Prueba piloto de Facebook para impedir las mentiras electorales

Trump gan¨® las elecciones contra pron¨®stico, y ya antes de que se mudase a la Casa Blanca todas las miradas se dirigieron a una ciudad de la Costa Oeste: Menlo Park, el cuartel general de Facebook.

La red social de Mark Zuckerberg fue acusada de lucrarse con anuncios ¡ªsu multimillonario negocio se basa en la publicidad y cualquiera puede promocionar un enlace en una p¨¢gina; basta con escoger a qu¨¦ audiencia se quiere dirigir¡ª y a cambio de dejar que se difundiesen bulos que favorec¨ªan las aspiraciones de Trump, como la conspiraci¨®n de la pizzer¨ªa de Washington o que el Papa apoyaba al magnate. Ninguno era cierto, pero en Facebook no saltaron las alarmas. Al menos, no hacia el exterior.

En diciembre, Facebook neg¨® tener responsabilidad alguna en el tr¨¢fico de bulos o noticias falsas, las fake news. En enero, argument¨® que, aunque formalmente no es un medio de comunicaci¨®n, s¨ª considera que supone una pieza importante en el engranaje de distribuci¨®n de noticias. Ya antes, en noviembre, Zuckerberg hab¨ªa lanzado una declaraci¨®n solemne en su red que inclu¨ªa siete compromisos: detecci¨®n m¨¢s s¨®lida para descubrir la desinformaci¨®n; hacer que sea mucho m¨¢s f¨¢cil el aviso de las noticias falsas; verificaci¨®n a cargo de terceros; advertencias sobre la posible falta de veracidad; elevar la calidad de los art¨ªculos enlazados debajo del que se consulta; acabar con el negocio de las noticias falsas cambiando su sistema de anuncios y ¡°escuchar¡±. ¡°Vamos a seguir trabajando con periodistas y otros miembros del sector de medios para tener no solo su opini¨®n, sino tambi¨¦n entender mejor sus sistemas de verificaci¨®n y aprender de ellos¡±, dijo Zuckerberg.

Despu¨¦s llegaron las precisiones. Facebook pretende crear un equipo interno para verificar contenidos, repasar comportamientos sospechosos y medir la calidad de los enlaces. La profundidad de cada sesi¨®n de navegaci¨®n ser¨ªa uno de los indicadores. No es lo mismo llegar a una p¨¢gina e irse a los pocos segundos que consultar varias.

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En ning¨²n caso se ha comprometido al fact checking, a comprobar la veracidad de los hechos, pero s¨ª a escuchar a sus usuarios. Algunos de ellos, en pruebas, han comenzado a encontrar un bot¨®n en la esquina superior derecha de cada enlace de su muro para marcar que no es veraz el contenido ofrecido. Usarlo no resulta definitivo, pero s¨ª un voto m¨¢s que, si se reitera, puede restar visibilidad a la publicidad. El algoritmo se entrena a medida que se vota hasta corregir la tendencia. Supone un freno de emergencia mientras la red crea una soluci¨®n real de la mano de acad¨¦micos y medios que se han sumado a su iniciativa que permita crear un sistema para discernir entre noticias reales y falsas.

Todav¨ªa con retos t¨¦cnicos y sociales sin resolver, Facebook afronta ahora un nuevo examen: las elecciones generales de Kenia del 8 de agosto. La plataforma ha preparado una herramienta que funcionar¨¢ en ingl¨¦s y swahili para que sus usuarios puedan denunciar los contenidos falsos. No va a censurar, en principio, el contenido que se marque como tal, pero s¨ª a comprobarlo y hacer que se vea menos en el resto de perfiles. Supone un primer freno que servir¨¢ como piloto para la celebraci¨®n de sucesivos comicios en el resto del mundo. Una prueba de laboratorio del que no dan m¨¢s detalles.

La iniciativa parte con precedentes negativos. El mes pasado, la red social se llen¨® de v¨ªdeos falsos que simulaban ser de CNN y BBC y daban como favorito en las encuestas al actual presidente, Uhuru Kenyatta.