de Espa?a. Los bomberos, el buen comportamiento de los afectados y la solidaridad vecinal hicieron posible el milagro: ninguna v¨ªctima.
Al polvor¨ªn de Do?ana se han enfrentado turnos de 300 personas durante 60 horas sin descanso hasta doblegar las llamas y confinarlas en el per¨ªmetro menos da?ino.
"El primer objetivo fueron las personas", explica el director del centro operativo de Infoca en Huelva, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, satisfecho al ver que este martes se desmantelaba casi todo el dispositivo y los desalojados volv¨ªan a sus casas. As¨ª, los primeros esfuerzos el s¨¢bado por la noche y el domingo se dirigieron a las zonas pobladas, los hoteles de Mazag¨®n y los campings.
¡°La presencia de personas ha sido lo que m¨¢s ha complicado el trabajo porque eran la prioridad y condicionaba la lucha contra el fuego¡±, comenta Francisco Vera, un integrante de las brigadas tras abandonar la zona afectada.
¡°El incendio era de mucha virulencia, y tras salvaguardar a la poblaci¨®n, las prioridades se centraron en confinar el fuego para que no llegara a Matalasca?as ni al Parque Nacional de Do?ana¡±, a?ade Mart¨ªnez.
En ese momento, todos los dispositivos contra incendio de la provincia se hab¨ªan personado voluntariamente en el centro de control para trabajar y en los albergues de Moguer y Almonte, donde se resguardaron m¨¢s de un millar de los 2.000 desalojados, no cesaban de llegar vecinos ofreciendo colchones, mantas y comida. ¡°Se llegaron a hacer 1.500 bocadillos en unas horas¡±, relata una trabajadora del polideportivo de Moguer, adonde llegaron kilos de pan de una poblaci¨®n cercana.
El domingo, cuando las previsiones eran las peores de las posibles, ya se hab¨ªan adelantado retenes de todas las provincias andaluzas y se hab¨ªan metido de lleno en el fuego. El de Granada, como el del resto de provincias, no quiso parar hasta que, por su experiencia, sab¨ªan que hab¨ªan ganado la batalla.
La presencia de los bomberos fue fundamental la noche del domingo, cuando la temperatura baj¨® y el viento, al amainar, dej¨® de mover las llamas como si fuera una ruleta. ¡°Esa segunda noche las condiciones cambian y fueron perfectas para atacar directamente las llamas con maquinaria y personal terrestre¡±, recuerda Mart¨ªnez.
Bocadillos y aplausos
En ese momento, parte de las 50.000 personas que estaban en la playa de Matalasca?as aguardaban pacientes en cola desde los coches el permiso para dejar el enclave tras el corte preventivo de la carretera. Decenas de vecinos bajaron para dar bocadillos a los visitantes y ofrecerles sus casas para refrescarse o ir al servicio.
En Mazag¨®n, el supermercado El Jam¨®n, situado junto al puesto de mando, decidi¨® abrir durante m¨¢s de 48 horas seguidas para abastecer a los bomberos y el gimnasio del mismo pol¨ªgono les cedi¨® las duchas y las instalaciones para que pudieran descansar.
¡°En los grandes desastres, la colaboraci¨®n es important¨ªsima. Cada uno hace su parte y todo suma¡±, relata Mauricio Mart¨ªnez Vega, un ingeniero forestal del Infoca, que recuerda c¨®mo los agricultores de Almonte aportaron hasta seis tractores para perimetrar el fuego.
¡°Ha sido impresionante. Entr¨¢bamos en el hotel y nos aplaud¨ªan, ¨ªbamos a los bares y nos invitaban. El comportamiento de la poblaci¨®n ha sido incre¨ªble. Nunca hab¨ªa visto nada igual¡±, concluye su compa?ero Vera.
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