Entre la espada de Erdogan y la pared de Merkel
El Gobierno busca c¨®mo sortear la ¡®patata caliente' de la extradici¨®n de dos escritores de origen turco
El pasado 28 de agosto, aprovechando la cumbre de los cuatro grandes de la UE en Par¨ªs, la canciller germana, ?ngela Merkel, abord¨® al presidente espa?ol, Mariano Rajoy, para interceder por su compatriota Dogan Akhanli, pendiente de un proceso de extradici¨®n en Espa?a. Akhanli, de 60 a?os, alem¨¢n de origen turco, fue detenido el 19 de agosto en un hotel de Granada, en aplicaci¨®n de una orden de detenci¨®n dictada por las autoridades de Ankara a trav¨¦s de Interpol. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, lo puso en libertad provisional 48 horas despu¨¦s, pero no puede abandonar Espa?a mientras no se resuelva la petici¨®n de extradici¨®n turca, que lo acusa de pertenecer a la organizaci¨®n terrorista THKP.?
La demanda de Merkel no pill¨® por sorpresa a Rajoy. En un programa de la televisi¨®n RTL, la canciller ya hab¨ªa expresado su intenci¨®n de tratar el asunto con su hom¨®logo espa?ol, al tiempo que se mostraba satisfecha de que hubiera sido puesto en libertad, al contrario que el sueco de origen turco Hamza Yal?in, detenido el 3 de agosto en Barcelona, que espera en la c¨¢rcel de Can Brians a que se resuelva su expediente de extradici¨®n. ¡°Es inaceptable que organizaciones internacionales como Interpol sean manipuladas as¨ª¡±, afirm¨® la canciller, aludiendo a la pr¨¢ctica del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de recurrir a la cooperaci¨®n policial contra el crimen para perseguir a disidentes pol¨ªticos.
Akhanli, residente en Alemania desde 1991, es un escritor conocido por denunciar el genocidio armenio, que m¨¢s de un siglo despu¨¦s sigue siendo anatema en Turqu¨ªa, y Yal?in, exiliado en Suecia desde 1984, es un periodista cr¨ªtico con el r¨¦gimen de Erdog¨¢n.
La detenci¨®n de los dos ciudadanos europeos de origen turco es una patata caliente que el Gobierno atribuye al ¡°exceso de celo¡± de los polic¨ªas espa?oles, ya que sus colegas europeos, incluidos alemanes y suecos, no hicieron caso a las alertas rojas de Interpol que pesaban sobre ambos.
Rajoy no puede hacerle un feo a Merkel, que no solo es la gobernante m¨¢s poderosa de la UE, sino que lo ha tomado como ahijado pol¨ªtico y alumno aventajado en las pol¨ªticas de ajuste para salir de la crisis. Pero tampoco quiere indisponerse con Erdogan. Espa?a ha jugado tradicionalmente la carta de apoyar el ingreso de Turqu¨ªa en la UE, quiz¨¢ porque sab¨ªa que otros socios ya se encargaban de cerrarle el paso, y ha guardado silencio ante los atropellos cometidos por Erdogan tras el fallido golpe de Estado de julio de 2016. Las buenas relaciones pol¨ªticas han acompa?ado una creciente penetraci¨®n de las empresas espa?olas en el mercado turco, mientras que la colaboraci¨®n con sus servicios de inteligencia ha sido fundamental para identificar a los yihadistas retornados del campo de batalla sirio.
Por el contrario, las relaciones entre Ankara y Berl¨ªn se han tensado progresivamente hasta el punto de que Erdogan ha pedido a los turcos residentes en Alemania, m¨¢s de 2,5 millones, que no voten en las elecciones del domingo a los partidos tradicionales (democristianos y socialdem¨®cratas) a los que califica de ¡°antiturcos¡±.
Interpol se desmarca de las detenciones
El Gobierno espa?ol ha culpado a Interpol de la detenci¨®n de los dos escritores. ¡°Vamos a tener una discusi¨®n en la UE sobre si Interpol est¨¢ siendo utilizada de manera inapropiada¡±, afirm¨® el 4 de septiembre en el Congreso el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis. ¡°?Por qu¨¦ parece que nosotros lo hacemos con m¨¢s automatismo que otros pa¨ªses? Porque se supone que estas personas han pasado por otras fronteras y no han sido detenidas... A lo mejor tendr¨ªamos que tener un filtro¡±, reconoci¨®.
Sin embargo, Interpol se desmarca. ¡°Una alerta roja [como la que ten¨ªan Akhanli y Yal?in] no es una orden internacional de arresto. Es emitida a petici¨®n de un pa¨ªs miembro basada en una orden de arresto nacional. Interpol no obliga a arrestar a alguien que es objeto de una alerta roja. Cada pa¨ªs decide por s¨ª mismo que valor legal da a una alerta roja dentro de sus fronteras¡±, explica la organizaci¨®n.
En las pr¨®ximas semanas, el Consejo de Ministros, o en su lugar el departamento de Justicia, decidir¨¢ si da v¨ªa libre a los procesos de extradici¨®n. Aunque la ley permite denegar la petici¨®n de Ankara ¡ªy hay argumentos para ello, como el hecho de que tuvieran asilo pol¨ªtico antes de acceder a la ciudadan¨ªa comunitaria¡ª , el ministro Rafael Catal¨¢ ya ha anticipado que su intenci¨®n es proceder a un examen de los requisitos formales de la demanda turca, sin entrar en el fondo del asunto.
Una vez que el Gobierno de luz verde a la continuaci¨®n del procedimiento, la decisi¨®n estar¨¢ en manos de la Audiencia Nacional, que tendr¨¢ resolver si los dos escritores son entregados a Turqu¨ªa. Fuentes gubernamentales reconocen que ser¨ªa un alivio que la Audiencia denegase la petici¨®n, lo que permitir¨ªa al Ejecutivo escudarse en la independencia del Poder Judicial frente a las quejas de Ankara. Si los jueces aprobasen la extradici¨®n, la pelota volver¨ªa a la mesa del Consejo de Ministros, que tendr¨ªa que decir la ¨²ltima palabra ante las presiones cruzadas de Alemania, Suecia y Turqu¨ªa.
Para sortear este escenario, el Gobierno maneja una ¨²ltima baza: que Alemania y Suecia, pa¨ªses cuya nacionalidad ostentan los dos detenidos, los reclamen. Espa?a, en aplicaci¨®n de la jurisprudencia de Tribunal de Justicia de la UE, estar¨ªa encantada de que sean sus socios europeos quienes se las vean con las demandas de Turqu¨ªa. Pero ello requerir¨ªa que sus respectivos tribunales abrieran procesos contra ellos y eso es algo que, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas, no parecen dispuestos a hacer. Sencillamente, porque no creen que hayan cometido ning¨²n delito.
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