Rajoy recalcar¨¢ en su declaraci¨®n que desconoc¨ªa la financiaci¨®n electoral del PP

¡°Tranquilidad y normalidad¡±. Son los dos estados de ¨¢nimo que quieren transmitir en el Gobierno y el PP ante la cita hist¨®rica, por in¨¦dita en Espa?a de un presidente del Gobierno en ejercicio, que Mariano Rajoy tiene ante la Audiencia Nacional que le ha llamado este mi¨¦rcoles como testigo por una derivada del caso G¨¹rtel. Rajoy ha disfrutado el fin de semana y el lunes con su familia y unos amigos en el Parque Nacional de Do?ana. En su estrategia ante el tribunal esgrimir¨¢ que nunca tuvo competencia en el PP sobre financiaci¨®n de actos electorales y que cuando sospech¨® de las actividades de Francisco Correa le ech¨® de su entorno.

Los preparativos. El jefe del ejecutivo ha dedicado ¡°algunas tardes¡± y huecos libres en La Moncloa, como admiti¨® este lunes el coordinador general del partido, Fernando Mart¨ªnez Maillo, a preparar a su modo y a conciencia su comparecencia ante los tres jueces que forman el tribunal de la Audiencia Nacional que indagan sobre la financiaci¨®n de los actos electorales del PP en la ¨¦poca en que camp¨® a sus anchas en esa organizaci¨®n la trama G¨¹rtel (1999-2005).

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Una declaraci¨®n resbaladiza y llena de inc¨®gnitas

Rajoy suele consultar, para este tipo de acontecimientos de primer nivel, con el mismo equipo de emergencia de siempre: la vicepresidenta, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, su jefe de gabinete, Jorge Moragas, su secretaria de Estado de Comunicaci¨®n, Carmen Mart¨ªnez Castro, y sus respectivos colaboradores. En estas ocasiones pide opini¨®n a su asesor demosc¨®pico, Pedro Arriola.

Rajoy ha revisado las citaciones y las explicaciones que ya ofrecieron ante la misma sala de ese tribunal el 19 y 20 de junio los tres exsecretarios generales del PP ya citados, Francisco ?lvarez Cascos, Javier Arenas y ?ngel Acebes. Ha consultado con el abogado del PP en la causa, Jes¨²s Santos, y con la actual tesorera del partido, Carmen Navarro. Y se ha estudiado al detalle a ¡°modo de recordatorio¡± las competencias que marcan hist¨®ricamente los estatutos del PP para cada cargo y responsabilidad. La idea es contestar a todo lo posible, dar una imagen de colaboraci¨®n con la justicia, no entrar en debates ni r¨¦plicas de estilo parlamentario y no caer en contradicciones ni ofrecer versiones diferentes.

Las claves de su declaraci¨®n. Son dos. La primera, los estatutos del PP fijan que la responsabilidad sobre la financiaci¨®n del partido y de sus campa?as electorales corresponde hist¨®ricamente al gerente y por encima al tesorero, no al presidente ni al secretario general. Tampoco, y es importante la precisi¨®n, al jefe de campa?a. Era as¨ª en la era de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y sigui¨® igual en la etapa de Rajoy. En el organigrama y los congresos del PP los tesoreros dependen directamente del presidente pero, en el d¨ªa a d¨ªa, y en la preparaci¨®n de las campa?as, su autonom¨ªa es total. Rajoy fue jefe de varias campa?as del PP en la ¨¦poca de Aznar que organizaban f¨ªsicamente las empresas de G¨¹rtel y Correa. Y en la de 2003, objeto de esta investigaci¨®n judicial por dos actos de campa?a en Pozuelo y Majadahonda (Madrid), Rajoy ya era el secretario general y su jefe de campa?a fue P¨ªo Garc¨ªa Escudero, actual presidente del Senado y que testificar¨¢ tambi¨¦n este mi¨¦rcoles tras el presidente.

Rajoy, como har¨¢ Garc¨ªa Escudero y como hicieron Cascos, Acebes y Arenas, asegurar¨¢ al tribunal que ¨¦l no se ocupaba de c¨®mo se sufragaban esas actividades. El argumento a reiterar ser¨¢ que ¨¦l dibujaba una estrategia, un tipo, recorrido y estilo de campa?a y luego se ped¨ªan los fondos al tesorero. Y que, desde luego, no se entraba al detalle de c¨®mo se llevaba a cabo cada acto en los 8.000 municipios del pa¨ªs.

El segundo punto de relevancia en la testifical de Rajoy remarcar¨¢ que ¨¦l no fue el promotor de la trama G¨¹rtel encabezada por Francisco Correa en el PP, que no la promocion¨® y que en cuanto tuvo ¡°sospechas¡± y denuncias de sus posibles actividades ilegales o irregulares en ayuntamientos gobernados por ese partido en la Comunidad de Madrid los apart¨® de su entorno. Esa tesis ya la ha defendido en numerosas ocasiones en entrevistas y hasta en la tambi¨¦n relevante comparecencia forzada que tuvo que realizar el 1 de agosto de 2013 en el Senado.

Rajoy sostiene que nunca conect¨® bien con Correa y G¨¹rtel. En su entorno justifican que se limitara en 2004 a dar la orden de que no trabajaran m¨¢s para el partido en Madrid y a no denunciarlos ante la fiscal¨ªa porque nunca dispuso de pruebas fehacientes de sus fechor¨ªas. G¨¹rtel dej¨® de operar en Madrid pero traslad¨® sin m¨¢s cortapisas sus oficinas e intermediarios, sobre todo, a la comunidad valenciana. El equipo de Rajoy achaca esa mudanza de intereses a la valoraci¨®n que el expresidente valenciano Francisco Camps ten¨ªa sobre la ¡°creatividad¡± de Correa y su gente.

La imagen ante el tribunal. ¡°No es una imagen habitual ni es normal, es verdad, y de hecho el propio tribunal ya rechaz¨® tres veces esa comparecencia de Rajoy ante peticiones anteriores pero no es una imagen ¨²nica, se ha producido en otros pa¨ªses y sobre todo ya es irremediable¡±, aceptan miembros del equipo m¨¢s pr¨®ximo del presidente.

En las cercan¨ªas del presidente se recuerda que presidentes en ejercicio como David Cameron y Michele Bachelet testificaron ante tribunales ¡°y no se hundi¨® el Reino Unido ni Chile¡±. Y se rescatan otros precedentes como los franceses Lionel Jospin o Dominique de Villepin.

En La Moncloa y el PP resaltan, a cambio, que Rajoy con su presencia demostrar¨¢ que su colaboraci¨®n con la justicia es m¨¢xima, que acude como testigo y no incriminado por ning¨²n delito y que en sus respuestas reafirmar¨¢ que no pudo conocer aspectos t¨¦cnicos de actos que no sab¨ªa c¨®mo se hac¨ªan. El da?o medi¨¢tico de esa foto, en un estrado diferente a los acusados en ese juicio, se intentar¨¢ paliar el jueves y viernes con actos tan institucionales como la entrega de las Medallas de Oro al M¨¦rito en el Trabajo y con la rueda de prensa anual que da antes de cada verano en el sal¨®n de tapices de La Moncloa.