?D¨®nde est¨¢ Diana Quer?
El desbloqueo del m¨®vil de la madrile?a desaparecida el pasado verano en A Pobra de Carami?al da nuevas esperanzas para encontrar a la chica
Los lunes a primera hora, en Barajas, se suben al avi¨®n que va a Coru?a un grupo de hombres, a veces tres a veces cinco, de entre 35 y 50 a?os. Al llegar al aeropuerto de Alvedro comparten un taxi y se dirigen a la Comandancia de la Guardia Civil de A Coru?a. Una vez all¨ª, entran en un despacho habilitado para ellos al que se accede mediante un c¨®digo, y se zambullen en un sinf¨ªn de datos y posicionamientos de tel¨¦fonos m¨®viles. Utilizan la informaci¨®n dada por las antenas de Tarago?a, Boiro y Pobra do Carami?al; un 90% de su trabajo all¨ª dentro consiste en cruzar datos. Son los miembros de la UCO que, un a?o despu¨¦s, buscan el rastro perdido de Diana Quer.
Un d¨ªa a la semana, al menos, los agentes se desplazan a la comarca de O Barbanza. Suelen comer de men¨² en un popular restaurante de A Pobra do Carami?al. Cotejan datos sobre el terreno, vuelven a comprobar distancias, tiempos de recorrido. Son los miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Lo que queda un a?o despu¨¦s del gigantesco operativo puesto en marcha en los primeros d¨ªas de la desaparici¨®n de Diana Quer, una chica madrile?a de 18 a?os cuyo rastro se esfum¨® en la madrugada del 22 de agosto en A Pobra. Es el equipo que trabaja a tiempo completo en un caso oscuro y complejo, cuya causa judicial ha sido sobrese¨ªda provisionalmente por el juez (criticado por la Guardia Civil por esa decisi¨®n; pol¨¦mico por su dureza con las fuerzas de seguridad del Estado debido a las filtraciones del caso Quer y otros: hace unos meses amenaz¨® con abrirle diligencias a un veterano comisario de la comarca).
Esos agentes de la UCO son el motor en marcha de la investigaci¨®n, los hombres a los que se aferran los padres de Diana para conocer la verdad de la desaparici¨®n de su hija. Hay m¨¢s ¡ªtodos los cuerpos de seguridad est¨¢n alerta y recibiendo y contrastando informaci¨®n¡ª pero esos agentes trabajan con solo un objetivo: encontrar a Diana. Para ello cuentan desde hace unos d¨ªas con trabajo extra: los datos del tel¨¦fono m¨®vil de la joven.
"Es una investigaci¨®n que sigue en marcha y de la que todav¨ªa no puede hablarse", zanja el padre de Diana, Juan Carlos Quer. Desde Xobre, en la casa de verano de la familia, cerrada el pasado jueves a cal y canto, se observa un paisaje impactante: la playa de Areal, el parque Valle-Incl¨¢n, m¨¢s all¨¢ el puerto y de fondo el monte de Curota. Todo tiene un significado distinto ahora: en el paseo de la playa fue vista Diana por ¨²ltima vez (a la altura de un restaurante italiano, Mi Manda Piccone); en el parque Valle-Incl¨¢n se celebraban las fiestas a las que hab¨ªa ido Diana; el monte Curota fue el primer sitio en el que tuvo lugar una batida, al d¨ªa siguiente de su desaparici¨®n.
La familia Quer lleg¨® a Pobra do Carami?al hace 17 a?os. Fue una elecci¨®n cuidadosa. Pretend¨ªan huir de destinos veraniegos t¨ªpicos de muchas familias pudientes de Madrid, estilo Marbella, y les gustaba el norte. Pero tampoco el norte cl¨¢sico, tipo Santander o San Sebasti¨¢n, ni destinos populares en Galicia como Sanxenxo. En A Pobra, dice la familia, se encontraron un pueblo peque?o (cerca de 10.000 habitantes) con un ambiente propicio para que las ni?as creciesen en un entorno reconocible. Se hicieron con un velero y un grupo con el que sal¨ªan a navegar desde Rianxo. El divorcio, en 2003, deton¨® el aparente equilibrio exterior de la familia.
La madre y la hermana de Diana, Diana L¨®pez-Pinel y Valeria, siguieron acudiendo cada mes de agosto a su casa de Xobre, en una urbanizaci¨®n de Cab¨ªo. Ambas ten¨ªan all¨ª sus amistades de verano. En su grupo Diana era un a?o o dos mayor que el resto; cuando empez¨® a sacarse el carn¨¦ de conducir conoci¨® a gente nueva, tambi¨¦n m¨¢s problem¨¢tica: amigos "al borde de la legalidad", como los describi¨® su familia. Sobre uno de ellos se puso el foco despu¨¦s de la desaparici¨®n de la chica, pero se demostr¨® inocente. No fue el ¨²nico sobre el que se acumulaban m¨¢s sospechas. Hubo otro, un pescador furtivo con antecedentes por tr¨¢fico de drogas en los 90, al que se le intervino el tel¨¦fono y se le realizaron seguimientos. Al menos dos potenciales sospechosos m¨¢s fueron objetos de la atenci¨®n policial. Sin resultado, como decidieron las fuerzas de seguridad del Estado y el propio juez al decretar el sobreseimiento provisional: "Al no existir en el momento actual indicios suficientes para dirigir el presente procedimiento frente a persona alguna determinada". No s¨®lo la Guardia Civil, si bien internamente, critic¨® la decisi¨®n al ser la reapertura del sumario una dificultad a?adida en la investigaci¨®n; tambi¨¦n la familia de Diana calific¨® la noticia de "triste".
