¡°Espa?a ampliar¨¢ su compromiso en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico¡±

Entre los 15 muertos y m¨¢s de cien heridos de los atentados de La Rambla de Barcelona y Cambrils hay ciudadanos con al menos 35 nacionalidades distintas. El Ministerio de Asuntos Exteriores se ha puesto en contacto con embajadas y consulados de pa¨ªses afectados y ha enviado a Barcelona al director general para Europa con el encargo de que coordine la informaci¨®n e intente agilizar las gestiones. El ministro Alfonso Dastis no quiere que se repita en Espa?a lo sucedido con Ignacio Echeverr¨ªa, el h¨¦roe del monopat¨ªn asesinado en Londres el 3 de junio, cuya familia tuvo que esperar cuatro d¨ªas para confirmar su muerte. ¡°He querido asegurarme de que, respetando todas las garant¨ªas, aceleremos lo m¨¢s posible las identificaciones. Mi aspiraci¨®n es que podamos satisfacer las necesidades de las familias¡±, asegura.

Pregunta. ?Recibir¨¢n asistencia m¨¦dica gratuita todos los afectados al margen de su nacionalidad?

Respuesta. Estoy seguro de que ser¨¢ as¨ª. Somos conscientes de que hay que hacer todos los esfuerzos posibles para asegurarnos de que todo el mundo est¨¢ atendido y de que no hay dudas de la hospitalidad del pueblo espa?ol.

P. Espa?a no hab¨ªa sufrido ning¨²n atentado yihadista desde 2004. Se dec¨ªa que el trabajo de las Fuerzas de Seguridad y la integraci¨®n de los inmigrantes nos hab¨ªa librado...

R. Cuando lo dec¨ªamos cruz¨¢bamos los dedos... Es verdad que en estos a?os ha habido numerosas detenciones que nos han evitado atentados. Ya tuvimos nuestra cuota con el 11-M, ahora nos ha vuelto a tocar y desgraciadamente nos recuerda que la seguridad total no existe y hay que redoblar esfuerzos.

P. ?Es Espa?a un pa¨ªs seguro?

R. En general se puede decir que s¨ª.

P. Por el momento y el lugar elegidos, parece que el objetivo era el turismo.

R. Eso est¨¢ claro.

P. ?Y en qu¨¦ medida puede afectar al sector?

R. Esperamos que no le afecte. La prueba es que al d¨ªa siguiente La Rambla estaba llena de turistas. Confiamos en que los vamos a seguir atrayendo por todos nuestros atractivos y nuestra relativa seguridad.

P. ?Se va a reafirmar el compromiso de Espa?a en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico?

R. Nunca ha estado en duda. Lo vamos a reafirmar y pretendemos ampliarlo, ya tenemos una propuesta que debe encajar en las posibilidades financieras. Pero tenemos la idea de incrementar nuestra contribuci¨®n.

¡°En general, somos un pa¨ªs seguro. Espero que no afecte al turismo¡±

P. ?Este asunto estar¨¢ en la agenda de la visita que Rajoy har¨¢ en septiembre a la Casa Blanca?

R. Supongo que es uno de los temas que se abordar¨¢n. Ya hablaron [Trump y Rajoy] por tel¨¦fono el pasado viernes.

P. ?Puede tener el liderazgo moral de esa sociedad abierta que fue atacada en La Rambla un presidente que se muestra tibio con el racismo?

R. Si hay una sociedad abierta y heterog¨¦nea es la estadounidense. Es verdad que la reacci¨®n de su presidente a los acontecimientos de Charlottesville deja que desear, pero creo que Estados Unidos como pa¨ªs puede seguir enarbolando la bandera de la libertad en esta lucha contra lo que el Estado Isl¨¢mico representa. La reacci¨®n mayoritaria a la tibieza del presidente Trump es alentadora.

P. ?La tensi¨®n entre el Gobierno y la Generalitat ha afectado a la gesti¨®n de los atentados?

¡°La tibieza de Trump ante los hechos de Charlottesville ha dejado que desear¡±

R. No lo creo. La cooperaci¨®n operativa ha funcionado y todo el mundo es consciente de que en este momento hay que dejar de lado las desavenencias y centrarse en la atenci¨®n a las v¨ªctimas y la investigaci¨®n.

P. Puigdemont ha afirmado que sigue adelante con su plan.

R. Yo creo que ese plan no va a ning¨²n lado. Su ¨²ltima evoluci¨®n roza ya el esperpento: esconder las normas, rehuir el debate democr¨¢tico...

P. La Generalitat acusa a su ministerio de intentar evitar que tengan apoyo internacional.

R. Eso no le debe extra?ar a nadie. El Ministerio de Exteriores representa al Estado y defiende su integridad y soberan¨ªa. Estar¨¢ enfrente de cualquier plan que pretenda socavarla.

P. ?Qu¨¦ apoyos internacionales tiene la Generalitat?

R. Ninguno, francamente. Puede tener apoyos individuales, yo creo que desinformados, pero no a nivel institucional.

P. ?Usted cree, como el portavoz del PSOE, que la prensa espa?ola exagera sobre Venezuela?

R. Si nos atenemos a los ¨²ltimos acontecimientos es dif¨ªcil exagerar cuando mostramos preocupaci¨®n por la deriva autoritaria de este r¨¦gimen. Hoy d¨ªa no se puede hablar de democracia plena en Venezuela.

P. Usted propuso sanciones selectivas a dirigentes del r¨¦gimen venezolano. Algunos pa¨ªses de la UE se han opuesto.

R. Es verdad que la unanimidad no est¨¢ ah¨ª todav¨ªa, pero vamos a seguir trabajando ante la necesidad de reaccionar frente a los pasos que est¨¢n dando quienes tienen el poder efectivo en Venezuela. No queremos tomar medidas que da?en a un pueblo que ya sufre bastante, pero s¨ª que hagan pens¨¢rselo a quienes est¨¢n auspiciando esa deriva.

¡°Hoy no se puede hablar de una democracia plena en Venezuela¡±

P. A principios de septiembre viaja a Cuba. El r¨¦gimen cubano es de los pocos que tiene capacidad de influir en Maduro.

R. Nosotros desear¨ªamos que el r¨¦gimen cubano se involucrara m¨¢s. El objetivo de mi visita no es tratar la situaci¨®n de Venezuela, pero la abordar¨¦.

P. ?El objetivo es recuperar el tiempo perdido en Cuba?

R. No creo que hayamos perdido el tiempo, excepto por el a?o de par¨¢lisis pol¨ªtica. Lo que quiero es palpar cu¨¢l es la relaci¨®n [bilateral] ahora y las posibilidades de fortalecerla, incluso con una visita de alto nivel en los pr¨®ximos meses.

P. ?Piensa reunirse con alg¨²n miembro de la disidencia?

R. El programa no est¨¢ cerrado. No descarto hablar con personas de diferentes sensibilidades.

P. La ONG espa?ola que rescata inmigrantes en el Mediterr¨¢neo ha denunciado que la Guardia Costera libia, formada y financiada por la UE, le ha amenazado, incluso con disparos.

R. Entendemos que las autoridades libias est¨¦n preocupadas porque ha habido casos, y no me refiero a esa asociaci¨®n, de traspasos casi inmediatos de los barcos de los traficantes a los de las ONG. Esa era una evoluci¨®n preocupante, pero les hemos hecho saber que consideramos intolerable la amenaza y mucho menos el uso de la fuerza ante un buque humanitario.