?Qu¨¦ pasa con la independencia de Catalu?a?
Estas son las claves para entender un conflicto de autodeterminaci¨®n que amenaza con romper Espa?a

El actual pulso de los independentistas catalanes comenz¨® en 2010. Cuatro a?os antes los catalanes hab¨ªan aprobado en refer¨¦ndum una ley auton¨®mica (Estatuto) que el Tribunal Constitucional recort¨® considerablemente. Despu¨¦s de que ese tribunal dictara sentencia, decenas de miles de catalanes salieron a la calle a protestar en la mayor manifestaci¨®n en democracia en Catalu?a.
Desde entonces, los independentistas catalanes se han esforzado en reunir multitudes en manifestaciones convocadas siempre el 11 de septiembre, el d¨ªa de Catalu?a, que conmemora la ca¨ªda de Barcelona, en 1714, ante las tropas de la corona borb¨®nica durante la Guerra de Sucesi¨®n Espa?ola. La derrota dio lugar a la abolici¨®n de las instituciones catalanas. En aquella guerra civil del siglo XVIII Catalu?a no pugnaba por su independencia, sino por la legitimidad al trono de la Casa de Habsburgo, que hab¨ªa regido Espa?a desde la unificaci¨®n de Castilla y Arag¨®n.
Catalu?a nunca ha sido una naci¨®n con un Estado propio, sino parte de la Corona de Arag¨®n junto a Baleares y Valencia.
Organizadas por la Asamblea Nacional Catalana, que es una organizaci¨®n privada, las llamadas 'diadas' se convirtieron en masivas protestas a favor de la independencia.
Desde 2010 el partido conservador catalanista Converg¨¨ncia i Uni¨® gobernaba Catalu?a. En 2012 su presidente, Artur Mas, dijo p¨²blicamente que era hora de que Catalu?a tuviera estructuras de Estado, porque muchos catalanes ya se hab¨ªan cansado de ayudar al resto de Espa?a. "No hay batalla m¨¢s urgente que la soberan¨ªa fiscal de nuestro pa¨ªs... Producimos suficientes recursos y riqueza para vivir mejor de lo que vivimos", dijo. Por primera vez, un movimiento hasta entonces marginal ve¨ªa sus anhelos reflejados en un presidente auton¨®mico, que promet¨ªa "plenitud nacional".
D¨ªas despu¨¦s Artur Mas llev¨® al parlamento una ley para convocar un refer¨¦ndum de independencia, que fracas¨®. Inmediatamente convoc¨® elecciones anticipadas, s¨®lo dos a?os despu¨¦s de las anteriores. Perdi¨® 12 esca?os que en su gran mayor¨ªa fueron a parar a otro partido independentista, de izquierda: Esquerra Republicana de Catalunya.
Aunque los independentistas se quejan de que no se les deja votar, desde que se aprobara la Constituci¨®n espa?ola en 1978, en Catalu?a?se ha votado en 48 elecciones municipales, auton¨®micas y generales, adem¨¢s de referendos diversos. Aun as¨ª, los independentistas buscan que se vote sobre la independencia, algo que no contempla la Constituci¨®n espa?ola.
En 2013, los partidos independentistas pactan un refer¨¦ndum. Se celebrar¨¢ el 9 de noviembre de 2014. Ante las denuncias del resto de partidos catalanes y espa?oles, el Gobierno de Catalu?a renuncia a llamarle referendo y pasa a denominarlo "proceso participativo". Para evitar exponerse a una inhabilitaci¨®n judicial, los gobernantes dejan que lo organicen voluntarios. La votaci¨®n se celebra con urnas de cart¨®n. Los partidos no independentistas la boicotean y llaman a sus bases a no participar. Al final votan 2,3 millones de personas de un censo estimado de 5,4 millones de catalanes. Un 80.76% vota a favor de la independencia.
Paralelamente, se van descubriendo casos de corrupci¨®n que van minando al partido de Artur Mas, que ya gobern¨® Catalu?a entre 1980 y 2003. La polic¨ªa y la justicia revelan que la formaci¨®n sol¨ªa cobrar un 3% en comisiones ilegales de obra p¨²blica. Jordi Pujol, presidente de Catalu?a durante dos d¨¦cadas y mentor de Mas, desvela que ocult¨® una fortuna en Andorra, algo por lo que queda imputado por blanqueo de capitales y delito fiscal.
Mas y su proyecto nunca han logrado mayor¨ªa absoluta (m¨¢s del 50%) en las urnas. En 2015 volvi¨® a convocar elecciones y se present¨® como cabeza de Junts pel S¨ª, una amplia coalici¨®n de izquierda y de derecha con el ¨²nico fin de proclamar la independencia. Tampoco tuvo mayor¨ªa absoluta. Desde entonces todas las iniciativas legales aprobadas han dependido de un partido antisistema, radical y que predica la desobediencia civil, llamado CUP. De hecho, tras las elecciones la CUP oblig¨® a Artur Mas a abandonar la presidencia a cambio de otorgarles su apoyo para poder gobernar en Catalu?a. Al dirigente nacionalista le sustituy¨® otro independentista, Carles Puigdemont, alcalde de Girona.
A pesar de las protestas de los partidos en la oposici¨®n y las advertencias del Gobierno, abogados, jueces, empresarios y las instituciones europeas, los partidos independentistas aprobaron el 7 de septiembre una ley para convocar un refer¨¦ndum el 1 de octubre. Lo hicieron impidiendo las enmiendas de la oposici¨®n y despu¨¦s de que esta abandone sus esca?os, dejando al parlamento medio vac¨ªo.
Ese mismo d¨ªa el Tribunal Constitucional espa?ol suspendi¨® de urgencia esa normativa. Al d¨ªa siguiente los independentistas aprobaron otra ley, llamada ley de desconexi¨®n, que contempla todos los pasos para proclamar la rep¨²blica de Catalu?a, con provisiones dudosamente democr¨¢ticas como que sea el propio presidente catal¨¢n el que elija y nombre a los jueces. Esta otra ley tambi¨¦n queda suspendida por el Tribunal Constitucional.
El proceso de los independentistas queda as¨ª al margen de la legalidad y en desobediencia abierta.
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