?D¨®nde est¨¢ Diana Quer? La joven se fue a pie desde las fiestas de A Pobra a su casa alrededor de las 2.30 de la ma?ana. No es un camino corto. Tras ser vista por ¨²ltima vez 15 minutos despu¨¦s, pas¨® por delante de la antigua discoteca Boomerang, un lugar de culto en los 80 y 90 para la juventud de O Barbanza; all¨ª al lado, en un p¨¢ramo, acampaban los propietarios de las barracas de la feria. Fue entonces cuando Diana le escribi¨® a una amiga "me estoy acojonando, un gitano me est¨¢ llamando", y luego especific¨® que le hab¨ªa dicho: "Morena, ven aqu¨ª". Toda la zona fue barrida, todos los censados por las fiestas fueron chequeados; todo sin resultado. Por la ma?ana, la madre observ¨® que la chica no hab¨ªa regresado y se person¨® en la Guardia Civil de Pobra; all¨ª fue derivada a Boiro. Los agentes acudieron a la casa y la madre de Diana explic¨® que no era la primera vez que su hija se escapaba (lleg¨® a estar tres d¨ªas refugiada en casa de una amiga) pero nunca hab¨ªa sido sin discusi¨®n previa; esta vez algo iba mucho peor de lo de costumbre.
En A Pobra apenas hay c¨¢maras, salvo las ubicadas en unos sem¨¢foros cercanos al Valle-Incl¨¢n que no han aportado nada. El tel¨¦fono m¨®vil de Diana se movi¨® posteriormente por una ruta coincidente con la autov¨ªa de O Barbanza, y su se?al se pierde en Tarago?a; las c¨¢maras de la autov¨ªa, sin embargo, no distinguen ni modelo ni color del coche en la oscuridad, as¨ª que el trabajo con ellas es infructuoso. En Tarago?a dos pescadores dijeron que vieron a una chica salir de un veh¨ªculo y subirse a otro. Su testimonio fue tenido en cuenta y acudieron a declarar m¨¢s de cuatro veces; a su declaraci¨®n tuvo acceso La Voz de Galicia. Cuando fueron requeridos por medios de comunicaci¨®n, citaron a periodistas en un hotel y pidieron, primero, 25.000 euros por una entrevista. D¨ªas m¨¢s tarde, olvidaron el dinero y reclamaron un puesto de trabajo.
"No hay ninguna evidencia de que mi hija no est¨¦ viva. Ninguna. Y mientras no la haya esperamos que aparezca, y que cuando lo haga se encuentre bien", dice su padre.
"?Puede atender a 14.000 desaparecidos?"
Con la gigantesca exposici¨®n medi¨¢tica lidian los investigadores de la desaparici¨®n de Diana Quer. En un mes la gente ha llegado a ver a la chica 300 veces en distintas partes del mundo, la ¨²ltima de ellas en un concierto en Legan¨¦s (Madrid). Ha habido medios entrevistando a videntes y se ha explorado hasta la saciedad alguno de sus m¨²ltiples mensajes en redes sociales buscando significados absurdos. Ese hecho tr¨¢gico, la desaparici¨®n de la joven, ha provocado la exposici¨®n p¨²blica de su familia, objeto de atenci¨®n debido a la relaci¨®n conflictiva entre sus miembros y el cambio de custodia de la hermana menor de Diana, Valeria. Ha llegado a filtrarse un informe psiqui¨¢trico de la familia realizado durante el divorcio de la pareja. El escrutinio ha sido constante. La ¨²ltima noticia hecha p¨²blica fue la detenci¨®n de la hija menor por amenazar a su madre en el domicilio de ambas en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid); la mujer llam¨® a comisar¨ªa diciendo que Valeria estaba fuera de s¨ª y armada con un palo.
?Pero por qu¨¦ Diana Quer y no otras desaparecidas? Joaqu¨ªn Amills, de la asociaci¨®n SOS Desaparecidos, responde: "?Puede su peri¨®dico atender a 14.000 desaparecidos? ?Dedicarles el mismo reportaje? En este caso se han dado unas circunstancias que han hecho que el caso sea muy medi¨¢tico. Ocurre cada a?o, ocurri¨® con Yeremi Vargas, con Marta del Castillo. Cada a?o hay una desaparici¨®n que copa los medios y 1.100 que no. Hoy mismo ha habido cinco alertas de desaparecidos: ?las ha visto en medios? Lo importante es que lo que salga en los peri¨®dicos sensibilice y recuerde a los ciudadanos que hay mucha gente desaparecida cuya investigaci¨®n debe continuar".
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