En tierra de secuestros, Pilar Garrido es un misterio
Una prueba de ADN condiciona la investigaci¨®n del secuestro de la espa?ola en M¨¦xico. Despu¨¦s de un mes y 10 operativos de b¨²squeda, hay m¨¢s sospechas que certezas


Durante las dos horas de marcha, apenas se cruzan un pu?ado de coches, uno cada 10 minutos, probablemente cada 15. Se escucha el zumbido de los mosquitos. Se siente el calor. En Tamaulipas, en el norte de M¨¦xico, no hay verano, hay can¨ªcula. Resulta asfixiante, pero nadie se queja. Aunque todos carguen armas, cartuchos y chalecos antibala. En realidad, ninguno dice pr¨¢cticamente nada. Juguetean con sus tel¨¦fonos m¨®viles, miran los mapas. Hasta que al rato, a eso de las 18.30, uno, el jefe, dice, ¡°aqu¨ª es, aqu¨ª encontraron los huesos¡±.
Es una brecha medio reciente, un camino de tierra y hierba fresca. Una cinta amarilla languidece sobre unos arbustos, una cinta de resguardo policial. Los agentes de la polic¨ªa estatal entran y miles de moscos se acercan a sus caras. Todos tratan de espantarlos, mientras sus fusiles Galil se tambalean amenazadoramente. 20 polic¨ªas armados hasta los dientes, bailando una danza extra?a, en un camino de tierra en mitad de la nada. Esa es la escena en ese rinc¨®n del camino en Tamaulipas.
Aqu¨ª es, dice uno, donde encontraron los huesos. La osamenta. La semana pasada, las autoridades mexicanas hallaron unos huesos, cabello y carne justo en ese punto, a un lado de la carretera que va de la capital, Ciudad Victoria, a la costa. Los investigadores piensan que es muy probable que los restos sean de la espa?ola Pilar Garrido. La mujer desapareci¨® hace un mes y tres d¨ªas muy cerca de este lugar, como a unos 10 ¨® 15 kil¨®metros. Ubicaron el lugar de la desaparici¨®n desde un helic¨®ptero.
Fue el resultado de uno de los 10 operativos que han organizado la Polic¨ªa Federal y la fiscal¨ªa de Tamaulipas. A partir de informaci¨®n obtenida por la unidad de inteligencia de la federal, empezaron a buscar desde el lugar del presunto secuestro, hasta 70 kil¨®metros a la redonda. Se fijaron, primero, en Abasolo, hacia el norte, y algunos ranchos cercanos. Y all¨ª no apareci¨® ning¨²n rastro. Nada. Luego, recorrieron la carretera, paso a paso, hasta que dieron con esos huesos.
Pensaron que es probable que sea ella por el lugar, pero tambi¨¦n por los jirones de ropa que encontraron justo al lado, prendas oscuras, como las que llevaba ella el d¨ªa que desapareci¨®, adem¨¢s de otros objetos que los investigadores prefieren no detallar. Ya hace unos d¨ªas que mandaron los restos al laboratorio y la semana que viene confirmar¨¢n si se trata o no de la espa?ola.
Chirr¨ªa que la fiscal¨ªa de Tamaulipas considere que unos huesos son todo lo que queda de una mujer desaparecida hace un mes y tres d¨ªas. Es muy poco tiempo, teniendo en cuenta, seg¨²n explican fuentes cercanas a la investigaci¨®n, que los restos no estaban quemados. Su explicaci¨®n es, precisamente, la can¨ªcula. El calor y la fauna. ¡°En Tamaulipas¡±, explica uno de los coordinadores de la investigaci¨®n, ¡°hay muchos felinos salvajes, ocelotes, jaguares. En esta zona, la carretera que va de Ciudad Victoria a Soto la Marina, hay tambi¨¦n muchas aves de rapi?a, zopilotes. Si hubiera sido en invierno, ser¨ªa otra cosa, pero ahora¡ Los huesos estaban rasgados, ara?ados¡±.
