¡°Se puede ser creyente y feminista¡±

En los documentos de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE) hay hasta 14 ¡°noes¡±: a las relaciones prematrimoniales, a la masturbaci¨®n, al aborto, al divorcio, a las parejas de hecho, a la homosexualidad, a los matrimonios homosexuales, a la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s, a la fecundaci¨®n in vitro, al matrimonio de los sacerdotes, al sacerdocio de las mujeres, a los m¨¦todos anticonceptivos, al acceso a la comuni¨®n eucar¨ªstica a las personas divorciadas, a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres... Y solo dos s¨ªes: a la castidad y al derecho a la vida, pero la mayor¨ªa de las veces en referencia a la vida antes del nacimiento. ¡°Con este programa moral, no me extra?a que cada vez sea mayor el n¨²mero de cat¨®licos y cat¨®licas que hagan mutis por el foro¡±, sostiene Juan Jos¨¦ Tamayo, secretario general de la Asociaci¨®n de Te¨®logas y Te¨®logos Juan XXIII y coordinador de los congresos de teolog¨ªa que vienen celebr¨¢ndose ininterrumpidamente desde 1981. El de este a?o se cerr¨® este domingo despu¨¦s de cuatro jornadas de debates sobre ¡®Mujeres y Religi¨®n: De la discriminaci¨®n a la igualdad de g¨¦nero¡¯.

Tamayo, autor de medio centenar de libros, el ¨²ltimo ¡®Teolog¨ªas del Sur. El giro descolonizador¡¯, editado por Trotta, ha hecho este estudio detallado de los documentos de los obispos cat¨®licos a petici¨®n de EL PA?S.

El congreso de los te¨®logos concluy¨® este domingo con una misa en el paraninfo del sindicato Comisiones Obreras en Madrid, en la que particip¨® un millar largo de personas. ¡°La lecci¨®n que hemos aprendido en este congreso es que entre feminismo y religi¨®n no hay contradicci¨®n y que se puede ser creyente y feminista. Ese es el desaf¨ªo al que hemos de responder¡±, concluye en su mensaje final. El encuentro comenz¨® el jueves pasado guardando un minuto de silencio ¡°como expresi¨®n de condena por los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils y de solidaridad con las familias, y otro por los asesinatos de mujeres producidos en Espa?a y en todo el mundo¡±.

Este es uno de los puntos del manifiesto: ¡°Los dirigentes religiosos se prodigan en condenas y descalifican la teor¨ªa de g¨¦nero a la que llaman ¡®ideolog¨ªa de g¨¦nero¡¯, consider¨¢ndola la m¨¢s perversa de la humanidad. Condenan los movimientos feministas y el LGTBI y muestran su oposici¨®n a las leyes de igualdad efectiva entre hombres y mujeres. En sus documentos y declaraciones p¨²blicas generan con frecuencia diferentes formas de violencia de g¨¦nero: sexual, simb¨®lica, religiosa, psicol¨®gica, y fomentan actitudes y comportamientos machistas y homof¨®bicos en las personas creyentes y en la ciudadan¨ªa. Muestran, sin embargo, insensibilidad hacia la violencia de g¨¦nero, el patriarcado, el sexismo y la LGTBIfobia. En la Iglesia cat¨®lica se veta a personas sexualmente disidentes el acceso al ministerio sacerdotal y la participaci¨®n en actividades pastorales¡±.

Tambi¨¦n se refieren los te¨®logos a la exclusi¨®n de las mujeres del ministerio ordenado. ¡°No responde a razones b¨ªblicas, teol¨®gicas o hist¨®ricas, sino que es el resultado de la pervivencia del patriarcado instalado en la c¨²pula del poder y en la organizaci¨®n de las instituciones religiosas. Denunciamos que se castigue con la excomuni¨®n a las mujeres ordenadas sacerdotes en la Iglesia cat¨®lica¡±, concluyen.

El congreso ha analizado muy cr¨ªticamente el patriarcado como sistema de dominaci¨®n contra las mujeres, las ni?as, los ni?os y las personas m¨¢s vulnerables de la sociedad. ¡°Este sistema se encuentra en alianza con otros modelos de dominaci¨®n: capitalismo, colonialismo, fundamentalismo, depredaci¨®n de la naturaleza, y provoca discriminaciones de g¨¦nero, clase etnia, cultura, religi¨®n, procedencia geogr¨¢fica, orientaci¨®n sexual en todas las esferas de la vida: lenguaje, vida cotidiana, pol¨ªtica, econom¨ªa, educaci¨®n, trabajo, familia, espacio dom¨¦stico, cultura, ciencia, creaci¨®n art¨ªstica, lugares de ocio, medios de comunicaci¨®n, publicidad¡±.

¡°Nuestra cr¨ªtica se extiende a las religiones, que tienen una estructura patriarcal, transmiten una ideolog¨ªa androc¨¦ntrica, imponen una moral machista y desarrollan pr¨¢cticas sexistas. En la mayor¨ªa de los casos no se reconoce a las mujeres como sujetos religiosos y ¨¦ticos, sino que las consideran inferiores, subalternas y dependientes. Las excluyen de los espacios de lo sagrado, las marginan de los puestos de responsabilidad, del ejercicio del poder y de los ¨¢mbitos de decisi¨®n. Generan en ellas actitudes de obediencia y sumisi¨®n calificadas como virtudes¡±, a?aden, antes de analizar con severidad y condenar la violencia contra las mujeres y las identidades sexuales disidentes en sus m¨²ltiples manifestaciones: cuerpos colonizados; violencia machista como arma de guerra, violaciones, prostituci¨®n, trata de mujeres, vientres de alquiler, abusos sexuales de ni?as y ni?os, venta de ¨®rganos, ni?as y ni?os robados, penas de muerte, feminicidios, agresiones contra gais, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, maltrato a la infancia, retirada de la custodia de los hijos y las hijas a las madres y entrega a los padres condenados por maltrato.