Los due?os de las calles
Los simpatizantes de la CUP proceden de movimientos radicales y tienen larga experiencia de activismo y protestas
Un grupo de j¨®venes colgaba carteles del refer¨¦ndum el domingo en Rub¨ª, cerca de Barcelona. Al rato, apareci¨® una pareja de la Guardia Urbana. Marina, simpatizante de la CUP, y sus amigos siguieron con la pegada. La polic¨ªa se les acerc¨® para decirles que no pod¨ªan hacerlo. ¡°Fueron muy educados¡±, dice Marina. Al final les requisaron las escobas y el cubo y les pidieron que uno de ellos se identificara. Los j¨®venes se lo jugaron a piedra, papel y tijera. ¡°Fue una broma¡±, dice, ¡°ya hab¨ªamos decidido a qui¨¦n le tocar¨ªa. Est¨¢ todo previsto. Cada d¨ªa cambiamos de persona¡±. Al d¨ªa siguiente, un cubo y unas escobas recordaban la acci¨®n en el mitin de la CUP en Rub¨ª. Hab¨ªa unas 200 personas en una ciudad donde la candidatura afiliada a la CUP recibi¨® 2.862 votos (10,46%) en las municipales de 2015. Ah¨ª estaba la t¨ªa de Marina, Lourdes, de 62 a?os: ¡°He venido para apoyar, por si pasaba algo¡±, dijo, aunque ella prefiere votar al PDeCAT. Tambi¨¦n estaba Xavier Polo: ¡°Les he votado alguna vez, pero no soy de la CUP¡±.
La campa?a del refer¨¦ndum es rara para la CUP. Sus bases quieren lo mismo que otros partidos independentistas: votar como sea el 1 de octubre. Su estrategia tambi¨¦n es similar: m¨ªtines, carteles, movilizaciones pac¨ªficas contra detenciones o registros. Hoy en Rub¨ª est¨¢n contentos: ¡°La autoorganizaci¨®n social es lo que m¨¢s me gusta de momentos as¨ª, la respuesta de la gente al margen de los partidos¡±, dice Marta de Moja, militante de la CUP en Vilafranca del Pened¨¨s.
Rentas m¨¢s altas
Las bases no solo coinciden con los votantes de Junts pel S¨ª en su predisposici¨®n a salir a la calle, sino tambi¨¦n en su clase social: en las elecciones de 2015 ten¨ªan las rentas familiares m¨¢s altas. Las votantes con menos ingresos prefirieron al PP, el PSC y Ciudadanos. La diferencia est¨¢ en la edad: el 40% de los votantes de la CUP tiene menos de 34 a?os. En muchas casas, los padres votan a partidos tradicionales y sus hijos, a la CUP.
En una cita el pasado martes para empapelar de carteles el barrio barcelon¨¦s de Sants, la mayor¨ªa de los participantes llevaba un pu?ado de folios impresos en casa en blanco y negro y algo de celo. Se les ve¨ªa novatos y t¨ªmidos. En cambio, los miembros del bloque Esquerra Independentista, al que pertenece la CUP, portaban carteles en color con su mensaje y logo, carritos con cubos de cola y sab¨ªan d¨®nde los carteles aguantan y se ven mejor: en un puente, mejor hacia fuera; los cristales de los escaparates son lugares ideales. Ten¨ªan mucho m¨¢s oficio callejero. Durante la noche, buscaban sus objetivos: ¡°?D¨®nde hay un banco y una inmobiliaria por aqu¨ª?¡±, se preguntaban.
Uno de los lemas de la CUP en estas elecciones es ¡°Sin desobediencia no hay independencia¡±. Sus bases son las mejor preparadas para dar un paso adelante si todo se tuerce. Tienen experiencia ante la posible batalla de las urnas del d¨ªa 1 de octubre. En 2014 aprovecharon las elecciones europeas para hacer una consulta alternativa sobre temas sociales a la que llamaron ¡°multirrefer¨¦ndum¡±. Estaba prohibida y los Mossos intentaron llevarse las urnas: ¡°En Vilafranca no lo consiguieron. Estamos acostumbrados a hacer estas cosas¡±, dice De Moja. ?Significa esto que puede haber incidentes? ¡°Cada acci¨®n del Estado tendr¨¢ su reacci¨®n¡±, dice Anna, estudiante de 20 a?os.
La CUP es solo una de las cinco organizaciones aut¨®nomas de Esquerra Independentista, que cuenta tambi¨¦n con un sindicato de estudiantes, otro de trabajadores, una organizaci¨®n estrat¨¦gica ¡ªEndavant¡ª y el grupo juvenil Arran, que ha creado algunos de los carteles electorales m¨¢s pol¨¦micos de esta campa?a. ¡°Si m¨¢s gente se entera de qu¨¦ pasa gracias a estos carteles, pues mejor¡±, dice De Moja.
La organizaci¨®n no esconde sus preferencias ideol¨®gicas: ¡°Independencia, socialismo, feminismo¡±. En sus or¨ªgenes en los a?os sesenta est¨¢ el Partit Socialista d¡¯Alliberament Nacional (PSAN), cuya bandera a¨²n conservaba la hoz y el martillo. Es habitual que sus discursos se cierren con el lema ¡°Visca la Terra Lliure!¡±. En junio hubo pol¨¦mica porque una de las organizaciones, Endavant, record¨® a cuatro miembros de Terra Lliure que se hab¨ªan opuesto al abandono de las armas y que fueron detenidos en 1992 por colocar tres artefactos explosivos en Barcelona y Girona. El lema del cartel era ¡°25 a?os despu¨¦s, no nos han parado¡±.
Pero la profundidad del compromiso anticapitalista o independentista var¨ªa mucho. La CUP pretende por ejemplo la independencia de lo que llama pa?sos catalans, pero insistir en ese punto en el programa electoral para un pueblo de 2.000 habitantes puede restar m¨¢s que sumar.
Ocurre lo mismo con el anticapitalismo: ¡°Una nueva rep¨²blica es la ¨²nica opci¨®n de cambio efectivo de las estructuras¡±, afirm¨® en Rub¨ª Pilar Castillejo, teniente de alcalde de Ripollet (Barcelona).
Pero no hay una mayor¨ªa de catalanes que quiera llegar hasta cambios tan profundos en su nuevo pa¨ªs. La hipot¨¦tica llegada a la tierra prometida de un pa¨ªs nuevo puede significar el fin de la organizaci¨®n como partido nacional. Esto no preocupa a sus militantes y simpatizantes, que consideran que el movimiento puede sobrevivir fuera de las instituciones: ¡°Podr¨ªa tener un papel testimonial como Die Linke en Alemania o Izquierda Unida en Espa?a¡±, dice Manel Vidal, votante de la CUP, de Barcelona. Aunque el pa¨ªs nuevo podr¨ªa salir mal: ¡°Puede ser, pero ser¨ªa nuestro error¡±, dice Steen, miembro de Esquerra Independentista de 18 a?os.
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