El relato del marido
Y, sin embargo, resulta extra?o. ?Qui¨¦n querr¨ªa matarla? ?Qui¨¦n la habr¨ªa dejado ah¨ª, en mitad de la nada, junto a la carretera? ?Por qu¨¦? Tamaulipas encabeza la clasificaci¨®n de personas secuestradas y desaparecidas de todo el pa¨ªs, pero justo all¨ª, en esa zona, es poco habitual. Y menos habitual a¨²n es que se trate de un secuestro y los captores no pidan nada a cambio, dinero, un rescate.
Casi todo lo que se sabe del caso proviene del relato de su marido. Juntos desde hace 11 a?os, vecinos de Ciudad Victoria desde hace tres, la pareja y su hijo viajaron a la costa el s¨¢bado 1 de julio. Fueron al poblado de La Pesca, a dos horas de la ciudad. La Pesca es un balneario hermoso. El r¨ªo desemboca en el mar justo all¨ª, la playa es gigantesca y hay algunos hoteles y restaurantes. El orgullo local, las tortugas lora. Pilar, Jorge, su marido, y el hijo de ambos se quedaron en el hotel Riviera del R¨ªo. El domingo fueron a comer al restaurante Magui's. Antes hab¨ªan estado en la playa, viendo las tortugas. La Pesca es uno de sus santuarios en el Golfo de M¨¦xico. Entre abril y julio, cientos llegan aqu¨ª a desovar.
Las autoridades han podido confirmar estos datos. Los siguientes son parte del relato de Jorge. El marido dice que salen del restaurante, de vuelta a la capital, hacia las 17.00 horas. Que a eso de las 18.00 llegan a la parte de la carretera que est¨¢ en obras. El camino es de tierra durante unos kil¨®metros. Entre semana hay bastantes obreros trabajando en la v¨ªa, pero el domingo no hay nadie. Despu¨¦s de las obras, sigue el relato del marido, contin¨²an unos cinco minutos, hasta que un coche se les empareja. Les obligan a parar. Bajan dos muchachos, dice, de unos 15 ¨® 16 a?os. Otro se queda en el coche, un turismo tipo Volkswagen Passat o Jetta, color arena. Los chavos, asegura Jorge, quieren llevarse el coche, pero el ni?o est¨¢ dentro y el matrimonio pide que no se lleven al ni?o. Entonces, deciden llevarse a Pilar. Nada m¨¢s, ni dinero, ni nada, s¨®lo a ella. Ninguna explicaci¨®n que sea comprensible. Y ah¨ª acaba la narraci¨®n de lo sucedido.
Gran despliegue
Han pasado un mes y tres d¨ªas de aquel suceso y hay m¨¢s dudas que certezas. La cantidad de recursos dedicados a este caso resulta descomunal, comparada con otros. Eso, claro, ha provocado la queja de familiares de otros desaparecidos. Hasta 100 hombres se han ocupado de buscar a Pilar Garrido, adem¨¢s del helic¨®ptero y los perros. Y de momento, a falta de saber lo que dice el ADN, no hay ninguna noticia. Y, tampoco, ninguna explicaci¨®n.
El marido y la universidad
Adem¨¢s de la prueba gen¨¦tica y otros peritajes, la fiscal¨ªa ha entrevistado a siete personas del entorno de Pilar y su esposo Jorge. Oficialmente, no desconf¨ªan de ¨¦l, pero algunas personas cercanas al caso mencionan que su participaci¨®n no es descartable. ¡°Es una persona brillante. Es crimin¨®logo y daba clases en la universidad donde se capacitan polic¨ªas y fiscales, aqu¨ª en Tamaulipas¡±, dice uno de los investigadores.
De momento, no hay evidencia de que tuviera motivos para hacerle da?o a Pilar. Aunque hay cosas extra?as. Por ejemplo, lav¨® el autom¨®vil dos d¨ªas despu¨¦s de producirse el presunto secuestro. ?Por qu¨¦? ?l dice que para quitar el polvo de la carretera.
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